La maestría artística de músicos y bailarines, los más diversos trajes típicos españoles y el folclor hispano y cubano se fundieron en la calle de Madera del Centro Histórico de la Habana Vieja, donde con el tradicional pasacalle dio inicio, la tarde del 12 de junio, el Festival Internacional La huella de España.

Este evento, surgido a finales de la década del ochenta como proyecto cultural del entonces cónsul general de España en Cuba, señor Juan José Santos Aguado, y de la prima ballerina assoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Alicia Alonso, ha dedicado cada una de sus ediciones a comunidades autónomas de España como Valencia, Asturias, Islas Canarias, Andalucía, Cataluña, Galicia y las Islas Baleares. Todas caracterizadas por la presencia de prestigiosos artistas y compañías danzarias representativas de estas regiones. No es entonces fortuito que su trigésima edición, del 12 al 16 de junio, esté dedicada a la tierra del Cid Campeador, Castilla y León, que aunque es una de las comunidades más pequeñas de la península ibérica, dejó profundas y notables huellas en Cuba, especialmente por sus encomiables labores culturales y benéficas a favor de los nativos.

Pasacalle inaugural del XXX Festival Internacional La huella de España. Foto: Maykel Espinosa / Tomada de Juventud Rebelde

Un amplio programa de actividades distingue este nuevo encuentro en el que a través del arte dialoga la cultura hispana con las esencias del acervo cubano. Y de manera relevante destacan la celebración de cuatro galas previstas para el Teatro Martí y el Anfiteatro de la Habana Vieja, que constituyen las principales sedes del festival.

La primera de estas galas, por ejemplo, evidenció una nueva etapa creativa del BNC y puso a prueba la versatilidad de estilos de sus bailarines, quienes junto a los invitados especiales de la compañía Antonio Gades, conmocionaron al público reunido en el Teatro Martí el día 13, durante la presentación única de la coreografía Bodas de sangre, basada en la novela homónima de Federico García Lorca y llevada al escenario en 1974 por el igualmente símbolo de la cultura española, el maestro Antonio Gades.

Mientras que otras presentaciones artísticas propiciarán la participación de compañías danzarias extranjeras y cubanas de reconocimiento mundial. Entre ellas Raíces profundas, Alas, JJ, una representación del Ballet Nacional de España y del ballet folclórico de Islas Canarias que asiste a esta fiesta del arte ibérico desde 1990. Asimismo sobresale la agrupación Ballet Español de Cuba, que con sus 36 años de labor ininterrumpida, es la máxima expresión del género en nuestro país, dirigida por el primer bailarín y coreógrafo Eduardo Veitía.

Confluyen de la misma manera en la trigésima edición del festival La huella de España, devenido espacio para mostrar las raíces hispánicas que perviven en la cultura cubana como resultado de un largo proceso de transculturación, la realización de conversatorios, conferencias magistrales, exposición y análisis de ponencias, a cargo de investigadores, intelectuales y especialistas de la fundación Fernando Ortiz.

Diversas presentaciones artísticas propician la participación de compañías danzarias extranjeras y cubanas de reconocimiento mundial.

Y no podían faltar los homenajes como el que tendrá lugar a Carmen Almodóvar, considerada una de las más acuciosas estudiosas de la presencia de la cultura hispana en nuestra Isla. Además de la inauguración de la muestra fotográfica Treinta años del festival La huella de España y el estreno del documental Antonio Gades, un legado para el siglo XXI, que figuran también en el programa de este evento auspiciado por el BNC, el Ministerio de Cultura, la Embajada de España y la Confederación de sociedades españolas radicadas en la Isla.

Primero la conquista y posteriormente la colonización marcaron para siempre la vida cultural de nuestra nación, que no ha podido ni tampoco quiere desprenderse de sus esencias hispanas. Por el contrario, apuesta, con la celebración de eventos multiculturales como el festival La huella de España, por su rescate y preservación, lo que permite al propio tiempo afianzar los vínculos entre España y Cuba, nacidos hace más de cuatro siglos. 

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