La casa de todos

Evelyn Corbillón Díaz
23/1/2018

Desde que Amanda Puentes Gutiérrez descubrió su inclinación por el arte, no ha hecho más que dejar volar su imaginación y compartir con otros cuanto aprende cada día. Con solo diez años y la certeza de querer enrumbar su vida hacia alguna de las manifestaciones —aunque aún se debata por cuál—, se siente agradecida y orgullosa de los profesores que vieron en ella un diamante en bruto.
 

 Caridad Salgado Corbea, directora de la casa de cultura Pedro Junco, de Pinar del Río
Fotos: Rafael Fernández Rosell

 

 “Canto, bailo y actúo”, asegura Amanda a quienes indagan sobre sus preferencias, porque junto a los instructores de arte del seminternado José Antonio Echeverría sintió por vez primera amor a las tres modalidades. Hoy se niega a renunciar a cualquiera; todo lo contrario, fortalece sus inclinaciones en un espacio pensado para la cultura y sin limitaciones. En la casa de cultura Pedro Junco, del municipio cabecera de Pinar del Río, integra hace un año y medio la compañía Duendes de la alegría, en la cual comparte con coetáneos y da riendas sueltas a sus inquietudes artísticas.

Por el fomento del arte

Motivado esencialmente por la idea de constituir instituciones culturales de la comunidad, nacieron en enero de 1978 las Casas de Cultura, respaldo significativo del movimiento de artistas aficionados en cada municipio. Caridad Salgado Corbea, directora de la casa Pedro Junco, aseveró que se trata de una iniciativa llena de amor, basada en el fomento y desarrollo de las artes y la literatura, mediante acciones que permitan acercar al sitio a personas de todos los grupos etarios.

Talleres literarios en las escuelas del territorio y el Mario Benedetti en la casa, hablan a favor de la sede vueltabajera, que en la década de 1990 se trasladó hacia el lugar en el que actualmente reside, en la arteria principal de la urbe. Niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores son protagonistas de las jornadas dedicadas al arte en un espacio en el que todos tienen cabida por igual, sin distinciones de sexo, raza o creencias religiosas. Llevar a las comunidades el quehacer de los instructores de arte y potenciar la programación de la casa de cultura, devienen metas de la instalación en la que 43 instructores tienen a su cargo la formación danzaria, teatral, musical y de la plástica de varios grupos de creación, precisó Salgado.

Realizan un trabajo comunitario fuerte, mantienen el flujo de personas en la casa, los padres se muestran interesados por la formación de sus hijos y los infantes participan en las diferentes actividades, todo lo cual es un orgullo para el colectivo. Como fuente para nutrirse de talento, los instructores efectúan captaciones en el mes de septiembre — además de que disponen de artistas aficionados continuantes —, a partir de las aptitudes de los valorados en las escuelas primarias, secundarias, preuniversitarios e incluso, universidades. Destacó Caridad Salgado que brindan especial atención al movimiento de aficionados formados en la casa de cultura con los especialistas, y en ocasiones tienen la posibilidad de presentarse junto a artistas profesionales de la provincia.

Una labor consolidada en la existencia de tres compañías (Ilé Irawo, Sueños de Ángeles y Duendes de la alegría) que abarcan todas las manifestaciones, y grupos de creación de la brigada José Martí en las instituciones educacionales, validan la pertinencia de un sitio imprescindible en Vueltabajo y para la cultura integral de la población. Tratamos de llegar a los lugares más intrincados del municipio para lograr el intercambio y que cada pedacito del territorio cuente con un poco de cultura; y atraer a las personas al mundo artístico, indicó la directora. Agrupaciones pinareñas y nacionales se nutren en la actualidad del talento descubierto e instruido en las casas de cultura de Pinar del Río, en tanto buena parte de los miembros de esas iniciativas cursan estudios en escuelas de arte y el Instituto Superior.

Un proyecto, infinito amor

Contrario a Amanda, José Alejandro Jiménez Ramos, de 17 años, no quiere estudiar una carrera vinculada a las artes; pero aspira al conocimiento y al disfrute de la danza y el teatro, manifestaciones que prefiere y con las cuales se identifica. En el Instituto Preuniversitario Isabel Rubio Díaz combina los estudios y el arte, de cara a ser un eterno aficionado —a pesar de los caminos que elija en la vida—, gracias a la formación recibida por los instructores desde la secundaria básica.

Casa de Cultura Pedro Junco, en Pinar del Río
 

Uno de los que a diario se empeña por ver cumplidos los sueños de sus alumnos es Alfredo Muñoz Nueva, de la especialidad de música en la casa de cultura Pedro Junco. Luego de seis años dedicados a unidades artísticas de diversos grupos etarios, en su mayoría niños, el instructor asegura sentirse satisfecho. Cuando ves el fruto del trabajo, te llenas de orgullo, y sobre todo porque los más pequeños ven en ti un refugio, por lo cual es necesario permanecer fuerte en concursos y eventos competitivos para que no muera en ellos el amor por el arte, remarcó.

Como el resto del personal del sistema de casas de cultura en Cuba, Alfredo se esfuerza por mantener vivo el patrimonio cultural de la nación y garantizar la existencia de lazos con las comunidades, a las cuales se deben. A cuatro décadas de creadas, las casas… siguen siendo las casas de todos, y no renunciarán a su misión social, más allá de carencia de recursos o limitaciones de cualquier índole.