Mosaicos escénicos de Cuba

Ámbar Carralero Díaz
26/5/2016
Fotos: Abel Carmenate y Yeins Cordero 
 

La Temporada de Teatro Latinoamericano y Caribeño Mayo Teatral tuvo lugar del 13 al 22 del mes en curso. Aunque se desarrolla fundamentalmente en La Habana, siempre se realizan talleres y algunas funciones en otras provincias. Este año se programaron funciones y encuentros en Santa Clara y Cienfuegos. El evento, nombrado así desde 2001, es organizado cada dos años por la Casa de las Américas. Como sucede en cada encuentro, junto a la programación de obras extranjeras se incluyó una selección de espectáculos cubanos. Los grupos escogidos son exponentes de destacada trayectoria en el panorama teatral cubano, como Teatro Buendía, Teatro El Público, El Ciervo Encantado, Teatro de Las Estaciones y Argos Teatro. Además de estas compañías, se incorporó a la muestra el reconocido grupo matancero El Portazo; Teatro La Rosa, de Santa Clara; el proyecto interdisciplinario Persona, y la compañía Danza Contemporánea de Cuba.

Teatro Buendía, agrupación madre fundada en 1985, que ha germinado su herencia en tantos grupos cubanos, presentó el espectáculo Éxtasis: un homenaje a la Madre Teresa de Ávila. La obra está inspirada en el texto Teresa, de Eduardo Manet, a partir de las cartas de la Monja de Ávila.    

Los grupos escogidos son exponentes de destacada trayectoria en el panorama teatral cubano.El elenco está encabezado por la actriz, profesora y directora de la agrupación, Flora Lauten. Con asesoría y dramaturgia de Raquel Carrió, el espectáculo nos cuenta una historia que entrelaza las analogías de las anécdotas de la Monja de Ávila, fundadora de la Orden de Los Carmelitas descalzos, y la vida de Lauten, fundadora de Teatro Buendía. La reconstrucción de la iglesia ubicada en Loma y 39, sede del grupo, encuentra su réplica en el escenario, ocupado con andamios, herramientas y materiales de albañilería. La visualidad, un componente fundamental de la estética del Buendía, logra la belleza con austeridad y se acompaña de la música en escena. 


Éxtasis: un homenaje a la Madre Teresa de Ávila, Teatro Buendía

Refundar y luchar hasta el final por lo que se quiere, son algunas de las ideas que rondan el espectáculo, que nos ofrece el privilegio de ver a Flora Lauten en escena, exponiendo su cuerpo y su vida. Ella, al igual que Teresa de Ávila, fundó una y otra vez, levantó junto a un grupo de artistas un credo, y en torno a él erigieron el propósito más importante de sus vidas. Su presencia en Mayo Teatral propició no solo la revisitación del público cubano, sino también la oportunidad para que latinoamericanos y caribeños pudieran acercarse a todo un paradigma del teatro cubano dentro y fuera de la Isla.   

Fundada en 1996, la agrupación El Ciervo Encantado presentó dos espectáculos: Triunfadela y Guan Melón!! Tu Melón!! Con dirección de Nelda Castillo y la actuación de Mariela Brito, el performance Triunfadela se ocupa de un aspecto que ya es parte indisoluble de nuestra cultura: los actos políticos. El hábito de disertar y discursar, con toda la parafernalia que supone, es puesto en la mira durante el espectáculo. La corporalidad, las inflexiones y la retórica característica de los discursos políticos, conforman una partitura vocal y física que convierte el cuerpo de la actriz en el soporte de la enunciación. Los espectadores pasan a formar parte activa de este juego discursivo cuando el personaje presenta a varios de ellos otorgándoles un rol, y dándoles un texto que deben leer con la “entonación” requerida. Con ese recurso, el espectáculo consigue subvertir la función habitual del público, pues los convierte de participantes pasivos en ejecutores, de oyentes en enunciadores. El documental Taller de Línea y 18, de Nicolás Guillén Landrián (1938-2003) se incluye como parte orgánica de este performance, que aunque tiene una definida línea temática posee una estructura abierta, que permite cambios en su disposición.

Por primera vez en una edición de Mayo Teatral, llega Teatro de las Estaciones con la obra Los dos príncipes. Con versión del texto para la escena de María Laura Germán, diseños de Zenén Calero y dirección de Rubén Darío Salazar.

Si Triunfadela recoge la jerga y la fanfarria discursiva, y su huella en nuestra conciencia individual y colectiva, en Guan Melón!! Tu Melón!! las canciones de Samuel Feijóo son el catalizador de una sensibilidad dañada por el hábito de mostrar la herida con una sonrisa. A Mariela Brito, actriz fundadora de El Ciervo Encantado, se suman la estudiante de la Escuela Nacional de Arte, Yindra Reigüeifero, y la fotógrafa Olivia Rodríguez. Un crucero llega, y su arribo inicia el desenfreno de una venta itinerante que recuerda en sus motivos y personajes al bulevar de la calle Obispo en La Habana Vieja. Yindra muestra a una guía turística que también es ella misma, estudiante, estatua viviente, rumbera; pues en cada intervención asume un rol distinto que le permite “ganarse la vida”. En el centro del escenario, en una boya, dos vendedoras ambulantes (Mariela y Olivia) harán lo posible para ofertarle al público todo lo que tengan a su alcance: canciones, maracas, chistes, billetes. La idiosincrasia y la carencia se mezclan en estos seres, conformando una estampa decadente que cuestiona las nociones de “cultura” e “identidad”. Más allá del divertimento y de la ironía, Guan Melón!! Tu Melón!! nos alerta sobre las implicaciones de los complejos procesos que ha experimentado nuestra sociedad en el último período.   

