No se puede apagar la radio

Estrella Díaz
17/11/2016

A finales de octubre, en el emblemático Hotel Nacional de La Habana, se desarrolló la 47 Asamblea General de la Unión Caribeña de Radio y Televisión, evento que se efectúa anualmente.

Una de las ponencias fue la relacionada con la radio digital, temática expuesta por el ingeniero brasileño, radicado en Francia, Carlos Acciari, quien es miembro del consejo del grupo europeo Digital Radio Mondiale (DRM).


Foto: Cortesía de la autora

Comentó Acciari que DRM radica en Londres y tiene como miembros, también, a organizaciones de Estados Unidos y Japón, países que ayudaron a desarrollar esa tecnología para digitalizar todas las ondas del espectro radiofónico, desde las ondas cortas hasta las ondas medias y las frecuencias FM, es decir, bandas 1, 2 y 3, que es como más se les conoce.

Ese sistema —señaló el  especialista— “se ha ido instalando lentamente” porque compite con Internet y todo lo que tiene que ver con tecnología satelital.

Enfatizó Acciari —en conversación exclusiva con La Jiribilla antes de viajar a París— que “la radio tiene mucho que decir todavía y que no se puede abandonar y mucho menos apagar. Hay que utilizar esas nuevas tecnologías para mejorar el espectro y atraer más oyentes sobre la base de la calidad”.

¿Cuáles serían los aportes al reforzar ese sistema? ¿Es una tecnología que compite con Internet o es complementaria?

Sería complementaria, como es ahora. Pero hoy en día la radio tiene, lamentablemente, una imagen un poco envejecida y los contenidos, en gran medida, están bloqueados porque no cuentan con el transporte digital. Con la digitalización de las ondas también se pueden enviar contenidos como fotos, textos y mejor calidad de sonido, fundamentalmente para los que están fuera del alcance de las grandes ciudades.

Por otro lado, aún hay mucha gente que no tiene Internet: hay que pensar que Internet es pago, que el teléfono es pago, mientras que la radio es gratuita y para todos: es de igual a igual. A fin de mes hay que pagar, pero la radio es la radio. Es un concepto muy peligroso creer que todo el mundo va a tener Internet gratuito.

Para los que no somos especialistas en tecnologías, ¿de qué se trata concretamente cuando se habla de digitalizar la radio?

Vamos a hacer un paralelo con la televisión, que ya se está digitalizando y que implica contar con una mejor señal, con una mejor calidad. En la FM digital, por ejemplo, se pueden tener cinco puntos de escucha —es como estar en una sala de concierto con cinco estéreos, con cinco oídos o cinco puntos de sonido—. Principalmente lo que buscamos es la robustez del sistema, es decir, mucho menos interferencia y mayor calidad en la señal.  

También facilita poder enviar  ‘pantallitas’, fotos, textos, un diario escrito y cargarlo en tu radio, colocarlo después en la computadora y dar una clase en medio del campo. Se puede aun escuchar directamente en la computadora vía un aplicativo de SDR (software defined radio) o  memoria USB. O sea, tu PC viene a ser un receptor.

Otro de los problemas más importantes tiene que ver con las situaciones de emergencias climáticas y desastres. Las ondas cortas y medias siguen funcionando en esas condiciones y se puede prestar asistencia a poblaciones aisladas. Se necesita solamente un pequeño radio con pilas para mantener la comunicación. La radio digital, que es la radio del futuro, es una mini-computadora que, en vez de llegar por Internet, llega por el aire. Como la luz.

En el caso de Cuba, ¿cómo estamos?

Hasta donde sé es el único país del Caribe que está reflexionado sobre las ventajas de ese sistema, es decir, poner la radio al día, tal y como hicieron con la televisión.

Cuba tiene una preocupación muy grande por informar a su gente, y el huracán Matthew fue un ejemplo increíble de lo que hicieron la radio y la televisión cubanas. En la 47 Asamblea General de la Unión Caribeña de Radio y Televisión, conocimos todo cuanto se hizo y fue maravilloso. Si hubieran contado con la tecnología digital no se hubiera producido ningún corte ni intermitencia.

¿Cuál es la conclusión que saca de esta reunión en La Habana?

Es la primera vez que participo en una reunión con los países del Caribe y para mí, sinceramente, ha sido un descubrimiento: había unos cien delegados de 22 naciones del área. Se ve que el Caribe ha logrado un entendimiento, las organizaciones políticas y sociales tienen establecidos lazos desde hace años e intentan buscar una homogeneización en las acciones. Eso me parece sumamente interesante.

¿Encontró receptividad a las propuestas que trajo?

Sí, aunque tengo que reconocer que no es la preocupación principal hoy en día. Lo que tratamos es de sensibilizar a la gente, las autoridades, y no vender tecnología. El problema es que todo el mundo se está inclinando hacia Internet, el teléfono y el satélite.

El satélite es un problema ¡muy serio! que tiene que ver con la soberanía: Internet hay que pagarlo y se corta cuando hay un viento, por solo citar un caso. Hay que revigorizar y sensibilizar a las personas; la radio no es una viejita que se está muriendo: tenemos que luchar para proteger nuestro espectro radiofónico.

La comunicación trae a un país desarrollo. Si las telecomunicaciones pasan a manos privadas se pierde la soberanía: preservar el espectro hertziano es una cuestión política. Insisto: hoy a través de la radio también se pueden  trasmitir datos, inclusive protegidos (encriptados). 

En América Latina la radio aún es un medio muy importante, ¿cómo se comporta en el contexto europeo?

La radio no se pierde. ¡Es impresionante! Se han apagado las ondas medias, es decir, las AM, pero la FM es muy fuerte, sobre todo entre los jóvenes. Que ellos escuchen música por teléfono celular sigue siendo radio, e igual sucede con Internet. Pero no se puede comparar a un país como Francia, que tiene fibra óptica en casi todos los lugares. La radio está muy lejos de terminar.

Definitivamente, la radio no sucumbirá ante las nuevas tecnologías. 

No creo, sobre todo por el problema del costo. Hay quienes afirman que Internet es gratuita, pero eso está alejado de la realidad. A fin de mes tienes que pagar o alguien está pagando por ti. Es cierto que en Europa son 30 euros por mes, pero en diez años ¿cuánto gastaste? Un servicio público de radio es gratuito y puede dar las mismas informaciones. Definitivamente, no se puede apagar la radio.