En la televisión cubana, cada noche de jueves, sale al aire un programa que, de momento no tiene parangón entre las múltiples y variadas propuestas del Canal Cubavisión, “que va por todos”. Por la relajada amplitud del rango estético en su diseño, por la carga de denuncia en torno a problemáticas de marcado interés social y a la vez por la nobleza plasmada que desprende su realización, nos proponemos abordar las esencias de La Pupila Asombrada a partir del diálogo con su director general y uno de los guionistas, Iroel Sánchez.

Pero para comprender el funcionamiento del programa en su conjunto, presentemos la singularidad de cada uno de sus componentes, los encargados de materializar esa armonía colegiada que distingue al espacio televisivo desde hace siete años.

Equipo de La Pupila Asombrada. Foto: Tomada de Facebook

Por ejemplo, nada más que de contar La Pupila… con una conductora como Karen Brito, se sabe que, de hecho, estamos hablando de una batalla ganada. Entre las tantas opciones posibles, Iroel ha optado por escoger la simpatía de este rostro de sonrisa franca, pero con el suficiente carisma para convencernos acerca de planteamientos de raíz presentes en una mujer comprometida con su tiempo.

Dotado de una inquieta dinámica que para nada disminuye en su intenso afán creativo tras el paso del tiempo, está todo un personaje como Fidel Díaz, esa especie de hippie criollo que aún en pleno siglo XXI, persiste en la fidelidad a los elevados valores morales plasmados en la música que nos presenta en la sección “Aunque no esté de moda”. Precisamente, la acertada selección de los intérpretes y sus canciones en el programa, nos ratifican la ascendencia enciclopédica del melómano para guiarnos entre lo que más vale y brilla, sin temor a equivocarnos.

Por otra parte, la sobriedad y calidez de los comentarios de Omar Valiño en “La pupila ilustrada”, se percibe una sutil diferencia en el enfoque habitual de estos temas de la crítica cinematográfica, al conectarnos con el espíritu de elevada responsabilidad intelectual que despliega como director de la Biblioteca Nacional.

“Descifrando encrucijadas” constituye otra de las esperadas propuestas de La Pupila… al contar con la voz autorizada de Fabián Escalante, quien fuera jefe de los servicios de seguridad cubanos, para abordar con el lenguaje llano y diáfano propio de la sencillez de su persona, aquellos conflictos en los que el enemigo no ha cesado de involucrarnos durante más de seis décadas.

En la sección “Descifrando encrucijadas” de La Pupila… está la voz autorizada de Fabián Escalante, quien fuera jefe de los servicios de seguridad cubanos Foto: Tomada de Twitter

La otra agradable presencia femenina en La Pupila… es Nayma Cepero quien en “Dale click”, aporta el esperado encuentro con las tecnologías de la información y la comunicación desde su rango de ingeniera informática, doctora en Ciencias Técnicas y profesora de la CUJAE, como para dejarnos asombrados a pesar de su evidente juventud.

Y cuando un programa como La Pupila… transita por afluentes devenidos de la contemporaneidad, necesita del dominio de códigos innovadores para hacerlos coincidir en el empleo del lenguaje común que le logra imprimir al programa Mixael Porto, su director de televisión.

Finalmente, personal procedente de los Estudios de Animación del Icaic como Camilo Ferrara, Abel Roque, Lídice Marrero, Eugenio Gómez y Armando Alba, aportan sus saberes especializados en el manejo de las cámaras, la adecuada iluminación, una sugerente musicalización, la esmerada edición y el necesario nivel de producción como para hacernos difícil la percepción de posibles grietas en su terminado.

“(…) Para nosotros el programa se ha convertido en un modo de defender las ideas que abrazamos (…)”.

