Una lección de humanismo real

Manuel López Oliva
6/4/2020

Desgraciadamente, las enseñanzas a veces brotan de aguas turbias, crisis violentas o situaciones realmente terribles. Lo que ahora sucede en nuestro país y el mundo demuestra qué es lo que realmente vale y quiénes son las personas más valiosas. La pandemia ha estado acompañada de egoísmos y de terrorismo de Estado, e igualmente de sucias actitudes oportunistas de quienes se suman a lo peor de la especie humana. Pero igualmente se ha levantado la verdad: Rusia, China (donde emergió el mal) y Cuba han devenido naciones que conforman una gran cruzada de salud para salvar a la humanidad; en tanto los trabajadores de la medicina, la ciencia y la salud en general (con personal de apoyo de otros sectores) actúan como una enorme pléyade de héroes con el escudo de la dignidad.

Cuba es humanidad.
 

En el panorama internacional y autóctono de cultura intelectual y estética, no son los enriquecidos por el “arte-mercancía” o los espectáculos sin sentido fecundo los que cobran relieve ahora. Los “estrellatos” basados en la especulación financiera, la publicidad pagada, el interés por tener y no por servir, la ignorancia de unos y el cinismo de otros, la desigualdad de oportunidades y los mecanismos comerciales internacionalizados por la lógica del negocio, han perdido ―en esta circunstancia trágica― su deslumbradora importancia.

Importa hoy salvar al Hombre atacado por el virus fatal. Y cobran estatura mayor las personas comunes y cultas que se comportan en bien de la vida y la cultura para todos. De ahí que también reconozcamos la utilidad trascendental de la ética puesta en la profesión, el aporte humanista expresado por la obra de arte, la literatura, el hacer de pensamiento, y hasta por la genuina diversión espiritual. ¡Ojalá muchos aprendan esta lección aparecida como otra luz en tiempos casi negros!