La historia no puede contarse con teque

Ana María Domínguez Cruz / Foto: Internet
19/7/2017

“No voy a culpar nunca a un joven o a un niño si no le gusta la historia de nuestro país… La primera y gran culpa es de los adultos de su familia y de su escuela que no se la han contado bien. No sé cómo pero se ha generalizado el talento de contar nuestra historia de una manera aburrida y repetitiva, a pesar de que es maravillosa y nuestros personajes son espectaculares.

“La historia cubana es bella, entretenida, apasionada, no hay manera de que pueda aburrir. Hay que tener un talento inmenso para hacerla aburrida. Tal vez porque no haya un buen estudio, una repetición inconsciente de muchas cosas, una mala interpretación de hechos o frases… Los seres humanos que hacen la historia también tienen conflictos, contradicciones, debilidades y miedos vencidos, y eso también hay que conocerlo. No tenemos necesidad de importar un héroe, aunque no estoy en contra de conocer otros, pero los nuestros son infinitamente geniales”.

Roly Peña es un apasionado, y su vehemente manera de hablar lo confirma. Extrañamos hace un tiempo su aparición en pantalla como actor pero como director ahí ha estado recientemente UNO, un serial policíaco que luego de los ocho capítulos que se transmitirán durante el verano se dejará reposar, precisamente para asumir el reto de contar nuestra historia desde el audiovisual.

A propósito de LCB: La otra guerra, propuesta que recibió de Eduardo Vázquez hace un tiempo, Peña opina que le pareció siempre una excelente idea desde que leyó los guiones. “Pero quise hacer Duaba y luego tenía que continuar con la serie UNO. Alberto Luberta y yo estábamos trabajando juntos pero el pudo dejar el proyecto y asumir el otro, pero yo no podía hacerlo. Me hubiera gustado hacer LCB: La otra guerra porque los audiovisuales de temas históricos son los que me gustan hacer, pero valoro mucho el trabajo tal y como se hizo”.

¿Aciertos?

Es digno de destacar la investigación profunda y minuciosa que se hizo para escribir esta serie que, por demás, tiene excelentes guiones. Luego pienso que la interpretación del director fue muy acertada.  Fue abordada con mucha seriedad y tuvo un buen nivel de actuación.

“A mi juicio, creo que el éxito de la serie consiste en abordar una parte de nuestra historia que necesitaba ser reflejada en la televisión, y que, por la manera en la que se hizo, fue aceptada. La serie crea valores, da información de ese momento histórico de nuestro país, y el hecho de que exista una segunda temporada en preparación, demuestra que el público se sintió complacido”.

¿Desaciertos?

Todos los directores tienen el derecho de interpretar de manera diferente los guiones de un proyecto y dirigir la puesta en escena conforme con eso. La fotografía crea la atmósfera y los valores de los planos le dan más o menos importancia a los textos y a determinados personajes según el criterio preconcebido del director pero en algunos casos, a mi juicio, no se veían bien los rostros pues estaban oscurecidos. No me parece prudente porque los actores transmiten emociones y sustentan la obra, y si se oscurecen los rostros, se pierde mucha información visual.

No obstante, LCB: La otra guerra abordó la historia con sus héroes y antihéroes como seres humanos, con defectos y virtudes, y eso lo garantiza una carta de triunfo.“Lo más débil fue la banda sonora, la grabación en vivo o la creación de la música para la serie. Pienso que el equipo de dirección tomará en cuenta este aspecto para la segunda temporada.

“No obstante, LCB: La otra guerra abordó la historia con sus héroes y antihéroes como seres humanos, con defectos y virtudes, y eso lo garantiza una carta de triunfo.

“No se puede contar la historia en blanco y negro porque el público necesita ver a los personajes en 3D, con todo lo que llevan como mortales que fueron. La serie puso en evidencia los miedos, valores, debilidades, frustraciones de todos los que intervinieron en ese episodio de nuestra historia, de un bando o del otro, y eso permite una mayor identificación de los espectadores con el producto”.

