Con motivo del Día Internacional del Idioma Español, la Academia Cubana de la Lengua (ACuL), entre sus actividades, ha entregado la Condición de Académicos Honorarios a los grandes intelectuales cubanos Antón Arrufat y Reynaldo González, en el aula magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.

“Los dos escritores han sido muy activos en la Academia. Por tanto, resulta un reconocimiento y a la vez una libertad que se les da”, precisó Jorge Fornet Gil, actual director de la ACuL.

“Los grandes intelectuales cubanos Antón Arrufat y Reynaldo González han sido reconocidos por la Academia Cubana de la Lengua con la Condición de Académicos Honorarios”.

“La entrada de Reynaldo González a la Academia Cubana de la Lengua, con un discurso dedicado al novelista Ramón Meza, se produjo el 18 de marzo del 2005, hace exactamente dieciocho años, y a esta corporación ha servido con la misma nobleza que lo ha caracterizado cumpliendo, en un lapso de tiempo, la función de tesorero. Hoy Reynaldo no abandona esta corporación, sino que pasa a la condición de Académico Honorario, estatus que para nada tiene de simbólico o figurado, pues podrá continuar participando en las sesiones, pero con menos presión, no digo con menos compromiso, condición innata en él. De modo que no lo estamos despidiendo, sino que le estamos otorgando una categoría mayor, en un espacio en el cual, y cuando guste, siempre será muy bien recibido”, expresó Cira Romero en las palabras de elogio al escritor.

Por su parte, el escritor Reinaldo Montero honró la obra del intelectual Antón Arrufat: “… toca decir que obras tan excelentes y autor tan excelente han merecido galardones: como los cuatro premios de la crítica, la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier, el Premio Nacional de Literatura. En los libros honrados —y en los callados— está de muchas maneras el niño que pasó la primaria en el colegio Dolores de Santiago, y en los Escolapios de La Habana (…) y está también el señor de 45 años que se graduó de filólogo en la Universidad de La Habana después de mucho abandonar y retomar los estudios.

El escritor Reinaldo Montero honró la obra del intelectual Antón Arrufat.

“En estos tiempos de déficit de atención, de celebración de lo efímero, de amasijo de sandeces, con redes sociales, son imprescindibles autores como Antón Arrufat, que nos regalan textos para intentar disfrutarlos, que nos revelan el discreto encanto del arte de escribir”, añadió Montero.

Como ya es tradición cerca al 23 de abril, la ACuL y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana se reúnen en el parque San Juan de Dios, y colocan ante la estatua de Miguel de Cervantes, el padre de la Lengua, una ofrenda floral. En esta ocasión el Doctor José Antonio Baujín habló en representación de la academia y sus palabras llegaron acompañadas de su virtud de haber realizado la más importante compilación nacional de trabajos sobre Miguel de Cervantes.

Como ya es tradición cerca al 23 de abril, la ACuL y la OHCH se reúnen en el parque San Juan de Dios, y colocan ante la estatua de Miguel de Cervantes, el padre de la Lengua, una ofrenda floral.

En el acto se reconoció al capítulo cubano de la Red de Egresados de la Escuela de Lexicografía Hispánica, jóvenes que en estos momentos colaboran con los académicos para actualizar los diccionarios de la Lengua.

En este sentido, resulta importante agregar que la Academia desempeña un trabajo de cara al público. Entre sus dinámicas prepara ciclos de conferencias y publicaciones que rescatan la historia de la literatura y la lingüística en Cuba. La ACuL no actúa sola, sino que en ese empeño intervienen muchos investigadores, profesores y e instituciones como el Instituto de Literatura y Lingüística.

“El español no existe en abstracto; se hace una lengua viva a través de sus hablantes y escritores”.

“La ACuL la hacen, en primer lugar, los hablantes. La academia no tiene ninguna potestad para imponer la lengua, por lo que trata de entender lo que ocurre y sobre esa base, hace su programa. El ADN de nosotros es preocuparnos por la variante del español hablada en Cuba y tratamos que los diccionarios resulten lo más preciso posible en cuanto a la presencia de cubanismos”, advirtió Fornet.

“Por tal razón, el español no existe en abstracto; se hace una lengua viva a través de sus hablantes y escritores. El idioma español, y su variante cubana, forman parte de nuestra identidad. El español se va haciendo y la identidad junto con él. Esa lengua cubana es nuestra idiosincrasia y nuestra manera de ver el mundo”, agregó el directivo.

Como mismo no existe una única lengua española, tampoco hay una variante exclusiva cubana; ella se nutre del tiempo, los lugares y las generaciones. Sirva este homenaje de la ACuL para acercarnos a la labor de una academia que, además de atesorar la historia de gran parte de la intelectualidad cubana, estimula el estudio del idioma español en este pedazo de tierra.

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