Havana Jam: emotiva armonía entre los pueblos de Cuba y Estados Unidos

Guille Vilar
21/10/2019

Para muchos de nosotros, la actuación de los Rolling Stones en nuestro país marcó un momento inédito en cuanto al significado de semejante suceso, y no solo por la gran amplificación mediática que abrió la posibilidad de una interminable cadena de eventos similares con importantes intérpretes del rock anglosajón, ansiosos por presentarse ante el público cubano. Lamentablemente, semejante consecuencia no tuvo lugar.

Foto: El blog de Pedraza Ginori
 

Sin embargo, vale recordar que, hace precisamente cuarenta años, el teatro Karl Marx fue el escenario del llamado Havana Jam o Encuentro Cuba-USA entre músicos norteamericanos y cubanos. Si dichos conciertos hubieran tenido una consecución lógica en el tiempo, la memorable presentación de los Rolling Stones se hubiera asimilado entre nosotros con mucho menos expectativa.

Si la presencia en la Cuba de 1979 de agrupaciones y solistas norteamericanos de excelencia en sus respectivos estilos, no tuvo una repercusión mayor a nivel masivo fue debido a la magnitud del diferendo entre los gobiernos de ambos países como consecuencia del criminal bloqueo que nos han impuesto desde comienzos de los años sesenta. No obstante, presenciar en directo la actuación de una agrupación emblemática del jazz rock como Weather Report en su mejor momento, con la participación del tecladista Joe Zawinul, del saxofonista Wayne Shorter y del legendario bajista Jaco Pastorious, hubiera sido suficiente para justificar la realización de este concierto. Pero es que, además, la escena del teatro capitalino recibió la actuación del Trio of Doom, conformado nada menos que por el batería Tony Williams, al bajo Jaco Pastorious y el mítico guitarrista líder de la Mahavishnu Orchestra, John McLaughlin. Y por si todavía fuera poco, el afamado cantante y compositor Billy Joel estrenaba en La Habana el espectáculo que iniciaría una gira de conciertos en los Estados Unidos, a propósito de la presentación de su último disco en aquel momento.

Aunque en la lista de los invitados aparecen otros no menos significativos, los visitantes a su vez quedaron admirados de la poderosa impronta creativa del grupo Irakere, de la perenne vigencia del personal sonido de la Orquesta Aragón y del timbre inigualable del canto de Pablo Milanés, entre otras auténticas leyendas de la música cubana contemporánea allí presentes.

Intentos similares, como el Music Bridges, tuvieron lugar en el verano de 1989, pero ninguno con la alta representatividad de calidad artística que distinguió al Havana Jam. Lástima que la administración del señor Donald Trump se ha empeñado en arreciar las medidas y mecanismos del bloqueo contra nuestro país, porque, a su pesar, tanto los norteamericanos como nosotros sabemos que ambos pueblos se pueden reunir armoniosamente mediante el intercambio de sus respectivos músicos, tal como sucedió hace cuarenta años en el Havana Jam.