¿Qué le está sucediendo a los terrícolas? ¿Será efecto de la comida basura, de las adicciones, de la intoxicación con las peores propuestas de Internet?

Pasan los días y la prolongación de la guerra en Ucrania, lejos de procurar reflexiones que contribuyan a amainar la crisis, intensifica la rusofobia en Europa a escala demencial.

“Todos censuran al agresor en una guerra, pero ello no justifica la riposta con otra guerra que (…) sustenta la anticultura como arma de destrucción masiva. Foto: Internet

Se violan todos los principios democráticos, no se respetan los derechos de los ciudadanos rusos establecidos en Europa, se agrede, se amenaza por haber nacido en Rusia a personas ajenas al devenir político de esa nación.

¿Dónde han quedado las medidas civilizatorias, la libertad de expresión, los derechos y libertades individuales de una Europa que, presuntamente, es adalid de esos valores occidentales, los que esgrime para exigirlos a otros países?

No es un problema ruso, ni europeo. Va mucho más allá, no solo porque Estados Unidos mueve los hilos a su antojo, sino porque “una mayoría” apoya, como ocurrió con la expulsión de Rusia de la Comisión de Derechos Humanos sin investigar los crímenes de guerra que se le imputaban.

Es decir, no hay respeto por las más elementales reglas del derecho internacional. Lo terrible es que ese valor precario, aunque indispensable, que ha sido el cuidado de la cultura artística, que logró alcanzar repercusión universal más allá de los límites occidentales, como base de respeto inclusivo, está siendo derrumbado con la misma impiedad nazi por quienes pretenden dar lecciones de democracia libertaria.

“Es muy alarmante el panorama. Cierto es que todos censuran al agresor en una guerra, pero ello no justifica la riposta con otra guerra que no solo demuestra la involución, sino que sustenta la anticultura como arma de destrucción masiva”.

A los rusos les quieren hacer pagar su atrevimiento de haber intentado hacer una sociedad socialista, también su poderío histórico, pero también arrasaron con la cultura iraquí, la libia, intentan hacerlo con la palestina, la siria… y la causa fundamental es que esos países no eran vasallos de Estados Unidos como lo es ahora Europa, con cuya cultura liberal están acabando, porque de lo que se trata es de eliminar ese sedimento que proporciona el fomento de ideas y formas de llevarla a la práctica de manera propia.

Es muy alarmante el panorama. Cierto es que todos censuran al agresor en una guerra, pero ello no justifica la riposta con otra guerra que no solo demuestra la involución, sino que sustenta la anticultura como arma de destrucción masiva.

Ese mismo diseño es el previsto para Cuba, aunque haya quien no quiera verlo. Y ¿qué garantías de democracia y libertades augura?

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