A Luis García Hourruitiner (Sancti Spíritus, 1953) le fue otorgada la Distinción por la Cultura Nacional ante su dilatada y sustancial trayectoria como artista visual cultor de la abstracción. Durante décadas se mantuvo firme con su ideario estético en épocas en que tal tendencia no era bien vista en el ámbito cubano por considerarla escapista y menos apreciada en su tierra natal por predominar la impronta de un realismo paisajístico. Esa tozudez creativa derivó en un dominio de los procedimientos técnicos y morfológicos del arte informalista, en tanto ha sido seguidor de ese movimiento artístico que abarca las tendencias abstractas y gestuales, como la abstracción lírica, la pintura matérica, la abstracción geométrica y el tachismo.

La sustancial trayectoria de Luis García Hourruitiner como artista visual fue reconocida con la Distinción por la Cultura Nacional.

En estos momentos exhibe en la Sociedad Cultural José Martí de Sancti Spíritus su más reciente muestra personal: Luces y sombras, donde presenta un nuevo enfoque creativo a partir de un mayor colorido combinatorio de intensas luces fundidas con elementos geométricos y gestuales. En etapas anteriores, por lo general registraba un uso controlado de la diversidad de pigmentos, como se pudo apreciar en la exposición personal inaugurada en la galería Fayad Jamís de la Uneac espirituana con el título de Enigmas nocturnos (2018). En esa ocasión se trataba de un muestrario de aleatorias provocaciones visuales donde las sombras devoraban la luz y creaban atmósferas inquietantes ante el espectador.

Si bien Luces y sombras responde a una novedosa formulación personal que incluye el trazo lírico y las sugerentes expresiones geométricas inundadas de luz, ese modo de hacer más colorístico constituye una sumatoria de acciones que abren nuevas rutas en su creación. Diríase que sus décadas de continuo ejercicio pictórico le han permitido construir un particular modo de elaborar espacios de líneas y colores en el cual no escapa la impronta gestual bien contenida en aquellas áreas que requieren del balance compositivo. Resulta obvio que el artista posee el don de la perfección al acudir al recurso de su reservorio de imágenes para cualificar composiciones donde priman el equilibrio y la dinámica de planos sumergidos en los claroscuros de sus pinceladas. En cierta ocasión el crítico de arte Manuel Echevarría subrayó que “en el artista hay un gusto por las líneas y los contornos oscuros, a guisa de áreas muy significativas dentro de la composición, las cuales también confieren marcado interés y audacia al resultado final de los trabajos, pues denotan un detenimiento bien estudiado para lograr la repetición armoniosa de las fuerzas, las atracciones y los acentos”.

Con el deseo de conocer más sobre su vida profesional conversé con él cuando se encontraba en pleno proceso de creación en su propio taller, que ocupa la segunda planta de su hogar. Entonces dejó a un lado el quehacer pictórico para responder a mis disquisiciones estéticas.

Tus inicios fueron figurativos, en particular el paisaje. ¿Por qué adoptaste finalmente la abstracción en una época en que se criticaba tal tendencia?

Soy de formación académica, estudié en la Escuela Provincial de Arte de Las Villas, radicada primero en Cienfuegos y posteriormente en Santa Clara. Allí recibí las herramientas necesarias para emprender el camino de la creación. Desde temprana edad conocí las artes visuales en los talleres de la Secundaria Básica y el Centro Vocacional creado en Sancti Spíritus. Con esos conocimientos adquiridos podía transitar entre la figuración y la abstracción sin establecer fronteras ni prejuicios. Cuando regreso a mi tierra natal comienzo a participar en salones de paisajes, que era lo más arraigado en territorio espirituano; pero en realidad me sentía más cómodo expresándome con mayor libertad mediante la abstracción, aunque no fuera bien vista en aquella época iniciática de formación profesional. Desde entonces creo que la abstracción es una nueva realidad, la mía, que invento en cada obra. En ella sueño, batallo, me complico, estudio hasta el cansancio como si fuera a trabajar en la agricultura.

En tus obras se combina la abstracción lírica con la abstracción geométrica. ¿Por qué?

Nunca pienso que hoy voy a hacer abstracción geométrica y mañana lírica, solo pinto el cuadro, a veces interrelaciono varias formas de expresión, no me encasillo, sería dogmático y me sentiría derrotado. La experimentación me atrae desde el punto de vista conceptual y formal, por lo que uso diferentes materiales y formulaciones pictóricas cuando resultan enriquecedores a mis proyectos. De allí que dentro del informalismo utilice en ocasiones sus diversas tendencias.

En la abstracción el color tiene un valor emocional. ¿Cómo haces la selección de los colores, a partir de qué criterio?

