De historias invisibles a una declaración de cimarronaje

Fiorella Franco Duany
12/3/2020

Narrar historias del mundo, de pueblos silenciados o no, de luchas sociales, de personas desconocidas o muy conocidas, de antaño ha sido parte de lo que se refleja en los documentales.

El Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam, que incluye un espacio de conferencias, contó este miércoles con la presencia de la actriz, dramaturga y Premio Nacional de Teatro Fátima Patterson. Desde uno de los personajes interpretados por ella, Mafifa, una mujer que fuera primera campanera de la conga de Los Hoyos en Santiago de Cuba, estableció un diálogo con el público presente a partir de lo que ella decidió llamar "historias invisibles".

Fátima Patterson. Fotos: Carlos Daniel Carillo Herrera, fotógrafo de la oficina Santiago Álvarez del ICAIC
 

“‘Historias invisibles’ no es más que el resultado de años de observación con mucha paciencia, esperando por historias de la cotidianidad cubana. O por una historia transcendente como resultado de la búsqueda de una de las muchas historias que podemos encontrar a partir de las oportunidades ofrecidas por nuestro modelo social”.

Ahondar en este personaje, Gladys Linares, o Mafifa, una mujer negra, pobre, elaboradora de alimentos, músico, que tocaba la campana en la conga —un instrumento que hasta el momento solo había sido tocado por hombres— y además, una mujer feminista aún sin saberlo, es para Fátima un motivo más para la defensa de la racialidad, de la identidad del cubano.

Tomar el espacio de este Festival es para ella hablar también de la necesidad de la presencia de actores negros en el cine y la televisión.

“Esperamos ese despertar donde la mujer negra, la familia, sean visibilizados; los que dentro de 50 o 100 años acudan al cine para conocer historias diversas y ver cómo se ambientaba nuestra sociedad, dirán que es mentira todo lo que hemos dicho de las oportunidades dadas a todos, no verán a nuestros profesionales negros en pantalla porque nadie ha contando esas historias, no clasificamos, no habrá referencias de que estudiamos en las mismas universidades o politécnicos, que nos enamoramos y tenemos conflictos emocionales, historias alegres o desgarradoras”.

Velar porque exista constancia de las historias reales de nuestro país, para luego no tener que vernos en la situación de explicar entonces esta enorme omisión, el terrible acto de invisibilización realizado de manera consciente o inconsciente. Hacer de la memoria de Cuba una sociedad que se muestre multicolor, tal y como es, diversa. Esto es tarea también de los documentalistas: plasmar la realidad de lo que somos para los de ahora y para los que en algunos años podrán ver y saber de dónde vienen.

“Hay que tener clara la imagen de la nación cubana”, afirmó Belkis Vega Belmonte, directora y guionista de cine cubana. Mientras que Lázara Herrera, directora del Festival de Documentales, habla de cómo es un error combatir el racismo por o desde los decretos, una acción que se ha hecho en Cuba en varias ocasiones y que solo conllevará al fracaso en la lucha por la discriminación racial.

 

Debemos ser críticos acerca de los problemas que atañen a nuestra sociedad, debemos estar claros de lo que realmente sucede y no solapar situaciones de las cuales vemos muestras todos los días, y no podemos mirarlas de soslayo o hacer como que no existen. Sin dudas, el racismo es uno de estos problemas en la Cuba de hoy, uno de esos problemas que hay que mostrar para terminar con él de una vez por todas.

“Muchas veces he tenido que escuchar que en nuestro país son pocas las actrices negras o que no existen. Habría que ver hasta dónde es cierta esta afirmación y qué ocurre en los momentos actuales, y tengo que pensar en Elvira Cervera, Hilda Oates, Trinidad Rolando y otras cuyos nombres se han perdido en el tiempo. Aunque parezca que no, en esta lista incluiríamos a Asseneh Rodríguez junto a nombres de valiosos actores de toda Cuba, donde casi la única oportunidad estaba en los temas históricos y debían interpretar esclavos o sirvientes en las más contemporáneas, o los personajes con visos vernáculos”.

A partir de este comentario de la directora del Estudio Teatral Macubá, hay que entender que hablar de que no hay actrices y actores negros en Cuba es un error: nuestro país cuenta con muchos actores negros, invisibilizados de manera consciente o no. No se puede tener como pretexto que no se trabaja con ellos porque no los hay, y es un tema recurrente en nuestros medios; y que cuando se haga, sea para interpretar personajes estigmatizados en el imaginario cultural, muchas veces inconscientemente.

Debemos esperar por el estímulo de la conciencia de los creadores, del cine, la televisión, la radio y el teatro, para tocar estos temas y además los de género, los temas sobre la mujer, haciendo alusión en este caso al personaje del que habló Fátima Patterson: personaje real de la cultura popular tradicional cubana, santiaguera, una mujer negra, con una historia de la cual aún se habla.

Antes de concluir la conferencia, y luego del diálogo entre creadores y participantes en el Festival, Fátima recordó la necesidad de sensibilizar a las personas que tienen que ver con la imagen del país, para que sea multicolor, multirracial, y en la pantalla se muestre y quede la imagen de lo que realmente somos: “Por eso yo me niego a desistir en esta lucha, me niego y me declaro cimarrona públicamente, aunque ya lo era desde hace mucho tiempo”.