Reynaldo García Blanco

Poeta y ensayista cubano. Nació en Venegas, Yaguajay, Sancti Spiritus, en 1962. Fue Director de la Casa Museo Heredia y Vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz de la cual es Miembro de Honor. Trabaja en el Centro del Libro y la Literatura de Santiago de Cuba como Director del Centro de Promoción Literaria “José Soler Puig”. Miembro de la UNEAC y de la AHS. Ha publicado, entre otros, los libros Larguísimo elogio, 1990, Ediciones Vigía, colección del San Juan; Textos para elogiar a la novia y al país, 1991, Ediciones Luminaria, colección La Verja; Advertencias (in)fieles para escuchar el pájaro de fuego de Stravinsky, 1992, Centro Provincial del Libro y la Literatura, y Editorial Oriente; Perros blancos de la aurora, 1994, Editorial Oriente; Abaixar las velas, 1994, Editorial Oriente, y Pinos Nuevos/ Editorial Letras Cubanas; Reverso de foto & Dossier, 2000, Casa Editora Abril; País de hojaldre, 2004, Editorial Letras Cubanas; y Campos de belleza armada, 2007, Ediciones Unión.

Ella, mi madre y yo

Mi madre que apenas sabía escribir me contaba que una vez le escribió a Fidel y que él no le contestó pues a lo mejor la carta no tenía la dirección adecuada o Fidel estaba muy ocupado,pero de todos modos ella seguía teniendo confianza en la Revolución.  

Un acto de fe para volver al libro

Escribir y leer es un acto de gracia. Escribir y leer es un acto del espíritu. La literatura como acto legítimo del hombre corre el peligro de perderse en las redes del mercado. Se hace necesario un acto de fe para volver al libro que nos conmueva, que nos diga un misterio, un ápice de alegría para enfrentar los días de barbarie que corren.