En la abstracción todos los elementos que integran el lenguaje visual son importantes y deben estar concatenados y muy bien pensados, pero el color es fundamental, expresa el sentido psicológico de lo planteado. En mi obra puede verse con el color cálido, generalmente el rojo, como punto de tensión tanto para la composición de la obra como para establecer vivencias, sensaciones y estados de ánimo del artista que intenta transferir al receptor.

“A nosotros, los cultores de la abstracción, nos han dicho desde facilistas hasta que nos evadimos de la realidad. Ambos criterios están fuera de mi pensamiento”.

En algunas de tus series se atisban elementos figurativos. ¿Cuál es tu intención al hacerlo?

Esta pregunta siempre se mantiene a flor de piel. Se busca ver la figuración entre el entramado de líneas y colores. Quizás lo haga con la intención estratégica de subliminar la realidad objetiva y neutralizar un supuesto rechazo del espectador hacia lo abstracto. De ese modo fabulo, manipulo, un posible contexto real. Es así como he participado en salones de paisajes con mi forma muy personal de representarlos y he obtenido positivos resultados. Hasta los especialistas han visto mis insinuaciones de elementos figurativos tomados de la vida cotidiana y tales criterios me estimulan a seguir laborando en esa dirección.

¿Consideras la abstracción una tendencia que intenta evadirse de la realidad?

A nosotros, los cultores de la abstracción, nos han dicho desde facilistas hasta que nos evadimos de la realidad. Ambos criterios están fuera de mi pensamiento. Siempre inventamos realidades no visibles, realidades otras. El proceso de la decodificación por parte del espectador se mantiene latente en toda obra de arte. Lo interesante de esta tendencia es la posibilidad que genera el debate y las diferentes lecturas que puedan provocar dichas obras al sugerir ideas, sentimientos, a partir de cierto entrenamiento visual que desemboca en su comprensión y las múltiples interpretaciones que se derivan.

¿Tu producción artística se ha mantenido uniforme o ha ido descubriendo nuevos ámbitos?

En mi opinión hay que tener mucho cuidado con la uniformidad en la producción artística para no repetirse. Con el tiempo he ganado cierta experiencia y me he planteado nuevos derroteros a través de la investigación, la experimentación con el uso de materiales, lo cual me ayuda a buscar ideas frescas que me impulsan al desarrollo formal y conceptual. En realidad no me gustan los temas forzados, porque me encontraría en un laberinto. Sería terrible para mi creación.

¿A qué se debe el auge de la abstracción actual en Cuba?

El auge de la abstracción actual en Cuba obedece a varios factores, entre ellos al desarrollo de la enseñanza artística, al montaje de exposiciones y promoción de las galerías —aunque podrían hacer mucho más—, a la presencia cada vez más fuerte en las redes sociales como tendencia mundial. Hasta en las telenovelas extranjeras como las brasileñas y turcas se ambientan los espacios con obras abstractas. Por otra parte, en los últimos años en el país han surgido cultores de calidad de esta tendencia. Se aprecia en los grupos Espíritu abstracto, de Sancti Spíritus; La cruzada, de Las Tunas; Formart, de Bayamo; Abstractos cubanos, reunidos en la galería Belkis Ayón, entre otros, que crean eventos y exposiciones. Consolidan esta expansión y posicionamiento los trabajos teóricos a través de conferencias y artículos que tú mismo has ofrecido, junto con otros doctores en Ciencias del Arte, y artistas de renombre como el lamentablemente fallecido Pedro de Oraá. A ello súmale los libros digitales e impresos que están apareciendo, como 126 pintores abstractos cubanos, donde se incluyen escritos de distintos especialistas gracias a la labor de coordinación de Luis García Peraza.

¿Qué opinas de los nuevos pintores abstractos que están surgiendo en el país?

Estimo que hay creadores con excelentes cualidades artísticas y con propuestas interesantes, graduados o autodidactas. Hay pintores jóvenes que comienzan a buscar su forma de expresión personal, a ellos solo les recomiendo que sistematicen el estudio e investigación de esta tendencia nada fácil y sí bastante compleja, para que puedan dominar la técnica y encontrar nuevos caminos morfológicos y conceptuales.

¿El arte abstracto es realmente un modo de inventar una nueva realidad?

Como te dije anteriormente, la abstracción inventa realidades no visibles. Con ella se vive en plena libertad formal, de allí la riqueza infinita que se aprecia a través del resultado final de la obra. Se representa con la pureza de imágenes inéditas para el ojo humano. Tanto en la realidad objetiva como en la realidad emocional, están presentes estados de ánimo que se imbrican entre sí sin exclusiones y permiten un sólido diálogo a favor de un arte total.

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