Voz y guitarra contra la inopia cultural

Asalia Gort Peguero
7/8/2018

Esta entrevista comienza desde los últimos acontecimientos en la vida artística de Karel: su gira nacional. Después, poco a poco, y en la medida que revelaba aspectos de sí mismo, salieron las demás preguntas. Una charla amena y agradable fue la que este trovador nos brindó. Un hombre inteligente y jocoso, con un alto sentido de la (auto) crítica, estudioso del Guerrillero Heroico y cubano al fin.


Foto: Internet

 

Quisiera comenzar hablando sobre la gira que recién culminas ¿Cómo se preparó?

Esta gira sale de una propuesta que le hago a Jacomino, el director de la revista cultural La Jiribilla. Casualmente ellos habían hecho un concurso internacional de fotografía que se llamaba Guevara, un millón de rostros, una frase de la canción 14 verbos de junio por Guevara. Entonces, querían juntar esos dos proyectos: las fotografías premiadas y las canciones que se le habían dedicado al Che dentro de la Nueva Trova. Para ello se planteó hacer una gira, pero pasó que la gira se pospuso y no tenía sentido llevarla en el mes de agosto a las Universidades, que era donde queríamos llevarla. Al ser en agosto, las universidades ya no estaban abiertas por lo que me fui solo. En ese proyecto se involucraron desde La Jiribilla hasta el Instituto Cubano de la Música, el Centro Nacional de la Música Popular, la Asociación de Hermanos Saiz, que nos ayudó muchísimo, gracias a ellos el ochenta por ciento de la gira se ha podido concretar. Quiero agradecerles a todos por la ayuda.

¿Qué músicos estuvieron invitados a lo largo de la gira?

En cada provincia intenté invitar a un trovador o varios de los trovadores cabecera de esos lugares y así, por ejemplo, en Santiago de Cuba estuvo José Aquiles, magnífico trovador y gran persona a la que admiro mucho. En Holguín estuvo Fernando Cabrejas; en Camagüey, hubo dos muchachos muy jóvenes. En Santa Clara, como plaza fundamental en la trova actualmente, estuvieron Yaima Orozco, Migue de la Rosa, y Yeny Turiño. En Matanzas estuvieron Lien y Rey y Carlos Fidel; en Cienfuegos, Lázaro García, fundador de la Nueva Trova y un padre para mí.

¿Y el público que tal?

Fue muy bonito reencontrarme con Cuba. Había lugares que hacía 25 años que no iba, desde los primeros festivales cuando apenas tenía tres canciones. Resulta que esa canción del Che le ha llegado a mucha gente.

¿Cómo surge esa canción?

Nace a partir de una investigación que estoy haciendo, releyendo cosas de él y estudiando un poco sobre su vida y su trabajo. Entonces, al fin me nace la canción que llevaba 25 años esperando. Con tantas canciones buenísimas que se le han escrito, yo no me atrevía, hasta que ese día me salió. Fue en mayo del año 2017. Buscándole el título, que es lo más difícil, quise ponerle algo en referencia a su cumpleaños. Mi esposa Belén, que es filóloga, se pone a contar los verbos y me dice: "casualmente hay 14 verbos o formas verbales en la canción". Dije: "no me lo puedo creer, tiene que ser ese el título", aunque es un poco largo y me lo cambian a veces, el título quedó: 14 verbos de junio por Guevara.

¿Está en producción algún disco? Háblanos al respecto.

Estoy terminando de grabar la Trilogía de las Flores, del cual ya grabamos dos discos. Hay uno que está en fábrica, la EGREM lo licenció y para mí eso es un orgullo. Es magnífico que una discográfica tan prestigiosa se fije y tenga un huequito para un trabajo tan sencillo como el que hacemos los trovadores. El primer el disco se llamó Luz en Flor. Ahora estamos grabando el segundo y el tercer disco, que queremos terminarlos antes de fin de año para ver si se puede licenciar también con la EGREM.

Estoy grabándolo en el estudio de un amigo, que es como se graba ahora. Se hace lo mejor que se puede, y así estamos grabando en casa de William Rivero, un amigo muy querido que gracias a él he podido salir y que la gente me reconozca.

¿Qué encontrará el público una vez que salgan esas dos producciones?

Ahora no tenemos ningún amarre, musicalmente hablando, entonces ahí te puedes encontrar de todo, desde una balada hasta una timba suave con lirismo, como le digo yo. Hay calipso, rumba, country, flamenco, toda una gama de géneros, y por supuesto hay sones en esa trilogía.

Te desarrollaste en un ambiente musical y un contexto un tanto especial, hoy es diferente todo. ¿Cómo valoras el consumo de trova en los jóvenes cubanos tanto en la capital como fuera de ella?

Creo que la gran responsabilidad es de los medios de comunicación. Estos tienen que hacer la guerra a la inopia cultural que hay en la calle, en todos los almendrones, en las guaguas y donde quiera que vayas. Entonces los medios tienen la responsabilidad de rescatar la trova y la buena música cubana y ponerla bastante. Es mentira que a la gente no le gusta, es una realidad paralela, es algo que se han inventado, creo que a la gente si le gusta la trova, lo que pasa es que no tienen acceso a esa música, no está en los medios. ¿Quiénes si están? los trovadores más comerciales.

También tenemos responsabilidad los trovadores en respetar y en exigirnos cada vez más un trabajo de calidad. Hay muchos que no tienen la calidad necesaria. Es trabajo de uno mismo exigirse y disfrutar lo que estás haciendo.

Viajando un poco hacia atrás, hacia finales de los 80, quisiera referirme a una persona que te ayudó mucho en tus inicios: Vicente Feliú.

