Durante el mes de diciembre tuvieron lugar dos talleres en el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello: el IV Taller Identidades, Cultura y Juventudes y el VII Taller Internacional Cultura y Desigualdad. Aspectos Teóricos y Metodológicos para el Estudio de las Desigualdades Sociales. Aunque fueron independientes, ambos tuvieron puntos en común, como los abordajes de las desigualdades y de las identidades en estrecha relación con variables socioeconómicas y culturales. También los dos espacios apuntaron retos y desafíos para las políticas públicas en el país.

Identidades, Cultura y Juventudes

Con ya tres encuentros precedentes, en el IV Taller Identidades, Cultura y Juventudes dialogaron investigadores de instituciones académicas y educativas de varias zonas de Cuba. Entre los principales elementos debatidos estuvieron las necesidades culturales de los jóvenes, las características de los grupos en ventaja y desventaja, los prejuicios por género, orientación sexual, color de la piel, procedencia, ocupación, creencias religiosas y edad; los factores de la estructura social que reproducen desigualdades, las mediaciones familiares en el desarrollo de niños y adolescentes, y el comportamiento de las identidades en las comunidades virtuales.

“Entre los principales elementos debatidos estuvieron las necesidades culturales de los jóvenes”. Fotos: Cortesía del ICIC Juan Marinello

Para la Dra. Elaine Morales Chuco, investigadora del ICIC Juan Marinello y una de las organizadoras del taller, hay dos grandes tendencias en el abordaje de las identidades desde Cuba: el análisis de la identidad cultural y el de la identidad nacional. En el estudio de la primera ha prevalecido la investigación acerca del conocimiento que tienen las personas sobre las bellas artes, a su juicio, insuficiente, porque las artes son solo un elemento para considerar, y no el único. En el estudio de la identidad nacional ha primado la indagación sobre los elementos axiológicos y de valores que distinguen a los cubanos desde el punto de vista ético.

“(…) hay dos grandes tendencias en el abordaje de las identidades desde Cuba: el análisis de la identidad cultural y el de la identidad nacional”.

No obstante, según su criterio, en los últimos años se ha abierto una tendencia mucho más inclusiva en el estudio de las identidades

…que tiene en cuenta, no solo las bellas artes, no solo lo axiológico, sino también todo lo que tiene que ver con el patrimonio material e inmaterial, y con otros elementos que distinguen la identidad relacionados con lo comunicativo, con las formas en que nos asociamos nosotros como cubanas y cubanos, en el valor que les damos a esas asociaciones, en cómo cada uno de esos componentes está también vinculado a la composición socioclasista de la sociedad cubana.

En ese sentido recalcó la necesidad de rechazar visiones homogéneas en el estudio de las identidades y asumirlas desde una diversidad que se entrecruza con variables territoriales, etarias, de género y vinculadas al poder adquisitivo y el color de la piel.

El taller del ICIC Juan Marinello se enmarca en el Programa Sectorial de Ciencia, Tecnología e Innovación “La identidad cultural cubana, latinoamericana y caribeña: su fortalecimiento ante las transformaciones económicas y sociales en el mundo contemporáneo”, coordinado por el propio Instituto junto a otras organizaciones cubanas.

Con respecto a su actual desarrollo, Morales Chuco afirmó que

…trabaja por ser inclusivo, y por ser cada vez más el reflejo de esa diversidad de producción cultural que hay en el país, y ha tenido grandes avances. El programa se ha propuesto investigar y contribuir a la transformación de las políticas culturales a nivel de determinado territorio y eso nos pone en diálogo con las Direcciones Provinciales de Cultura. No quiere decir que el diálogo siempre sea expedito, pero estamos trabajando en eso.

Se recalcó la necesidad de rechazar visiones homogéneas en el estudio de las identidades y asumirlas desde una diversidad.

Como avances reseñó los diagnósticos sobre las transformaciones de comunidades específicas cubanas en vínculo con los impactos económicos; la formación de capacidades en relación con la interpretación del patrimonio histórico cultural; la sistematización de producciones anteriores acerca de la identidad cultural cubana; los principales aciertos de la gestión cultural y del desarrollo cultural comunitario; la caracterización de las identidades en poblaciones específicas, y las implicaciones ideológicas de la identidad cultural en ámbitos como las redes sociales o las instituciones educativas.

Sobre retos y desafíos expresó que versan sobre una mejor conexión con el Ministerio de Cultura para que las investigaciones impacten directamente en las políticas culturales y la toma de decisiones institucionales. A lo interno, resaltó la necesidad de una mayor articulación entre los investigadores para fortalecer la solidez de los estudios.

