Desde el cielo, me vio a mí y a mi abuela

Jorge Fuentes
15/9/2020

El día que le dije a mi abuela que un hombre había llegado a la luna, me miró largamente y me dijo: "eso es mentira, la luna está en el cielo y allí solo pueden ir los muertos, allí está Dios". No se por qué razón no pude contestarle nada, pero me di cuenta que el mundo que ella representaba estaba terminando. Varios años después de su muerte Arnaldo Tamayo, un negro oriental que de niño era limpiabotas, también subía a ese lugar donde según mi abuela estaba Dios. No tengo la menor idea de qué me hubiera dicho si le doy esta otra noticia, pero estoy seguro de que su ausencia es el golpe más duro que le han dado a mi espíritu. Hoy hace 40 años que mi amigo se fue al cielo sin morirse. Trataron, en su momento, de disminuir su hazaña y deslizaron la idea de que los rusos lo habían hecho todo, que a él no lo dejaban hacer nada. Tamayo, un destacado piloto de combate, como lo era Gagarin, cumplió al pie de la letra con todos los requisitos de su misión y desde aquellos días su compañero de aventuras formó parte de su familia. Pocas veces he conocido persona tan amable y con tanta sabiduría para escuchar. Con mirada de Dios vio el planeta que nunca podremos ver. Me vio a mí y vio a mi abuela.

Arnaldo Tamayo Méndez, primer cosmonauta cubano y latinoamericano en volar al espacio.
Foto: Internet
 
Tomado del perfil de Facebook del cineasta cubano