Todos los caminos de Emilio Morales

Ana María Domínguez Cruz
27/6/2019

Emilio Morales se siente afortunado. Cuando se hable de los Premios Cubadisco, sus álbumes no pueden olvidarse: Con-cierto tumbao, multipremiado en la edición del 2010 en las categorías Música Instrumental, Música Vocal Instrumental y Ópera Prima; Piano a la carta, nominado a la edición del año siguiente (2011), y el más reciente que nos regalara, Todos los caminos, premiado en este 2019 en la categoría de Música Vocal Instrumental.

Foto: Arte por excelencias
 

Sin embargo, más que la alegría por los galardones recibidos en este certamen de celebración anual en el país, el pianista, arreglista y compositor cubano se siente dichoso, al cabo de tanto tiempo de estudio, por no haber dejado que nada le arrebatara las ganas de seguir enamorado de su instrumento.

Con el piano, Emilio es feliz. Y con él se “pasea” por todos los géneros con destreza exquisita, tal como lo demostró en su reciente entrega, cuyo título no podía ser otro, propuesto por uno de los invitados, el cantante Mayito Rivera.

Todos los caminos ofrece justamente un recorrido amplio, desde el mozambique hasta la rumba, pasando por el blues, la música clásica, el danzón, entre otros géneros. Es una muestra de su talento, de su buen gusto en la selección de las piezas del repertorio y del atinado deseo de incluir como invitados a figuras destacadas del panorama musical cubano.

Un homenaje a Pello el Afrocán, creador del mozambique, es el primer track del álbum, donde Emilio “juega” con su nombre al titularlo Mozambilio y en el que no deja de “coquetear” con el jazz. De manera especial le acompaña el Coro Diminuto, bajo la dirección de Carmen Rosa López.

Chopin en La Habana y Bach Blue son unas muy agradables sorpresas. La primera, es la adaptación cubanizada y jazzeada del Nocturno Opus 9 No. 2 del compositor polaco, y la segunda es también una versión jazzística de la Partita No.1 del compositor alemán Juan Sebastián Bach, presentada por Emilio en su ceremonia de graduación de la enseñanza artística, y en la que improvisa al estilo swing.

Pero el disco trae más, mucho más. Trae bossa nova con el tema Corcovado, de Antonio Carlos Jobim y la voz de la Musicalísima Beatriz Márquez; el danzón de Antonio María Romeu La flauta mágica, y Mejor diciembre, de Juan Almeida, con un singular arreglo de Emilio y la voz de Waldo Mendoza, para perpetuar el bolero y la canción como parte indiscutible de la riqueza musical cubana.

Emilio también se regodea en Mi pilón, de su autoría, donde alude al jazz sin perder los esquemas rítmicos de lo que Pacho Alonso inmortalizó. Y por si fuera poco, “rompe” la voz de Geidy Chapman en un arreglo perfecto de Emilio en el conocido tema del mexicano Armando Manzanero Contigo Aprendí.

Siguiendo el orden, otro tema del líder de Los Nuevos Amigos demuestra su versatilidad en el jazz, a la manera cubana, con Un tres primera clase, en el que sumó en la interpretación de ese instrumento a Efraín Ríos.

A Puerto Padre es una versión de la obra de Emiliano Salvador, donde derrocha talento e improvisación; Guarapo, pimienta y sal nos trae la rumba de Ricardo Hierrezuelo con el acompañamiento vocal de Mayito Rivera y el estilo de Emilio en el teclado; y a continuación nos endulza el oído con la interpretación de Motivos de amor, una canción carente de palabras pero que eriza la piel por su enorme sensibilidad.

Muchos son los rumbos por los que transita la música cubana, diferentes todos, pero compartiendo la misma esencia, y este álbum, cuyo centro es el piano, y el carisma de quien lo toca, es prueba de ello.

Emilio Morales se siente dichoso, al cabo de tanto tiempo de estudio, por no haber dejado
que nada le arrebatara las ganas de seguir enamorado de su instrumento. Foto: Internet

 

Y no podía ser de otra manera, porque Emilio Morales ha transitado, desde lo clásico, por la salsa, la timba, el jazz, la canción… siempre buscando ser auténtico. Y lo ha logrado, que es lo más importante. Respeta la música, respeta el legado de los grandes y defiende, por encima de todo, la cubanía.

Muy merecidos elogios para Emilio, la disquera Colibrí (la misma de sus producciones anteriores) y los músicos que estuvieron a su lado en la grabación de este fonograma: Julito Padrón (trompeta), Liván Morejón (saxo soprano), Lázaro Rivero (bajo), Enrique Lazaga (güiro), Roberto Vizcaíno Jr. (congas y percusión), Juan Carlos Rojas (drums), Raiza Valdés (viola), Arelis Zaldívar (chelo), Caridad Zaldivia (contrabajo), Ariel Sarduy y Verónica Reyes (violín). Para todos, ¡felicidades!