En cuanto a Iroel, persona sumamente conocida en las redes sociales por la decisiva, honesta y valiente actitud para desenmascarar cualquier artimaña del enemigo, su presencia en el programa a través de la sección “Futuro Inmediato”, está definida tanto por una larga trayectoria como periodista a la vez que por los conocimientos adquiridos como ingeniero, experiencia que le permiten calcular la resistencia de los materiales ideológicos a debate para proyectar la solidez de nuestros principios.

Estos son los argumentos de Iroel para convocarnos al origen mismo de La Pupila Asombrada.

Para empezar, creo que, con el transcurso del tiempo, el equipo se ha cohesionado y comprometido más. Con Fide y Omar sostengo una relación de más de veinticinco años, desde que compartimos conversaciones, ideas, lecturas y afinidades en la Editora Abril. A partir de una peña que hacía Fide en El diablo Tun Tun, llamada La Utopía, donde combinaba videos musicales con la descarga de trovadores, le propuse hacerla en un lugar más céntrico y diversificar los contenidos audiovisuales, incorporando contenidos vía WiFi. De ahí nació la peña La pupila asombrada en el Instituto Internacional de Periodismo. Cuando a sugerencia de varios asistentes, concebimos la idea de hacerlo en la televisión, también conversé con Omar, con quien durante mucho tiempo he compartido opiniones sobre contenidos que nos gustaría ver en nuestra televisión. Aunque tanto Omar como Fide son buenos comunicadores, siempre pensé que no podíamos trasladar la peña a la televisión tal como la hacíamos, y que necesitábamos una conductora. Mirando la televisión, tenía identificada a Karen por su convicción, por su sentido de lo político y de la cultura, no una cara bonita más, ya la había visto en la FEU de la Universidad. La llamé, le expresé el objetivo y respondió sin dudar, no me dijo “voy a pensarlo”, sino un sí desde el principio. Este colectivo, discute, confronta, aportando y enriqueciendo cualquier tema, con una ideología compartida, con una visión del mundo y del país que nos compromete, y con un sentido de lo que queremos hacer que hemos ido construyendo en la misma medida que sometemos a crítica todo lo que hacemos. Para nosotros el programa se ha convertido en un modo de defender las ideas que abrazamos, y en una causa que nos obliga a ser leales con ella y con el público que nos ve.

Iroel, no son pocas las ocasiones en que a medida que transcurre el programa, apreciamos el acertado tratamiento ético y estético del tema central a desarrollar por las diferentes secciones en esa emisión, pero lo verdaderamente sorprendente, es lo difícil que resulta encontrarnos con un momento de inflexión debido a la coherencia en la creatividad alcanzada.

Bueno mira Guille, pudiera decirte que hay tres modos en que llegamos a un tema: está el caso de un material poco visto o inédito alrededor del cual hilvanamos un programa, completándolo con música, y otros materiales que buscamos a propósito. También nos motiva la celebración de una fecha sobre la que nos proponemos llamar la atención y entonces investigamos en busca de materiales para hacer un programa y obviamente la presencia de una figura, nacional o extranjera, poco difundida en los medios de comunicación que puede tener mucho que aportarnos a los objetivos del programa. El plan es discutido varias veces en colectivo y lo vamos ajustando, según nos da cada tema con lo que queremos lograr. En todos los casos, buscamos luego, a través del guion, sostener el interés del televidente y dar un acercamiento desde distintas ópticas al tema, con un enfoque donde tratamos que sean los materiales que presentamos, más que lo que decimos nosotros, los que vayan armando la narrativa de cada emisión. Ahí es donde aporta cada sección sobre el tema central. Pero tal vez, lo que le puede resultar atractivo a muchos, es el contenido poco común en la televisión y tratar de conectarlo con las necesidades de interpretación política de la actualidad. Si hablamos de la historia no es para quedarnos en el pasado sino para interpelar el presente.

“(…) Si hablamos de la historia no es para quedarnos en el pasado sino para interpelar el presente”.