Imágenes del rodaje. Foto Cortesía Alberto Luberta

Ese ha sido también el recurso empleado en sus proyectos…

Con los pocos recursos que tenemos para nuestro trabajo, mi fórmula siempre ha sido hacerlo entretenido para que el público sienta que ve algo diferente. Me ha funcionado… Desde que hicimos Enigma de un verano, nuestra primera serie juvenil, después vino Coco verde, Por deporte y por amor, después los temas históricos, infantiles como Pequeñines, el humorístico Sabor bohemio, UNO… siempre nos ha caracterizado no el objetivo de no parecernos sino el ánimo por buscar formas más avanzadas de comunicación, más amenas y eso consciente o inconscientemente ha dado un producto diferente.

“Vamos a dejar descansar la realización de UNO un tiempo porque queremos retomar el proyecto de contar nuestra historia, para lo cual surgió la casa productora de audiovisuales históricos Patria, cuya idea primigenia se remonta a Duaba. Queremos abordar la historia cubana con el amor que le tenemos y con la idea de que puede hacerse de una manera amena, pues las investigaciones realizadas apuntan que la recepción de la historia es bastante negativa. Por eso existe Patria para motivar a los adolescentes, a los jóvenes, a los escépticos, a la población toda a conocer más nuestra historia”.

Foto: Cortesía Alberto Luberta

¿Cuáles son los proyectos que tienen para desplegar la iniciativa?

Tenemos varios proyectos… Ahora estamos inmersos en el análisis de la factibilidad, sacando cuentas, para abordar el suceso histórico de La Mejorana… Hicimos La Mansión, a propósito de ese lugar en Costa Rica donde se reunieron Maceo y otros para iniciar la guerra de 1895; después hicimos Duaba, que es esa llegada de Costa Rica, luego Dos ríos, el enigma, que son las 24 horas últimas en la vida de José Martí. Pero entre Duaba y Dos ríos hay un suceso histórico muy importante, muy especulado, con chismes y bretes a su alrededor que es La Mejorana, esa reunión entre Martí, Gómez y Maceo, que fue un punto de giro importante en nuestra historia porque si bien fue una discusión entre esos tres grandes también favoreció la visión de futuro de esa revolución.

“Tenemos en las manos guiones prestados por el chino Chiong sobre Frank País, otros sobre la muerte de Maceo. Además queremos hacer tres capítulos sobre Carlos Manuel de Céspedes…  Algunos sucesos están en fase de argumento, otro en fase de idea…lo ideal es tener una gaveta de guiones para trabajar, pero siempre bajo el principio de que la historia no puede contarse con teque, porque entonces se provoca el rechazo.

“Para asumir estos retos tenemos cuatro patas para esta mesa. El productor Tony Angulo, Eduardo Vázquez como asesor dramatúrgico, Eduardo Torres Cuevas como  asesor histórico y yo, que me ocupo de la dirección y producción.

“Por mucho que hagamos este es el momento de creernos que estamos haciendo poco. La nacionalidad debe ser nuestro solapín, y la cultura y la historia son esenciales. Siempre nos venden cosas superficiales y fáciles… Fíjate que el control remoto de un televisor está hecho para que no nos levantemos, el fútbol es el deporte más visto y no hay que pensar mucho, las películas que más se ven son las que se predice el final desde el inicio… Nuestro cerebro no se usa mucho y hay que luchar contra eso.

“Lo primero es lograr que la gente piense de forma entretenida. Por eso hay textos de cantautores jóvenes en Cuba que hay que aplaudir, independientemente de que el ritmo sea pegajoso.  Por eso hay iniciativas locales o comunitarias que deben ganarse el apoyo que necesitan para desarrollarse, por eso hay que ser ingeniosos y despertar la creatividad, no acomodarnos al facilismo que siempre nos entumece las neuronas”.