Entre el 18 y el 24 de noviembre las tierras de Guanabacoa retoman los atuendos africanos. Pareciera que los trapiches vuelven, y con ellos se respira una festividad que tiene de cultura y religión. Según su acepción, Wemilere es fiesta para los orishas, y bajo este nombre se acoge una legendaria jornada que llega este año a su vigésima octava edición. A propósito de tal festejo, La Jiribilla obtuvo declaraciones de Cecilia Valdés Piñón, secretaria ejecutiva del comité organizador de Wemilere.

“Los festejos están dirigidos a mantener vivo el conocimiento cultural e histórico en las futuras generaciones”. Imagen: Tomada del Portal del Ciudadano de La Habana

“Desde la entrada de los esclavos africanos a Cuba, Guanabacoa estuvo involucrada, pues era una tierra ocupada por trapiches y los operarios fueron hombres traídos de África. Estos tenían costumbres y creencias religiosas que prevalecieron en sus asentamientos y pasaron a formar parte del sincretismo y de la cubanía”, explicó Valdés Piñón, quien es también especialista de Programas y Proyectos Culturales de la Dirección Municipal de Cultura.

“Los festejos están dirigidos a mantener vivo el conocimiento cultural e histórico en las futuras generaciones, y dar a conocer cuáles son los verdaderos componentes de nuestra nación. Esta jornada se caracteriza por la representación de bailes, música, pinturas originales, así como por la exposición de los trajes típicos y las comidas alegóricas”, comentó la experta.

Aunque en otras comunidades se ven reflejadas las tradiciones afrocubanas, Guanabacoa ha sido uno de los lugares en los que han perdurado con más fuerza estas raíces. “La actual edición está dedicada a los 503 años de San Cristóbal de La Habana, a los 120 años del natalicio de Guillén, al aniversario 60 del Conjunto Folclórico Nacional y a los 85 años de Rogelio Martínez Furé, presidente de honor de este evento por más de 15 años”, precisó.

“La razón de ser de tal festividad es el amor a la tierra y a sus tradiciones”.

Una de las riquezas de Wemilere es que desarrolla al unísono diversas actividades. “Resulta una festividad múltiple, porque en ella confluyen manifestaciones artísticas como la literatura, la danza, la música, incluso la investigación a través del coloquio Presencia, dirigido por el Museo Municipal”, dijo Valdés Piñón.

En esencia, la razón de ser de tal festividad es el amor a la tierra y a sus tradiciones, como muestra constante de la búsqueda y la preservación de la identidad nacional. En palabras de la secretaria ejecutiva del comité organizador del evento, uno de los retos es recuperar la competencia y que no solo se represente La Habana, sino que exista retroalimentación con otras provincias y con los países a los que está dedicado el evento, de modo que se logre un intercambio real con la cultura original.

¡Se abren así las puertas de Guanabacoa!