Cultura y Desigualdad

Este año el VII Taller Internacional Cultura y Desigualdad. Aspectos Teóricos y Metodológicos para el Estudio de las Desigualdades Sociales asumió una modalidad híbrida que alternó espacios físicos con otros virtuales, lo cual permitió que pudieran participar investigadores cubanos y de otras partes del mundo. La presente edición estuvo marcada por el abordaje teórico-metodológico, al debatir métodos como el de la reflexibilidad o conceptos como el de capital, aunque se abordaron además las principales problemáticas relativas a las desigualdades en Cuba y América Latina.

Para la investigadora del ICIC MC Yeisa Sarduy Herrera, organizadora del taller junto al MC Rodrigo Espina Prieto, subdirector de la institución, en el contexto latinoamericano siguen aumentando las desigualdades, en nuevas brechas y en las preexistentes, que con la pandemia de la COVID-19 se han acrecentado. Estas se ponen de manifiesto no solo en el campo de la salud, sino en los ámbitos educativos, económicos, migratorios, culturales —entendida la cultura en su sentido más amplio—. Sobre las particularidades de Cuba Sarduy expresó:

Hay una diferencia con América Latina a partir de los indicadores que tenemos de la salud y de la educación gratuita. Sin embargo, hay también determinados indicadores de desigualdad que se están comportando, quizás semejantes desde punto de vista socioeconómico.

No obstante, no estamos al mismo nivel de la región, y si esto ocurriera, sería muy preocupante teniendo en cuenta el sistema por el que estamos apostando desde más de hace 65 años. En este sentido, podemos afirmar que la desigualdad está fundamentalmente marcada por las cuestiones de género, generación y raza, tanto en América Latina como en Cuba, cada una con sus particularidades.

“(…) en el contexto latinoamericano siguen aumentando las desigualdades, en nuevas brechas y en las preexistentes”.

Retos para las políticas públicas

En ambos espacios se debatió sobre la relación de las ciencias sociales con las políticas públicas y el accionar institucional, y la responsabilidad de los investigadores de incidir en la transformación social desde un punto de vista ético y comprometido con el desarrollo sostenible.

Para Elaine Morales, la identidad cultural cubana “…tiene que ser necesariamente más inclusiva, una identidad que esté a tono con los tiempos que está viviendo el país, con lo que se ha dictado en la Constitución, con lo que ha dictado el Código de las Familia, y con el pensamiento social contemporáneo cubano”.

“En ambos espacios se debatió sobre la relación de las ciencias sociales con las políticas públicas y el accionar institucional (…)”.

Sus principales sugerencias a las políticas públicas están encaminadas a los derechos culturales, los cuales “…no se restringen al acceso a las instituciones culturales”. En este sentido afirma que si bien fue un paso de avance enorme del sistema de instituciones culturales la gran cantidad de ofertas puestas al alcance de toda la población, se tiene que pasar a un proceso de mayor participación en la producción de esa cultura, y para esto es necesario que se reconozca como producción cultural, no solo lo que se construye desde dichas instituciones, sino lo que han construido las personas en su vida cotidiana y los modos de ser cubanas y cubanos. Y enfatiza:

No solo podemos ver la producción y acceso a música, cine, teatro… sino cómo se disfruta y qué se quiere ver proyectado ahí desde las prácticas que tenemos hoy en el país. Eso también es cultura, el cómo somos más allá de esas artes. Si logramos integrar esto, estaríamos en la democracia cultural y no solo en la democratización de la cultura ya existente.

Para Yeisa Sarduy, el primer reto de las políticas públicas cubanas para la reducción de las desigualdades es “…focalizarse más teniendo en cuenta las especificidades y las heterogeneidades sociales de los diferentes grupos”. El segundo, es ganar claridad en cuanto a diseño, implementación y evaluación: “¿Cómo se está diseñando esa política? ¿Cómo se va a implementar? ¿Cómo será la evaluación del impacto?”. Apuntó, además, la necesidad de estudios longitudinales que permitan corregirlas oportunamente desde los primeros momentos de su implementación y desarrollar una metodología para evaluar su impacto.

Esta última apreciación se conecta con el desafío a las ciencias sociales en la esfera de las políticas públicas. Para brindar un buen un buen diagnóstico, se necesita un aparato teórico metodológico coherente, lo cual implica apropiarse cada vez más de nuevas herramientas desde el punto de vista epistémico. Entonces, el tercer reto sería la articulación entre políticas sociales y la academia.

“Para brindar un buen un buen diagnóstico, se necesita un aparato teórico metodológico coherente”.

Específicamente sobre las instituciones de la cultura, Sarduy Herrera coincide con Morales Chuco en la exigencia de trascender la visión iluminista circunscrita a las bellas artes, para adentrarse en otros campos. Concuerda, asimismo, en establecer un abordaje cultural desde la heterogeneidad y la pluralidad que permita focalizar las políticas cultuales en dependencia de las necesidades de los diversos grupos sociales en la Cuba de hoy.

El abordaje cultural desde la heterogeneidad y la pluralidad debe permitir focalizar las políticas cultuales en dependencia de las necesidades de los diversos grupos sociales en la Cuba de hoy.