ji, ji, ji o cuando el arte se torna reflexión

Onaisys Fonticoba Gener
8/2/2017

El diálogo constante con el arte parece ser —una vez más— el tema que guía ji, ji, ji. (Apóstrofe), muestra del artista cubano Luis Gómez Armenteros (La Habana, 1968) que continúa su línea de trabajo comprometida con el conceptualismo.

Integrada por ocho instalaciones, un video-performance, una video-instalación y una escultura tradicional, la expo revela una mirada crítica sobre la relación de los autores con la institución Arte, así como las preocupaciones ideoestéticas de su propio realizador.

Piezas como Esa no es mi intención (conjunto de ocho fotografías a color), Y más pintura invisible (video-instalación), Bippity, boppity boo (políticamente correcto) (instalación), o ¿Qué puedo hacer ahora que todo es posible? (instalación con proyecciones de video enfrentadas), tratan de indagar en los hábitos de consumo enfatizando la mercantilización de los productos culturales y apartándose de cualquier obviedad.

exposición del artista cubano Luis Gómez Armenteros
Esa no es mi intención. Conjunto de ocho fotografías a color. Foto Jesús Pérez Martín

Provocadoras y sugerentes, sus piezas incitan al análisis profundo y al cuestionamiento. En ese sentido, Manual de teoría de la conspiración del arte cubano, obra realizada entre los años 2016 y 2017, es quizá la más controversial y visitada de la muestra.

La instalación, que ocupa toda una pared y debe ser vista a través de pequeños agujeros en un panel de cartón que tiene delante, integra la fotografía y materiales como el aluminio, el pladur y la papelería, para indagar en los mecanismos de realización, distribución y consumo del arte. Si, en cambio, se obvia el panel y se va directamente a la pared, se tiene enfrente un enorme conjunto de recortes de periódicos, e-mails, post it y apuntes que dan la sensación de haber descubierto el “plan maestro” o la investigación de algún criminal.

En cualquier caso, el público llega a la pieza, interactúa con ella —incluso toma nota de sus ideas— y se adentra en la “maquinaria” del Arte. Como en ocasiones anteriores, el empleo de diferentes soportes se traduce en una suerte de “confrontación” entre la cultura, la sociedad y las relaciones de poder.

Sin embargo, más allá de la provocación, quizá lo más extraordinario de esta muestra sea la reflexión que logra a partir de la perspectiva singular de su autor, de la especie de distanciamiento con que se asume una “estrategia” trazada por un “desconocido”.


Manual de la teoría de la conspiración del arte cubano. Instalación. Foto: Jesús Pérez Martín

Ji, ji, ji (Apóstrofe) —que contó con la curaduría de Corina Matamoros— estará a disposición del público hasta el 10 de abril próximo. No obstante, vale señalar que desde 2001 el MNBA mantiene en exposición permanente la obra de este artista.

Egresado del Instituto Superior de Arte de La Habana en 1991, Luis Gómez ha realizado 17 muestras personales, participado en igual número de exposiciones colectivas, y algunas de sus piezas figuran en importantes escenarios como el Van Reekum Museum Apeldoorn, de Holanda; el Ludwing Forum, de Alemania; y el Cincinnati Contemporary Art Center, de los Estados Unidos.