El Hip Hop en la cultura cubana contemporánea

Alejandro Zamora Montes
24/1/2020

La idea de elaborar este texto (el cual forma parte de un segundo libro en el que me encuentro trabajando actualmente) surge a partir de una propuesta del amigo pinareño Luis Amaury Rodríguez Ramírez, y de mi lectura del libro Juan Formell y los Van Van. La leyenda, del periodista e investigador musical Rafael Lam (Chino Lam), en el cual se ofrece un recorrido histórico acerca de la agrupación reconocida popularmente como “El tren de la música cubana”, así como el abordaje de diversas facetas del célebre Juan Formell Cortina.

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Dentro de los múltiples datos interesantes en el volumen, tropecé con uno en la página 96 que me llamó poderosamente la atención. Se trata de un fragmento de conversación que sostiene Juan Formell con el investigador Guille Vilar. Lo reproduzco a continuación: “Los Van Van es una agrupación que ha estado siempre colocada en la preferencia popular. Fue una explosión en la década de 1970. Hemos sentido presión con otras agrupaciones. Cuando salió Irakere, arrasó, su propuesta era una monstruosidad, pero seguimos adelante; luego vino NG La Banda, un verdadero boom, y así una gran cantidad de agrupaciones buenísimas. En los momentos más brillantes de la música popular cubana, los Van Van siempre se han mantenido dentro del grupo de vanguardia. Eso sí, la respuesta del público y el tiempo han sido determinantes… los Van Van es una orquesta vanguardia, porque el público siempre me comprendió. A veces no desde el principio; te confieso que la canción ‘El buey cansao’, por ejemplo, al principio la gente no la entendió, pero cuando pasó un mes fue una explosión. Me pasó también en La Tropical, que para nosotros es el termómetro, con el tema ‘Deja la bobería’, que quizás fue el primer rap que se escuchaba en Cuba. La gente no se movió y terminamos el tema sin pena ni gloria. Pero después de unos meses, regresé de una gira por Europa y me encontré que el número estaba pegado en la radio. Empecé un baile con ese tema en La Tropical y lo corearon cinco mil bailadores” [1].

Conocer que una agrupación insigne como los Van Van había empleado el género musical rap en sus creaciones, y lograr con ello que bailaran cinco mil personas, me llenó de emoción al principio. Más tarde, reposadamente, me puse a reflexionar sobre este particular. ¿Cuánto ha influido el hip hop y su elemento musical, el rap, en la cultura cubana de finales del siglo XX y comienzos del XXI? Fue entonces que decidí indagar al respecto. Esta es solamente una primera e incompleta muestra, luego de una búsqueda arqueológica en diversas publicaciones seriadas (impresas y digitales), libros, filmografía, discografía, etc.

Cine

El cine cubano ha utilizado la música rap y elementos de la cultura hip hop en diversas ocasiones. En María Antonia (1990), del realizador Sergio Giral, aparecen varios jóvenes bailando pee wee y breakdance al final del filme. En el filme Nada (2001), del director Juan Carlos Cremata, se incluye la canción “De la loma soy”, interpretada por el dúo Doble Filo, en colaboración con el músico Edesio Alejandro. En la gustada película Los dioses rotos (2008), de Ernesto Daranas, aparece música del dúo Ogguere. Existen tres de los denominados “Cortos de Nicanor”: Exit (2011), Pravda (2013) y Arte (2015), del escritor y cineasta Eduardo del Llano, en los cuales están presentes canciones interpretadas por Sexto sentido, Los Aldeanos, Bárbaro “El Urbano” Vargas y Anderson Ibáñez. En los largometrajes Perfecto amor equivocado (2004), de Gerardo Chijona y El acompañante (2015), de Pavel Giroud, contamos con la actuación de Yotuel “Guerrero” Manzanares, integrante del famoso grupo Orishas. El reconocido director Fernando Pérez, en su filme Últimos días en La Habana (2016), incluye el tema “Chupa pirulí”, presente en el disco homónimo del grupo rapero S.B.S.

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Aunque de nacionalidad española, resulta válida la mención de Chico y Rita (2010), una película de animación de los directores españoles Fernando Trueba y Javier Mariscal, donde aparece una secuencia de jóvenes en la calle con una grabadora que emite música del fonograma A diario (2006), de la rapera cubana Telmary Díaz. De más está decir la influencia que tuvo en nuestro país el filme Habana Blues (2005), del también director español Benito Zambrano, a la hora de abordar géneros y estilos musicales de la denominada “Música Cubana Alternativa”, categoría operativa esgrimida por el periodista e investigador musical Joaquín Borges Triana.

Existen igualmente documentales sobre cultura hip hop bajo la autoría de realizadoras/es cubanas/os. Uno de ellos, Revolution (2010), de Mayckell Pedrero Mariol, resultó premiado en la Novena Muestra de Jóvenes Realizadores.

