Eusebio Leal era tan amigo de Guayasamín como Guayasamín lo era de Leal. Una relación, a lo sumo, recíproca.

Oswaldo Guayasamín quedó prendado de la isla de Cuba, de su gente, de la gesta de su pueblo; y así lo legitimó Leal. Anécdotas del pintor ecuatoriano en tierra habanera hay muchas, algunas tan genuinas como la de haber retratado en cuatro ocasiones a Fidel Castro.

Corría en La Habana el año 1993 cuando se inauguró en la calle de la Obra Pía la Casa Museo Oswaldo Guayasamín, bajo la idea de ser un espacio de trabajo del artista latinoamericano, que por interés propio determinó legar a Cuba todas aquellas producciones realizadas en este espacio de la Habana Vieja.

“La reciprocidad entre estos dos seres creativos fue fraternal, espiritual, y tiene como punto de comunión aquel concepto de eternidad que supone hacer obra desde el mandato del corazón”.

Si anualmente la Fundación Guayasamín y Radio Habana Cuba producen calendarios de bolsillo, que tienen como portada retratos del pintor a diversas personalidades, esta vez, el binomio Leal-Guayasamín es motivo de creación y confluencias.

Por primera ocasión, la Casa Eusebio Leal Spengler acogió este lanzamiento, que no ha sido para nada un encuentro fortuito. “La Casa es una institución de ciencia y cultura que preserva y gestiona el legado del eterno historiador de la ciudad. Dentro de sus líneas de trabajo se encuentran la investigación y puesta en valor de aquellas relaciones de Leal con distintos intelectuales del mundo”, explicó Ariel Gil Gómez, director de dicha institución.

“La reciprocidad entre estos dos seres creativos fue fraternal, espiritual, y tiene como punto de comunión aquel concepto de eternidad que supone hacer obra desde el mandato del corazón, toda una metáfora que los salva a ambos de la muerte y el olvido”, agregó.

En el encuentro se exhibió por primera vez el retrato original que Guayasamín regalara a Leal, motivo de inspiración para la portada del calendario en esta edición. Foto: Ariadna Bubaire

Al decir de Félix Julio Alfonso López, decano del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, Guayasamín es, junto con el chileno Roberto Matta y el cubano Wifredo Lam, uno de los tres grandes pintores latinoamericanos del siglo XX, los más universales. “Guayasamín fue capaz de plantearse la pintura no solo como vocación estética, sino como un arte de profundo contenido social. También es el gran heredero y continuador en América del Sur del muralismo que inició la Revolución mexicana”, expresó.

Asimismo, en el encuentro se exhibió por vez primera el retrato original que Guayasamín regalara a Leal, motivo de inspiración para la portada del calendario en esta edición.

Eusebio, en el acto de conmemoración por los 80 años de Guayasamín, señalaba que la tenacidad a toda prueba, la solidaridad con los que sufren y padecen por el hambre y la sed de justicia son algunas de las virtudes que salvarían la obra del artista.

Leal y Guayasamín fueron muy amigos, grandes amigos. En la esquina inferior derecha del retrato original puede leerse: “Para Eusebio con el cariño de siempre. Guayasamín”.

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