Si te dedicas al arte, que la vida te vaya en ello

Ana María Domínguez Cruz
20/7/2018

El próximo día 22 de julio será memorable para Liuba María Hevia. No solo porque celebrará sus 35 años de vida artística en un concierto meticulosamente preparado y cuidado hasta en los más impensables detalles, sino porque realizará ese extenso recorrido por su obra en tangos, canción guajira, la canción trovadoresca, arreglos corales tanto para adultos como para niños, acompañada de músicos a los que quiere y admira mucho.


Siempre he disfrutado el trabajo para los pequeños porque, aunque algunos piensan que es fácil,
nada más lejos de ese pensamiento. Foto: radioenciclopedia.cu
 

Cantar para los niños

Estará Beatriz Corona, extraordinaria arreglista, con una capacidad creativa conmovedora, a la que aprecio mucho por sus maravillosos trabajos para orquestas y coros, su hijo, Daniel, con un talento similar también estará; Wilma Alba, quien me propuso unos arreglos fabulosos, una suite de tangos que yo he cantado, deliciosa.

Mi obra para los niños estará presente, por supuesto, porque para mí el público infantil es muy conmovedor. Me acompañará un coro de niños, y regalaré una suite que preparó el Guajiro Miranda con temas del disco Travesía mágica como “Estela”; “El vendedor de asombros”; “El Despertar”; “El trencito y la hormiga”; “La Calabacita”; “El Cangrejo Alejo”.

Siempre he disfrutado el trabajo para los pequeños porque, aunque algunos piensan que es fácil, nada más lejos de ese pensamiento. Es conmovedor, pero tienes la responsabilidad de educar con tu trabajo, de ofrecer arte e historia, que sepan de dónde son, cuál música es la mejor, la importancia de algunas cosas, eso está en las canciones de Teresita Fernández, de Maria Elena Walsh, de Gavilondo Soler. Es un trabajo que te purifica el alma, que te renueva, que te da bríos y lleva todas las de la ley, no es bajar la parada, sino lo contrario. Los niños saben cuando los tratas como tontos o minimizas un arreglo, se dan cuenta de todo, hay que prepararles un espectáculo con todo lo que lleva. Recordemos que ellos vuelan más alto, a nosotros, con el tiempo, se nos olvida volar, por eso hay que subir la parada.

¿Por qué hacer este concierto con la Orquesta Sinfónica?

Yo quería hacer un concierto con la Sinfónica hace rato, lo postergábamos, pero ahora es el momento definitivo. Lo mejor es que vamos a llevarlo a otras provincias, iremos a Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas, Camagüey, Matanzas, Villa Clara.

En el concierto, y lo esperan muchos, interpretarás temas del álbum de cuatro discos, Vidas Paralelas… ¿Cuánta satisfacción te ha dejado ese trabajo?

Inmensa, la satisfacción es inmensa. Pero no estoy conforme porque se quedaron muchas personas queridas a las que no incluí en estos cuatro discos en homenaje a la canción de autor, a la canción trovadoresca.

Tuve la dicha de compartir temas con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Amaury Pérez. También existe una representación de varias generaciones de trovadores, a los que sumé: Carlos Varela, Frank Delgado, Kelvis Ochoa, David Torrens, Leonardo García, Polito Ibáñez y Niuska Miniet.

Invité a defensores de las canciones de la trova como Gema Corredera, Isaac Delgado, Omara Portuondo, Beatriz Márquez, Ivette Cepeda, porque quise que estuvieran algunos de los que trabajan para que la canción trovadoresca también sobreviva.

Entre los extranjeros está la española Ana Belén, el portugués Luis Represas, la venezolana Amaranta, la brasileña María Marta, la ecuatoriana María Tejada, la peruana Miriam Quiñones y dominicanos como Maridalia Hernández, Víctor Víctor, José Antonio Rodríguez, Carlos Luis y Pavel Núñez.

¿Por qué demoró tanto Vidas Paralelas?


Foto: suenacubano.com

 

Fue agotador, pero valió la pena. Cuatro años, casi cinco. Trabajaba por sesiones, muchas cosas llegaban vía Internet. Al mismo tiempo, fue un trabajo muy singular porque no llegábamos con todo pensado al estudio, al contrario, creábamos allí. Trabajábamos después, escuchábamos, volvíamos, rehacíamos, se creaban guitarras y voces, me acompañaron dos músicos con formas diferentes de ver la música, lo cual enriquecía mucho el consenso.

Agradezco mucho a Orestes Águila, quien trabajó en la mezcla, masterización y buena parte de la grabación; a Laura Novoa, a los diseñadores y a los que me obsequiaron sus palabras para las notas discográficas: Leonardo Padura, Alfonso Quiñones e  Isabel Santos.

¿Cuántas deudas te quedan, después de 35 años de trabajo?

Muchas. A punto estoy de hacer Liuba canta a Gavilondo Soler, uno de los autores más importantes de la región en el cancionero infantil, para sumarlo a los discos que tengo en homenaje a los grandes compositores para el público infantil que tiene la región.

La deuda más grande la he saldado, créeme. La compartiré con el público justo un día después del concierto, a las 10 de la mañana, en el cine Chaplin. Es el primero de los trabajos de una trilogía que se llama Alma creadora.

Presentaré un documental sobre la vida y obra de Teresita Fernández, con mi hermano Pepe Hevia. Es una promesa que le hice a ella hace tiempo. Es la visión mía como discípula, entre tantas que tuvo, como deudora de todo lo que nos regaló.

Cuando ocurrió el accidente de Ada Elba Pérez, una mujer maravillosa, autora de muchas de las canciones que canto, encontré aquellos cassettes donde guardaba extensas entrevistas que le hizo a Teresita, con el objetivo de dejar sus memorias. A partir de ellas trabajé; es una deuda con las dos.

Quiero preservar la obra de Teresita y mostrar su grandeza como ser humano y compartir además una zona de su trabajo un poco desconocida. Tal vez habría que recordar en los 60, principios de los 70, temas como “Cuando el sol”; “No puede haber soledad”, y otras que escribió para adultos y casi nadie conoce.

Tengo muchas deudas. Que me dé el tiempo, que me alcance la salud y que aparezcan las oportunidades, cuando todo se combina es una bendición.

¿Qué puedes aconsejarle a los que aspiran hacer de la canción su camino en la vida?

No soy buena dando consejos. Chaplin decía que siempre somos aficionados porque la vida es tan corta que no da para más. Esta carrera no es un deporte, no tiene fin, el concepto de llegar depende de cada cual, el concepto de éxito es muy personal, nunca estamos sabiéndolo todo.

Los que trabajamos para el arte y por el arte, lo hacemos para defender lo nuestro, nuestra historia, para dormir tranquilos con esas inquietudes.

El facilismo no es el camino. Los ritmos que, apegados a la tecnología, inundan los oídos, no deben ser un pretexto para no crear. Si quieres dedicarte al arte, que la vida te vaya en ello, si no, mejor dedicarse a otra cosa.

Tus alegrías en este 2018 no terminan con estos conciertos con la Sinfónica.

No, precisamente en noviembre tendré un resumen de todo lo que ha pasado este año, de todas las muchas cosas buenas que he vivido en este 2018. Será en el Teatro Martí.