Vicente es un padre. Yo escribí un libro sobre él, una especie de resumen muy cortico de su biografía, que aún así tiene 300 y pico de páginas que le llamé Padre nuestro que están en la Trova. Eso es lo que es Vicente, no solo para mí, sino para los muchachos que estábamos alrededor de él en aquellos años en Alamar. Él siempre ha tenido esa cosa pedagógica y esa onda de ayudarnos. Es una escuela. Para mí Silvio también ha sido una pieza fundamental de mi historia porque me ha ayudado muchísimo en momentos muy claves de mi carrera. Me han salvado prácticamente. Además de lo grande que es, es una persona excepcional y no hay quien me lo toque, ni a él ni a Vicente.

Él fue el que nos aconsejó a Carlos Lage y a mí tocar la guitarra y cantar juntos, que en aquellos años nadie lo hacía. De esa forma, nos fuimos a España y grabamos un disco.

¿Cómo conformaban el repertorio?

Los dos componíamos. Vicente nos decía que cada uno tenía su línea bien marcada, cada uno tenía su manera de decir y de componer por lo que no íbamos a contaminar un trabajo con el del otro.

¿Qué temáticas marcaban sus canciones?

Yo te confieso que siempre he sido feo, sobre todo con 20 años y en mi caso la guitarra la cogí para acercarme a las muchachas, eso es una constante en la vida de los trovadores. Así empezamos poco a poco, primero hacíamos canciones de amor. Aunque mi primera canción ya viene marcada por una responsabilidad al decir, porque está dedicada a la Unión Soviética, que en aquel entonces se acababa de derrumbar el muro. A partir de ahí comencé a cantarle a la vida, a las cosas que nos pasan en la cotidianidad y a todo lo que quiero mejorar, tal como era el Che, militar en la crítica pero siempre con una visión de hacer mejorar las cosas. Eso es un deber del trovador, no solo decir piropos, sino también decir verdades.

¿Por qué decides irte a España?

Decido irme a España a grabar ese disco con Carlos Lage, Suvenires del futuro, pensábamos regresar en tres meses. Eso se convirtió en 15 años y un día, porque comenzamos a grabar a los 5 meses y medios y así surgía siempre algo nuevo.

¿Cómo te trato el público allá?

Tenemos la ventaja de que hablamos el mismo idioma, pero no fue fácil entrar al circuito. Hubo que trabajar en muchos bares para cuatro personas hasta el día que cantamos en una sala llena, eso nos pasó.

Hay muchos artistas cubanos fuera de Cuba actualmente ¿Por qué crees que sucede esto?

Alguien me dijo que nuestra generación es la “generación gaviota”, porque todos volaron de aquí. Desde la gente de Habana Abierta hasta compañeros de mi edad. Creo que tuvo que ver mucho con la situación que tenía el país y la falta de puertas para encausar el trabajo. No se veía en el horizonte la manera de grabar un disco. Esa fue una oportunidad que apareció y la tomamos. Por suerte, la mayoría de ellos están regresando, en los que me incluyo. Yo regresé definitivamente hace cinco años, aquí estoy y aquí quiero seguir.

¿Qué has hecho en estos cinco años?

Empezar de cero. Empezar a hacerme evaluaciones para comenzar a trabajar, todo gracias a William. Él me posibilitó grabar y conocer a esa grandísima intérprete que me ha ayudado mucho cantando mis canciones, ella es Ivette Cepeda. También tuve la suerte de cantar la canción que dediqué al Che, la cual me ha abierto muchas puertas, sobre todo de cara a los medios y de cara a la gente.

¿Qué traerías de España, artísticamente hablando?

Allá sobre todo hay mucho más acceso a la parte mediática. Aquí todavía no tenemos el internet tan interactivo. Eso posibilitaría divulgarnos más. Por otra parte, falta cierta capacidad de organizar bien las cosas. Por ejemplo, siempre lo digo, ¿por qué en La Habana no hay un Festival de Trova? Aquí hay muy buenos trovadores y vale la pena hacer un festival bien hecho.

¿En qué proyectos estás involucrado actualmente, próximas presentaciones?

Te voy a hablar de agosto del año 2018. Dentro del proyecto Candil de nieve que tiene Raúl Torres, tengo una especie de peña una vez al mes, ahora lo tengo los viernes en el Barbarán. El día 8 en la Casa del Alba estaremos en la Galería donde además estuvo la exposición de las fotografías premiadas del concurso Guevara, un millón de rostros, eso será a las 6:00 de la tarde.

Después, del 15 al 20 me voy a Colombia a un evento de solidaridad con Cuba y los pueblos de América llamado El Sinsonte. El 26 estaré en un lugar en el que siempre he querido cantar, en el Anfiteatro de Alamar. Yo vivo en ese municipio hace 35 años y siempre pasaba por ese lugar y decía: “algún día voy a tocar aquí”.

Recuerdo que cuando éramos jóvenes y salíamos de casa de Vicente, quien vivía a dos cuadras del anfiteatro, nos sentábamos y nos hacíamos los que dábamos un concierto, estamos hablando de hace 25 años. Ahora tengo esa oportunidad. Luego, el primero de septiembre voy a presentar el disco Luz en flor en el Teatro del Museo de Bellas Artes con el formato que me acompaña e invitados importantes del calibre del maestro Frank Fernández, Abelito Acosta y puede haber otros invitados.

Por otro lado, en el Restaurante Santo Ángel vamos a comenzar a hacer los Viernes de la Trova a partir de las 8:00 de la noche. Estaré un viernes al mes, pero intentaré llevar a otros trovadores para levantar eso.