A diferencia de la media de otros programas conformados también por secciones, pero independientes entre sí, somos del criterio, Iroel, que en La Pupila… los comentaristas desarrollan sus temas desde la certeza de que cada uno de sus planteamientos, representa la sumatoria de una voluntad comprometida para enfocar acertadamente el tratamiento de cualquier asunto, por espinoso que este pudiera resultar.

Así mismo es. Pensamos que cualquier tema puede ser abordado, si se hace con apego a la verdad y de manera creativa, pero creo que lo esencial es el compromiso de quienes abordan el tema, su convicción de que toda obra pertenece a un contexto histórico, social y político que generalmente es omitido. Al colocarlo en ese contexto, la verdad brota casi sola, no hay que explicar demasiado sino acudir a la capacidad de análisis del televidente. Lo que hay que encontrar ons los materiales adecuados que cumplan ese objetivo y llamar la atención sobre ellos.

Otra de las virtudes que se le pueden señalar a La Pupila… es que nos llama a reflexionar en torno a polémicas realidades que habitualmente no son tratadas por otras televisoras en el mundo.

Bueno, como tú sabes, hay toda una producción cultural contrahegemónica que aborda esos asuntos. No es lo que te pone Google como primer resultado cuando buscas, ni tampoco lo que es noticia en los medios de comunicación, pero si investigas, con la brújula adecuada, los encuentras. Creo que el papel de una televisión para un país como el nuestro, es promover una visión crítica e informada sobre la realidad, no cortar y pegar lo primero que sale, que es lo que puede pagar por ser visto, sino aquello que a la maquinaria dominante no le interesa que se conozca. Y trascender el divorcio entre lo entretenido y lo que hace pensar. La inteligencia no tiene por qué ser hermana del aburrimiento ni lo político e histórico emparentarse con lo ladrilloso. Al menos proponernos dinamitar esas fronteras absurdas, pero existentes.

“(…) La inteligencia no tiene por qué ser hermana del aburrimiento ni lo político e histórico emparentarse con lo ladrilloso (…)”.

Y bien, aunque ya casi estamos agotando las motivaciones que dieron lugar a este fraterno diálogo, comparto la opinión de muchos televidentes que por las redes sociales han alabado la realización del programa a lo largo de todos estos años, pero para ustedes tiene que haber alguna que otra emisión, realmente memorable.

Yo mencionaría, Guille, las emisiones que dedicamos a las entrevistas prácticamente desconocidas del Che y Fidel con la periodista estadounidense Lisa Howard, fue una explosión no sólo en Cuba sino a nivel internacional. Del mismo modo los programas-reportaje sobre distintos lugares de nuestro país como Guanahacabibes, la Comandancia de La Plata, Playa Girón y también podríamos señalar las entrevistas con Pascual Serrano, Paco Ignacio Taibo II, o Belén Gopegui sobre el periodismo, la lucha ideológica y la industria cultural. Pero en general nuestro propósito es nunca dejar indiferente a quien nos ve.

Finalmente, tenemos la convicción de que cada salida al aire de una nueva emisión de La Pupila Asombrada, representa otra oportunidad para sentirnos justamente agradecidos al colectivo de realización por la posibilidad que nos dan de contar con semejante opción en estos tiempos difíciles. Un programa que al plantear como objetivo central el tratamiento de temas complejos desde el aliento de una singular relevancia artística, consigue alcanzar una eficacia tal del mensaje que contribuye a enaltecer en lo profundo del alma cubana, el orgullo por compartir entre todos nosotros, una propuesta que ya se nos ha hecho imprescindible en la televisión. Pero es el propio Iroel quien, antes de terminar, desea asegurarnos la continuidad del empeño colectivo en lo relativo a fomentar una mirada crítica alrededor de la industria cultural, los medios de comunicación y la tecnología al mismo tiempo de promover aquellos contenidos relacionados con temas específicos que suelen ser omitidos o marginados en Cuba y el mundo, junto al uso cultural de las tecnologías de la información y las comunicaciones.

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