El recuerdo de un abuelo une a dos países

Ernesto Cuní
13/2/2020

Visitar Cuba acompañada de su abuelo cuando aún era una niña, conocer por primera vez un país tropical proveniente de la tradicional y fría Europa —exactamente de Italia—, vivir el impacto que le provocó esta tierra y reencontrarse con ella, 20 años después, son pasajes que nunca borrará de su memoria la joven escritora de literatura infantil Virginia Merge.

Virginia Merge. Foto: Frank González. Tomada de Prensa Latina
 

Así lo hizo saber durante la presentación de dos libros suyos en el café Wichy del Pabellón Cuba: Nono Manta (Abuelo Manta) y La creatura delle stelle (La criatura de las estrellas). El primero de narrativa y el segundo de poesía con ilustraciones —también destinadas a colorear— de la propia autora.

Ambos volúmenes salieron en coedición bilingüe —italiano y español— del sello italiano Epics Edizione con la casa editora Abril, de Cuba. El lanzamiento formó parte de las actividades desarrolladas en el espacio de los jóvenes de la 29 Feria Internacional del Libro de La Habana 2020.

Los libros son fruto de la cooperación entre los 2 países, especialmente del centro studi Italia-Cuba (centro de estudios Italia-Cuba). El secretario general de esta institución, el italiano Piero Guarini, expresó su alegría por la concreción de ambos volúmenes. A la vez, comentó que ha podido palpar de cerca lo que es la educación y la cultura en Cuba: “es la base para una sociedad comprensiva para todos”, señaló.

Mabel Suárez, directora de la casa editora Abril, significó que Nono Manta es un libro pequeño, pero hecho con el corazón: “es un libro que sugiere lo que debemos sentir por los ancianos, el respeto que les debemos tener a nuestros abuelos y cómo llevarlos siempre dentro de nosotros y recibir sus enseñanzas”.

Nono Manta es un texto lleno de amor filial con un derrotero que imbrica múltiples emociones e intenciones, sobre todo, el cuidado y cariño a las personas de la tercera edad. Con la remembranza a su abuelo —en estas páginas convertido en un pez manta caribeño—, Virginia conduce a niños y adolescentes a venerar a ese sector poblacional. Por tanto, el libro viene a ser un amplificador de los valores humanos.

En el libro, este pez-abuelo-manta es un ser amable y generoso que trasmite a su nieta toda la alegría de vivir, según comentó la autora. El paso del tiempo lo envejece y enferma, lo conduce al inevitable fin. Pero esto no hará que su nieta lo deje de querer, al contrario, hace —junto a la galería de personajes de la historia— todo lo necesario para mantenerlo vivo dentro de ella.

Por su parte, La creatura delle stelle, nace de un sueño de Virginia. Llevada por la fantasía y sus emociones, empezó a escribir y dibujar lúdicamente, “es un libro de juego que invita a soñar a los niños…espero que pueda tocarles el corazón y trasmitirle todo el amor y alegría que tiene”, apuntó.

Piero Guarini al final de la presentación dijo: “Nuestra tarea de adultos es enseñar a los niños cuáles son los valores imprescindibles en la vida. Tenemos que ensenarles que no es importante la imagen, sino lo que tenemos dentro de nosotros. Tampoco es importante el dinero, sino la solidaridad. Enseñarles que no es importante la guerra, sino la amistad. Esto es lo que deseamos enseñarles a todos los jóvenes. Pero, también, debemos aprender de ellos la simplicidad y lo espontáneo”.

Un aparte con la autora

No puedo evitar deslumbrarme ante la hermosura de esta molto bella (muy bella) mujer. Espero pacientemente a que termine de firmar los ejemplares donados por ella a los niños y adultos presentes.

Emocionada y a la vez feliz comentó sus libros. Vienen a ser el 5to. y 6to. títulos publicados por ella, todos de literatura infantil. La invito a que refiera la experiencia de presentarlos en Cuba y señala: “Ha sido muy emocionante, fuerte. La piel me estalla. Verlos a ustedes como un pueblo fuerte es conmovedor. Es un pueblo con muchos colores, siempre sonriente. Es estupendo”.

Si estar en Cuba nuevamente, luego de un largo período de ausencia, es apasionante, vital, le pregunto ¿cómo le resultó años atrás, al llegar por primera vez? Sonríe y me devela esas emociones: “Fue un viaje muy bonito. La relación que tenía con mi abuelo era muy fuerte. Vinimos juntos. Cuando él falleció, me dejó un inmenso dolor que aún mantengo. Su recuerdo, lo vivido aquí afloró y escribí Nono Manta para recordarlo”.

De esa relación con este caimán verde vendrán otros títulos que Virginia comenta: “Ya estoy escribiendo uno que se titulará Fábulas sobre La Habana. Recoge, desde la fantasía y la anécdota, mi intercambio emocional con esta ciudad. Espero publicar con otras editoriales cubanas”.