Música popular bailable cubana

El rap y la música popular bailable cubana son dos manifestaciones artísticas que han confluido de forma positiva. Pongamos como ejemplo la canción anteriormente citada: “Deja la bobería”, de los Van Van, un rap-songo presente en el álbum Aquí el que baila gana (1990). La colaboración de esta popular agrupación con los raperos Maykel Xtremo, Silvito “El libre”, Bárbaro “El Urbano” Vargas, Soandry del Río, Charly Mucharrima, Raudel “Escuadrón Patriota” y DJ Raphox, en el cine-teatro Acapulco, constituyó una emocionante realidad. Ambos géneros musicales (songo y rap) se juntaron en esta ocasión para interpretar la canción “Control”.

Existe hasta la fecha una confusión con el tema “El rap de la bicicleta”, atribuyéndoselo al grupo Irakere. En realidad, dicha creación pertenece al disco Reclamo por tu cuerpo (1995), cuando Paulito FG militaba en Opus 13. “Dale a los pedales” (1991) es la creación verdadera de Chucho Valdés e Irakere (es un son/rap que contó con guion de Eugenio Antonio Pedraza Ginori), aunque no es menos cierto que la letra trata acerca de ese medio de transporte que tan fielmente acompañó a las cubanas y cubanos en los difíciles años noventa.

José Luis Cortés (El Tosco), nunca tuvo reparos a la hora de mezclar ambas tendencias. Ejemplo de ello son sus temas: “El rap de la muerta”, “Échale limón”, “El rap del picadillo de soya”, “El rap de los detractores”, entre otros. La Charanga Habanera tiene una canción titulada “Timba con moña”, presente en su disco Soy cubano, soy popular (2007). Vale la pena aclarar que “moña” es un código que en nuestro país se ajusta a cierto rejuego de las voces e instrumentaciones en la música popular. También en lo referido a cierta escena/consumo cultural en donde descuellan géneros y estilos afronorteamericanos como el soul, R&B contemporáneo, hip hop-soul, neo-soul, entre otros. En la canción “La preferencia”, del disco El Noro y la Tribu (2013), se incluye la frase “Bomba para afincar” —título de un sencillo ubicado en el disco Hispanic Soul—, del rapero boricua Vico C. La colaboración de Tania Pantoja en la canción “Entre fieras”, del disco Libre (2015), de Telmary Díaz, deviene otra feliz unión musical. En el álbum Pasándola bien (2018), de la orquesta Pupy y Los que son son, existe una canción titulada “Tu amor no me interesa”, en colaboración con el grupo de rap Charlie Mucharrima y Los Niches.

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Otros géneros musicales (pop, rock, nueva trova, jazz)

El grupo rockero Garage H ha utilizado el rap en toda su carrera musical. Los álbumes Sin azúcar (1997), Al duro y sin guante (1997) y Mandatorio (2002), así lo confirman. El rapero Yrak Sáenz, del dúo Doble Filo, colaboró con ellos en el año 1995. Tenemos el caso del cantautor y guitarrista Athanai Castro, con su tema “Soy un blanco rapero”, perteneciente al disco Séptimo cielo (1997), quien, además, fue el productor musical del primer disco de rap cubano: Igual que tú (1998), del grupo Primera base. En los discos Corazonero (2004) y Pi. 3,14 (2011), del grupo Buena fe, colaboran los dúos raperos Junta Directiva y Los Aldeanos. Las canciones en las que aparecen, respectivamente, son: “Corazonero” y “Los miedos”.

En el año 2016, en la Gala de Premiaciones del programa Cuerda Viva, participaron juntos la destacada agrupación de música coral Vocal Leo y el proyecto Guámpara Music, donde también participó el grupo santiaguero de rap Golpe Seko. En el disco Brain Storm (2013), del grupo de jazz fusión Havana Sax, se incluye un tema titulado “Rap cubano”, bajo la autoría de Eduardo Fernández. Jorgito Kamankola fusiona muy bien elementos de la nueva trova, rumba, jazz, world music, timba, con el rap. Sus discos Musas desechables (2010) y Antes que lo prohíban (2014) son una muestra fehaciente de ello.

Jorgito Kamankola. Foto: Racso Morejón / La Jiribilla
 

Literatura

La cultura hip hop está presente en nuestra literatura infantil. Contamos con el volumen Un rap para Trina (2002), del autor Luis Pérez Pérez, de la editorial Capiro, en Santa Clara. El rap de las zanahorias (2010), bajo la autoría de José A. García Vilaseca, es un poemario publicado por la editorial Extramuros. En el libro titulado Marité (2012), del escritor Eldys Baratute Benavides, son narradas las peripecias de una adolescente rapera que alcanza la fama. Fue publicado por la editorial Gente Nueva. El rap del grillo rapero (2014) es un volumen del autor Ricardo Quiza Moreno, publicado por la editora Abril.

