La gala Euskal Herria en La Habana resalta la obra de “La famosa de las castañuelas”

Yira Hernández Gómez
11/4/2019

La noche del 11 de abril en el teatro Mella abrazó la emoción como protagonista durante la gala Euskal Herria en La Habana, presentada por la federación de sociedades españolas en la capital cubana, como parte del festival La huella de España.

Fotos: Luis Joa
 

El evento, fundado por la prima ballerina assoluta Alicia Alonso —quien es presidenta de honor del mismo—, evidencia la fuerte presencia española en la identidad nacional. Así, los exponentes presentaron diversas obras de canto, música y danza, latentes hoy en las sociedades ibéricas fundadas desde el siglo XIX en nuestro país, por aquellos emigrantes españoles que llegaron a tierras americanas.

Estas asociaciones tuvieron una importante participación en los escenarios donde se desarrollará el Festival y lograron un recorrido multicolor por el folclore de todas las regiones de España. Algunas de las coreografías se exhibieron bajo el nombre Magia Negra, Jota de la Guitarra y Danza Vasca Korrontzi.

Artistas de las más diversas edades desplegaron su talento ante el público, desde niñas de cinco y seis años hasta los profesores y coreógrafos a cargo del espectáculo. El color del vestuario y la variedad de estilos danzarios enriqueció sustancialmente la presentación.

 

No obstante, la velada fue más que coreografías y música, pues se reconoció a una de las personas que han dedicado toda su vida a enseñar y preparar a los que hoy son exponentes de la cultura y la estampa hispana en la Mayor de Las Antillas.

La famosa de las castañuelas

Quién iba a pensar que una bebé nacida con un pie torcido lograría marcar para siempre la historia de la cultura vasca en Cuba. La presentación de Euskal Herria en La Habana sirvió como escenario idóneo para homenajear a Marta Bárbara Egusquiza Díaz, también conocida como “La famosa de las castañuelas”.

Ya son más de seis décadas de vida artística para una mujer que contra todo pronóstico se convirtió en una de las maestras más importantes de las escuelas de arte en Cuba. Nació en 1946, nieta de asturianos y vascos. Su formación comienza con cinco años de edad e incluye estudios de ballet y bailes españoles, piano, guitarra, solfeo, pedagogía, armonía y teoría e historia de la música.

El año 1969 marca su entrada como profesora y/o directora en las sociedades españolas, siendo algunas de ellas: Rosalía de Castro, Centro Montañés (actual Casa de Cantabria), la federación de asociaciones asturianas de Cuba, así como escuelas de distintas provincias cubanas, entre ellas, Cienfuegos, Holguín y Matanzas.

Fue jurado del programa televisivo Para bailar. Tuvo a su cargo, en varias ediciones anteriores, la dirección de las galas de las sociedades españolas del festival La huella de España. Algunos nombres que son sinónimos de la cultura cubana están ligados a esta singular mujer: Candita Quintana, Carlos Pous, Zenia Marabal, Esther Borjas, Ernesto Lecuona y Rosita Fornés, entre otros.

En entrevista concedida a La Jiribilla, afirma: “Me retiré hace poco, sin embargo, me siento muy feliz por enseñar todo lo que aprendí y llevar mi carrera con mucho amor y pasión. Ya la habilidad no es la misma, por eso dejo a una alumna por mí. Las alumnas que hoy bailaron ya son profesoras de profesoras, yo fui la primera maestra de sus abuelas, luego de las hijas y las nietas. Voy a cumplir 72 años con mucho orgullo”.

 

“Mi consejo a las jóvenes generaciones es que se dejen guiar por lo profesores, por las personas mayores, de experiencia, y que observen mucho. Yo me he dejado guiar toda la vida porque cada día se aprende más. Les recomiendo que aprendan a mirar, no a criticar, sino observar y callar”.

Para la mujer que recibió junto a la prima ballerina Alicia Alonso y el Dr. Eusebio Leal, el Diploma de Oro que concede el Gran Teatro de La Habana a la obra de toda la vida, las satisfacciones continúan. Ahora su deleite es poder disfrutar como espectadora, la semilla que sembró en muchas bailarinas de varios lugares del país.

“Qué feliz me siento hoy aquí en el Mella, por este gesto tan lindo que han hecho. La huella de España cada vez se perfecciona más, se ve que se han esforzado. Cada día me siento, no más joven, pero sí más fuerte. Quiero seguir viendo cómo se desarrollan mis niñas y le pido a Dios que nunca me falte el optimismo”, confesó en medio de una inevitable emoción.