Solo el calor del sol engendra héroes

José Ángel Téllez Villalón
7/1/2020
Obra 15 repeticiones de Martí, de Raúl Martínez,  (1966).
 

Un hueco negro comienza a nacer con la “muerte” de una gigante roja, de un super-Sol, digamos. Es un proceso de colapso (gravitacional), que termina apresándolo todo, hasta la luz. Así sucede con el odio. Y con el fascismo, el peor anti-ejemplo. De un colapso moral, por compresión del miedo, lo incendian todo, libros y hasta personas. Aunque nunca logran apresar, ni hacer cenizas, a las ideas.

Una super-roja tiene la masa de 10 a 25 soles. Esa es la suerte de los Héroes. Hombres que concentran la luz de 10 a 25 estrellas, de las que “iluminan y matan”. Esos hombres soles “tienen en sí el decoro de muchos hombres”. “En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana”. Martí es el mejor ejemplo. Y con su luz amorosa concentra mucho (significados y sentidos), hasta crecer como un país.

Un rebelde y pequeño país contra “las fuerzas divisorias del odio”. Un país en tránsito hasta conquistar el “reino de la justicia”, “ese sol del mundo moral”. Que recarga sus sueños cada solsticio de enero. Que tiene a un Poeta como su “Sol Invictus” o “inconquistado” y lo enarbola desde su ley primera, “el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Que, frente al hueco negro que gravita en la otra orilla, alza su estrella, con un resguardo rojinegro bordado con laurel.

Por eso Cuba, que concentra en sí de 10 a 25 ejemplos para “los pobres del mundo”, se calienta, arde, cuando a su Sol lo ofenden. Cuando se le intenta alcanzar con la ignominia. Cuando hombres huecos sobre sus bustos vierten falsa sangre. Por un odio raquítico, estancado, en la peor ignorancia (clandestina). Que no roza la luz y desconoce que “Solo el calor del sol engendra héroes”.