Las flautas se dieron de la mano este domingo en un concierto magistral. Las flautas se fundieron con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta del maestro Enrique Pérez Mesa. Las flautas fueron puente de unión entre naciones, así como lo ha sido siempre la música y en especial el jazz. El espectáculo Flautas sin fronteras, en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, bajo la dirección del multipremiado instrumentista Orlando Valle, Maraca, descorrió el telón de la 38 edición del Festival Internacional Jazz Plaza 2023.

Las flautas se fundieron con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la batuta del maestro Enrique Pérez Mesa.

En un primer momento del espectáculo llegó hasta el escenario la estadounidense Jennifer Grim, a quien el New York Times calificó como “una flauta solista hábil y suave”. Esa delicadeza a la hora de ejecutar el instrumento y su amplitud como ejecutante se reflejaron en cada nota del Concierto en sol menor La Notte, de Antonio Vivaldi.

Ana María Hernández, concertista internacional y solista de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, hizo un recorrido excepcional por el pentagrama de las piezas “Movimiento Yocahú y Jucarán” y “Movimiento Mestizaje” del Concierto Borikén para flauta, piccolo y orquesta, de Ernesto Cordero, uno de los compositores y guitarristas clásicos más importantes de ese país. Precisamente, Hernández supo reflejar en el escenario el sabor caribeño que distingue a las creaciones de Cordero.

De Cuba, Niurka González, con la comodidad y maestría que la distinguen en cada una de sus interpretaciones, trajo hasta la Covarrubias las composiciones de José María Vitier con la ejecución de “Pórtico para flauta y orquesta sinfónica” de la pieza Habana Concerto.

Tras la presentación de González, Maraca tomó el micrófono y agradeció por la oportunidad de cohesionar un concierto como ese, en el que se había reunido tanto talento con la flauta en un mismo escenario por primera vez en Cuba.

Niurka González evidenció la maestría que la distingue en cada una de sus interpretaciones.

Luego, en una segunda parte del concierto inaugural del Jazz Plaza 2023, el recorrido musical fue hasta Brasil para homenajear a Tom Jobim, guitarrista y pianista de música popular brasileña y música clásica, y a Marcus Vinícius de Moraes, uno de los autores pilares en la bossa nova.

La voz de la intérprete Paula Morelenbaum trajo hasta la sala el ambiente brasileño, sus ritmos, la samba y el carnaval; pero con la delicadeza de la música de concierto. La cantante defendió los arreglos del chelista Jaques Morelenbaum, reconocido productor musical y compositor de ese país sudamericano, en los temas Aguas de marzo, Ela é carioca, Garota de Ipanema, Surfboard y Wave. Lula Galvao, también de Brasil, acompañó la ejecución con la guitarra eléctrica.

Uno de los mayores aciertos de este festival es mostrar la magia que emana de la fusión de la música cubana con la de otras partes del orbe.

La Sinfónica Nacional fue un plus añadido al talento de los reconocidos instrumentistas cubanos José Portillo (piano), Adner López (batería), Degnis Bofill (percusión) y Rafael Paseiro (bajo). Los temas arreglados e interpretados por Maraca, Noche de batá y Flauta sin fronteras, dotaron al concierto de la cubanía que también distingue al Jazz Plaza.

Además de reunir en un mismo escenario a los músicos que defienden el jazz, otro de los mayores aciertos de este festival es mostrar la magia que emana de la fusión de la música cubana con la de otras partes del orbe. Esa riqueza musical, como la del Caribe en sí, es el plato fuerte durante los ocho días en los que en La Habana y Santiago solo se respira jazz.

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