Mecánica, de Argos Teatro, con dirección de Carlos Celdrán y texto de Abel González Melo, tuvo sus presentaciones en la sede del grupo, ubicada en Ayestarán y 20 de Mayo. La agrupación fundada en 1996, bajo la dirección de Celdrán, ha seguido tópicos —ya sea desde textos clásicos o contemporáneos— que enfocan la realidad cubana con una mirada crítica y proponen el compromiso cívico de los individuos.

Abel González Melo es un dramaturgo cubano que trabaja en la Universidad Carlos III de Madrid, y se desempeña en perenne actividad entre España y Cuba. Argos Teatro ha llevado a escena varios textos de este dramaturgo. Esta vez, Melo escribe una versión de Casa de muñecas (1879), todo un clásico de la dramaturgia ibseniana y mundial, y lo ubica en el contexto cubano más inmediato; pero no lo coloca en el acostumbrado ámbito marginal de sus personajes, sino en el ambiente refinado de una clase alta solapada bajo las firmas y consorcios de determinado sector del turismo. El habitual machismo que denuncia Ibsen en su pieza es sustituido por otros conflictos, y es la joven Nora (Nara en Casa de muñecas) quien ejerce un poder oportunista sobre Osvaldo Telmer y la fortuna de su suegro. Los disfraces de los personajes van cayendo en la media que avanza la obra, que es llevada a escena con un énfasis en la interpretación que resulta convincente y que conecta la biografía de los personajes con los expedientes de los actores. La escenografía y la iluminación conforman el empaque material de las atmósferas de esta habitación, en el decimoquinto piso del Hotel Gran Cuba en una playa de Varadero. 

El teatro es el espacio para propiciar una ceremonia de encuentro que canalice tales preocupaciones, y encauce de manera estética y profunda los desvelos más apremiantes.El proyecto Persona se presentó en El Trianón con el espectáculo Yilliam de Bala coming soon. Dirigida por la coreógrafa Sandra Ramy, la puesta en escena oscila entre los límites de la danza y el teatro. El empleo de las proyecciones audiovisuales en la pantalla del fondo es un recurso fundamental, no solo para la visualidad, sino para la premisa que se plantea, y su interacción con los cuerpos de las actrices-bailarinas. La gráfica de las proyecciones, a cargo de Roberto Ramos, resulta en un collage de imágenes que intercambia fuentes de diferente procedencia, mostrando íconos de la cultura y la historia cubana, norteamericana e internacional.

Este colectivo, fundado desde 2013 por artistas de diferentes disciplinas,  concibió un espectáculo que articula coherentemente, y con gran atractivo visual, un lenguaje transdisciplinario. Yilliam de Bala es una famosa diseñadora de las pasarelas europeas que decide presentar su más reciente colección en La Habana. A tono con la irrupción frecuente de personalidades célebres de todo el mundo en escenarios cubanos, y a partir del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EE.UU., el espectáculo juega con los códigos más representativos de la moda. Esto se apoya en las proyecciones y en los movimientos de las actrices-bailarinas, que encuentran toda una gestualidad que discursa sobre ello. La música, la voz en off y los textos dichos en escena se funden con las proyecciones y los movimientos propios de la danza contemporánea. La deconstrucción y repetición de frases con sentidos polisémicos recuerdan el tratamiento estético de las corrientes vanguardistas del siglo XX; todo un montaje de formas y ritmos que estructura con libertad de motivos una unidad temática.


Las venas abiertas, Teatro La Rosa
 

Teatro La Rosa, dirigido y fundado por la actriz y teatróloga Roxana Pineda en 2014, luego de veinticinco años de experiencia en el grupo Estudio Teatral de Santa Clara, presentó en la sala Raquel Revuelta el espectáculo Las venas abiertas. Con músicos en escena, esta pieza toma textos de Eduardo Galeano y temas musicales de diferente procedencia. Entre ellos, Roxana interpreta Bésame mucho, de Consuelo Velázquez; Y si llego a besarte, de Luis Casas Romero; Pequeña serenata diurna y Te doy una canción, de Silvio Rodríguez. La actriz es acompañada en el piano por Juan Manuel Campos. La espiritualidad, la resistencia y los sueños son algunas de las respuestas que sugiere esta propuesta escénica para preservar la memoria y poder levantarse ante las adversidades.  


