Meditaciones y silencios: una obra en progreso y en avance

Estrella Díaz
23/12/2019

 “Quiero dedicarle mi exposición Meditaciones y silencios a mi hermano Eusebio Leal, un hombre que nos ha inspirado desde siempre por sus fortalezas, su resistencia, su tenacidad a toda prueba: todos los cubanos le debemos algo al historiador de La Habana que tanto ha hecho por la ciudad y por todos nosotros”, dijo emocionado Eduardo Roca Salazar (Choco) al dejar inaugurada su muestra personal el pasado jueves 19 de diciembre.

Exposición Meditaciones y silencios, de Choco. Fotos:  de la autora
 

La pertinaz lluvia —que se mantuvo durante todo el día y la noche— no impidió que un numerosísimo público acudiera a Collage Habana (hermosa galería que pertenece al Fondo Cubano de Bienes Culturales y que está ubicada en el céntrico boulevard de San Rafael) porque Choco es un artista de gran convocatoria no solamente por la excelencia de su obra, sino por su propia personalidad y consecuencia ante el arte que cultiva desde hace décadas.

 Exposición Meditaciones y silencios, de Choco.
 

Recientemente este pintor, grabador y escultor cumplió setenta años de vida y desde muy niño —comenzó a estudiar con apenas catorce en la Escuela de Instructores de Arte e integra la primera graduación de esa academia— supo que su camino era el de la creación. De entonces a la fecha ha llovido mucho y Choco se ha mantenido ajeno a vaivenes y tendencias: su arte se ha ido robusteciendo y consolidando con el paso de las décadas; años de trabajo y consagración han derivado en un sello distintivo y distinguible: Choco no se parece a nadie, a golpe de talento e imaginación ha logrado su propia marca.

Exposición Meditaciones y silencios, de Choco.
 

Su obra ha transitado, creo, sin grandes saltos temáticos ni conceptuales a pesar de que la experimentación ha sido una constante: Meditaciones y silencios es una excelente evidencia porque, por ejemplo, se pueden apreciar cuatro colagrafías —Guinguindos— que son una revisitación a su propio quehacer, una vuelta a la espiral creativa, un regreso a lo realizado a finales de los setenta e inicio de los ochenta cuando regresó de Angola, país en el que permaneció un tiempo y que, de muchas maneras, influyó su desempeño.

 Exposición Meditaciones y silencios, de Choco.
 

Pero, por otro lado, encontramos en esta exposición a un Choco totalmente suelto y desprejuiciado: el espectador o espectadora siente que posee un dominio total del grabado, manifestación en la que se considera un “verdadero maestro”: la instalación —en la serie Los misterios del mar— constituye no solamente una pieza llamativa por la prevalencia de la gama de los azules sino porque técnicamente está muy bien realizada.

Exposición Meditaciones y silencios, de Choco.
 

Meditaciones y silencios es una exposición sumamente cuidada y en este punto hay que reconocer y también aplaudir, el exquisito trabajo de Gloria García, compañera y guardiana de Choco, quien se preocupó porque la muestra estuviera no solamente bien curada sino que tuviera dos grandes niveles de lectura: en la planta baja de Collage Habana ubicó, las instalaciones, el grabado y los óleos sobre tela y en la parte superior, fundamentalmente, colocó las esculturas.

Exposición Meditaciones y silencios, de Choco.
 

Y en las esculturas deseo detenerme porque es una manifestación en la que Choco ha estado incursionando con gran éxito en los últimos tiempos y, creo, ha dado una expansión, una amplitud a su trabajo. Ojo de pato y El pez (ambas de 2019) son esculturas colagráficas, como él las denomina: piezas realizadas en soporte de madera recubiertas con colagrafías que son auténticas explosiones de color, de originalidad y patinadas con una resina o laca que le confiere un toque interesantísimo. Pero hay una que, en lo personal, me llamó mucho la atención y que está inspirada en Xico, perro de la mitología azteca, pero recontextualizado. Choco ha hecho una interpretación de ese ícono mexicano y lo ha llevado a nuestro contexto, ¿el resultado?: una obra que transpira gracia y cubanía.

 Exposición Meditaciones y silencios, de Choco.
 

Meditaciones y silencios es una exposición de madurez juvenil, algo que tipifica el quehacer de Choco que, aunque con justeza insiste en enmarcarse en la Generación del 70, es poseedor de una obra en progreso y en avance.