Sin mirar atrás (2016), el libro autobiográfico del eminente bailarín Carlos Acosta, publicado por la editorial cubana Arte y Literatura, hace mención —en varias ocasiones— a Miguel Ángel Abreu Larrondo (Miguelito La Peste), el mejor bailarín de breakdance que tuvo Cuba en los años ochenta. Contar el rap. Narraciones y testimonios es el primer libro académico sobre cultura hip hop publicado en Cuba por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC). Dicho volumen resultó premiado en la categoría Investigación Musicológica en el pasado certamen Cubadisco 2019.  

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Teatro

La Compañía Rosario Cárdenas estrenó en el año 2013 una obra titulada Tributo a El monte, en homenaje a la antropóloga Lydia Cabrera, con la participación del Dj Iván Lejardi y el grupo de rap Fuera de Norma. La colaboración del grafitero Yulier P con Nelda Castillo (directora del grupo teatral El Ciervo Encantado) en octubre del año 2017 propició que en la obra ¡Guan melón… tu melón! apareciesen grafitis de este artista, los cuales cubrían todo el escenario.

Tributo a El monte. Foto: Yuris Nórido / Trabajadores
 

Artes plásticas

En el año 2014 se realizó una exposición ampliada del diseñador Jorge Martell, en la galería de arte Teodoro Ramos Blanco. Se tituló: Juegos de manos, juegos villanos, inspirada en los poemas eróticos de Luis Rogelio Nogueras (Wichy). Aparecían dibujos al grafito sobre cartulina que representaban a manos que ejecutaban diferentes bailes, entre ellos, el breakdance. El 21 de julio del año 2017 fue realizada una exposición fotográfica en la galería de la Casa de las Américas, titulada De vuelta a las calles, del autor Abel Carmenate. En el XIII Simposio de hip hop cubano, efectuado del 23 al 27 de agosto del 2017, tuvo lugar una exposición donde confluyeron varias manifestaciones artísticas. Del 31 de agosto al 3 de septiembre del 2017 se efectuó el XV Festival Internacional Pinar Hip Hop, con una exposición en la galería Sala Real (de la AHS), nombrada Encuentros. Cimientos, futuro, unión, respeto y más, de la fotógrafa y activista Sahily Borrero.

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La confluencia de raperos de la denominada vieja y nueva escuela de rap cubano con el artista de la plástica Michel Mirabal, se hizo evidente en el cine-teatro Acapulco con el proyecto Créeme, que formó parte de la XI Bienal de La Habana. Participaron, además, el actor Jorge Perugorría, Israel Rojas (Buena fe), Vicente Feliú y Alexander Abreu. En el catálogo Diago: los pasados de este presente afrocubano, curado por el investigador Alejandro de la Fuente y con prólogo del intelectual Henry Louis Gates Jr., aparecen citadas las siguientes palabras del artista cubano: “No es que yo sea un pintor moderno y esté tratando ahora el tema [racial], reciclándolo fríamente. Yo digo que si hubiese sido esclavo me habría convertido en cimarrón. De hecho, lo que muchos hacemos a través del arte es cimarronaje cultural. Lo que yo estoy haciendo es algo así como una especie de pintura a lo rap, a la que adiciono la carga agresiva que me caracteriza… Considero que en lo que va de historia ya hemos hablado demasiado sobre el tema en tonos protocolares, ahora hay que entrarle duro a lo que es duro”.

Videojuegos y dibujos animados

En los clips promocionales de los videojuegos Súperclaria y La chivichana es utilizado el género rap. En el caso del primero, la canción es interpretada por los reconocidos intérpretes Yadira La Real e Israel Rojas. La dirección del clip es de José Rojas y la dirección de animación corrió a cargo de Halim García. En La chivichana, el joven MC Anthony Bravo rapea junto a Buena Fe, y la dirección del videoclip es de Joseph Ros.

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En el dibujo animado Historia de las abejas: el panal, aparecen algunas de ellas bailando breakdance al compás de un rap. En el animado titulado El rock del primitivo los intérpretes son Patricio Amaro y el grupo pinareño Tendencia, y el solo de rap es de Michel Fuentes Camejo.

Resumen

Estas son algunas de las contribuciones del rap y el hip hop a nuestra cultura nacional. Quedarían por compilar otras dimensiones que hoy se encuentran dispersas, pero no por ello inexistentes a todo lo largo y ancho del país. Muy provechoso sería analizar la imbricación de la cultura hiphopera en el habla popular, sexualidad, valores éticos, cocina, tecnología, moda, religión, estudios culturales cubanos, etc. Las puertas están abiertas.

Notas:
 
[1]  Lam, Rafael: Juan Formell y los Van Van. La leyenda. Ediciones Cubanas, Artex. La Habana, Cuba, 2015. p. 96-97.
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