Los dos príncipes, Teatro Las Estaciones
 

Por primera vez en una edición de Mayo Teatral, llega Teatro de las Estaciones con la obra Los dos príncipes. Con versión del texto para la escena de María Laura Germán, diseños de Zenén Calero y dirección de Rubén Darío Salazar, la puesta en escena emplea el teatro de sombras para su versión del poema martiano, basado en un texto de Helen Hunt. La agrupación matancera fundada en 1994 retoma a Martí, que ya desde el montaje de Los Zapaticos de Rosa (2007) se convirtió en un escritor de preferencia para el grupo. También tuvieron en cuenta la breve adaptación que escribió para la escena Pepe Carril, y la música barroca como escenario sonoro que recrea el espectáculo, presentado en el Teatro de la Orden III en La Habana Vieja.      

Teatro El Público, fundado en 1989 por el teatrólogo y director Carlos Díaz, presentó en El Trianón un espectáculo surgido de un proceso de escritura, a partir del encuentro regular de la dramaturga Agnieska Hernández con una promoción de actores de la Escuela Nacional de Teatro a punto de graduarse. Harry Potter, se acabó la magia toma el best seller como pretexto para incluir las vivencias personales de los actores junto a otras referencias. La famosa habilidad de los cubanos para “resolver” e “inventar” soluciones, se plasma con inteligente humor en el texto, y alcanza frescura y comicidad mediante la interpretación de los noveles actores en escena.


Harry Potter, se acabó la magia, Teatro El Público

Cada intervención de los personajes (construidos en una mezcla paródica de los aparecidos en la película y de elementos autorreferenciales de los actores), se enfoca en problemas medulares de nuestra sociedad y de su impacto en las jóvenes generaciones. Aunque el tratamiento potencia el chiste y la risa en los espectadores, la profundidad de las observaciones que desnuda el espectáculo dirigido por Carlos Díaz, lo convierte en una sagaz crítica a la realidad inmediata de nuestra Isla.      

CCPC (Cuban Coffee by Portazo´s Cooperative) es el más reciente espectáculo de la agrupación matancera El Portazo, bajo la dirección artística de Pedro Franco. En Mayo Teatral sus funciones tuvieron lugar en la Sala Tito Junco del Centro Cultural Bertolt Brecht. En este cabaret-político se reúnen textos de diferente procedencia, fragmentos de obras de jóvenes dramaturgos cubanos con estéticas bien distintas, pero con preocupaciones similares, como Rogelio Orizondo (Antigonón…), Yerandy Fleites (Antígona), Yunior García (Pasaporte), María Laura Germán, Roberto Viña, Alessandra Santiesteban, junto a citas de Brecht, Bukowski, Bonifacio Byrne, y del propio Pedro Franco. Por supuesto, debidamente editados, repensados en función de una pasarela de monólogos o escenas cortas de hasta tres actores, dotando al espectáculo de momentos dramáticos donde la emoción y un alto vuelo poético hacen olvidar la fanfarria anterior.

El despliegue de números musicales y coreográficos, a veces cantados por los actores y otras mediante doblajes, toma del café-cabaret, del show musical nocturno, su dosis carnavalesca, apoyada por el diseño escénico y sonoro.

Creo que este espectáculo es postmoderno en el sentido de ser una cita de otras citas, de refuncionalizar diversos referentes hasta convertirse en un referente propio. Es un “documento escénico” que expone en un mismo hecho teatral el lenguaje, las poéticas y los discursos que se han venido representando en los últimos años, sobre todo por la zona más joven de la creación escénica en Cuba.

Simulacro que esconde detrás de las canciones, la tradición rota y la unificada de nuestro país, la identidad, la emigración, la herencia de una conciencia nacional que nos trasciende y en el fondo ha sido siempre la misma. Habla de las pérdidas y también de lo logrado, recuerda cómo la inmensa cultura cubana tiene la propiedad de transversalizar épocas, personajes históricos, contingencias masivas y micropolíticas; cómo tiene esa cualidad de aportarle a lo foráneo un sello que lo reconstruye hasta hacerlo cubano.

Cuando pensamos en lo que hermana estas obras, notamos la misma preocupación: reflejar con diferentes estéticas y puntos de vista la realidad cubana más inmediata. Si realizamos un repaso por los personajes y figuras que se proyectan en las obras, espectáculos y performances que se incluyeron en esta muestra, aparece una galería compleja y diversa. Se cruzan edades, sensibilidades, estratos sociales y conflictos distintos. En los estribillos repetitivos de las vendedoras de Guan Melón!! Tu Melón!!, la amargura contenida y la necesidad de escalar de Nora Telmer, la sinceridad sarcástica del petit Harry, el ritmo trepidante de los cuerpos de las actrices-bailarinas del proyecto Persona, las canciones del cabaret-político de El Portazo, la necesidad de refundar de la Monja de Ávila; encontramos las pulsiones y consonancias que nos urgen como sociedad. El teatro es el espacio para propiciar una ceremonia de encuentro que canalice tales preocupaciones, y encauce de manera estética y profunda los desvelos más apremiantes. El panorama escénico cubano mostró en Mayo Teatral algunos de los espectáculos más reconocidos durante el año 2015 y lo que va del 2016, brindando a estas agrupaciones una oportunidad de confrontación con el teatro de Latinoamérica y el Caribe que llegó hasta nuestro país por esos días.