Se ha propuesto una herejía: el descubrimiento diáfano de las esencias de un hombre que atrae sobre sí la pasión superlativa de un pueblo tan sensible a sus conflictos. Es el mayor misterio entre todos los nacidos en esta tierra. Es el Apóstol de Cuba.
Quien se proponga —entonces— la herejía, está obligado a cuestionamientos inevitables y profundamente difíciles. Cómo explicar que a más de siglo y medio de distancia, sus conflictos parecen ser ahora nuestros conflictos. Sus miedos, los nuestros. Sus aspiraciones, tan nuestras. Desentrañarlo es desentrañarnos a nosotros mismos.
Es un viaje al origen de la fe. Es un intento imprescindible. Es un acto de amor. Una herejía necesaria.

Gabriel Dávalos, 2022
Catálogo de la exposición

La Casa de Artistas y Creadores, sita en San Lázaro no. 661, esquina a Belascoaín, en Centro Habana, exhibe desde el 19 de noviembre y hasta el 7 de diciembre de 2022 una exposición de Hermaiony Villa Machado (Santa Clara, 2004), colateral al XXVI Salón de la Ciudad. La muestra, al decir del pintor y maestro Gólgota Gómez (San Juan de los Remedios, 1970), nos presenta a “un Martí completamente vivo (hasta en el sincerísimo cuadro de su muerte). Tal cual, como lo hiciera Valderrama, solo que ahora [la autora] es una niña de 18 años”.

“Yo moriré sin dolor, será un rompimiento interior, una caída suave y una sonrisa”, Hermaiony Villa (Óleo sobre lienzo, 200 x 150 cm, 2022).

Desde su perfil de Facebook nos dice Gólgota:

¡No me hables del cielo!, más que una muestra personal de una estudiante de arte a punto de graduarse, es un acontecimiento pictórico en un tema que ya va tomando el camino de la comprensión del héroe; hombre que pierde sus límites para mostrarnos una historia que pudo ser real en toda su magnitud: Martí.

“Las grandes bodas del hombre”, Hermaiony Villa (Óleo sobre lienzo, 120 x 170 cm, 2021).

Desde el propio comienzo, la joven anuncia a un Martí diferente, a su Martí, con un título que hace clara referencia al poema “¡No, música tenaz, me hables del cielo!”, perteneciente a Versos libres, escrito por José Martí cuando tenía entre 25 y 30 años (1878-1882). Publicados póstumamente, estos versos nos descubren un alma apasionada y tormentosa, vertida en imágenes conmovedoras y evocadoras de libertad, sufrimiento y amor.

“¡No, música tenaz, me hables del cielo!”

¡No, música tenaz, me hables del cielo!
¡Es morir, es temblar, es desgarrarme
Sin compasión el pecho! Si no vivo
Donde como una flor al aire puro
Abre su cáliz verde la palmera,
Si del día penoso a casa vuelvo…
¿Casa dije? ¡No hay casa en tierra ajena!…
¡Roto vuelvo en pedazos encendidos!
Me recojo del suelo: alzo y amaso
Los restos de mí mismo; ávido y triste
Como un estatuador un Cristo roto:
Trabajo, siempre en pie, por fuera un hombre
¡Venid a ver, venid a ver por dentro!
Pero tomad a que Virgilio os guíe…
Si no, estáos afuera: el fuego rueda
Por la cueva humeante: como flores
De un jardín infernal se abren las llagas: ¡ Y boqueantes por la tierra seca
Queman los pies los escaldados leños!
¡Toda fue flor la aterradora tumba!
¡No, música tenaz, me hables del cielo!

José Martí, Versos Libres

“Cuando se ve al Martí de Hermaiony, se ve a Martí por primera vez”.

Eso es lo que evoca la presente exposición; eso es lo que captó la mirada sorprendida de los que recientemente asistimos a la inauguración de la muestra. Cuando se ve al Martí de Hermaiony, se ve a Martí por primera vez, justo ahí, en esos instantes de carne, tierra y luz que desbordan humanidad, falibilidad, sentimiento; algo que ni siquiera las piezas de hasta dos metros de alto pueden enteramente contener. “Obras que sorprenden por su sinceridad y atrevimiento”, según Gólgota. “Una herejía necesaria”, dice Gabriel Dávalos. Otro redescubrimiento de Martí, podemos decir los miembros del Movimiento Juvenil Martiano. Redescubrimiento único, personal y fascinante; resultado que nos alegra y motiva, pues hemos disfrutado la presencia de obras de Hermaiony en los Seminarios Juveniles de Estudios Martianos desde que tenía 12 años de edad.

“De amor”, Hermaiony Villa (Óleo sobre lienzo, 2022).

Ahora nos enorgullece ver la primera exposición personal de la artista en la Casa de Artistas y Creadores, ubicada nada menos que en la antigua ruta por donde el joven Martí, víctima del presidio político, arrastró cada día el pesado grillete al ir y venir de las canteras de San Lázaro en 1870.

Además, nos regocija compartir la exposición completa en nuestras redes sociales, especialmente en nuestro perfil de Issuu, donde no solo pueden admirarse sus cuadros, sino también los pensamientos con que la autora los acompaña.

El Jazmín quiere encontrarse en las formas de su padre. Verse en el reflejo de los ojos oscuros, sentirse en las manos callosas y jugar con el cabello duro. El Jazmín es blanco y pequeño, vive rodeado de rosas suntuosas, blancas igual, pero con una presencia que ella no tiene o no necesita. A veces quisiera ser igual, a veces se siente insignificante entre tanta belleza. Luego su Padre le besa la frente y le dice que es más grande porque es más pequeña.

El Jazmín se busca en la forma de su nariz, en los labios ocultos tras el matorral y entre el ceño gentil. Se busca en el gesto, en la risa, en el pelo, en las uñas, en la terquedad, en el cariño.

Se busca, y a veces se encuentra.

“Dante no estuvo en presidio”, Hermaiony Villa (Óleo sobre lienzo, 120 x 200 cm, 2021).

Tráeme a aquel. Tráeme al que escribe con los callos de sus manos. A quien camina con la cicatriz en los tobillos. A quien ama porque su corazón se sana del desamor así: queriendo. Tráeme al poeta de veintidós años, al joven de cuarenta, al niño de nueve, al anciano de diecisiete. Tráeme a aquel que se ha atrevido a cambiar el mundo con una pluma y un poco de sangre. Tráeme a quien desafió a la eternidad con las penas que hizo suyas. Tráeme al que vivió sin pauta porque supo, antes que la muerte, que no estaría aquí por mucho tiempo.

Tráeme al Hombre, y deja que descanse en el lugar que merece.

“Jazmín”, Hermaiony Villa (Óleo sobre lienzo, 170 x 120 cm, 2021).

La autora y su familia agradecieron a aquellos que hicieron posible la exposición, particularmente al Centro Provincial de las Artes Plásticas y el Diseño de La Habana (Luz y Oficios), el Consejo Nacional de Casas de Cultura, el Movimiento Juvenil Martiano y el Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Los jóvenes martianos agradecemos a la autora y a su familia por este regalo de valor inestimable para la Cuba y el mundo de hoy.

Visite la exposición en el siguiente link:

https://issuu.com/movimientojuvenilmartiano/docs/_no_me_hables_del_cielo_exposici_n_personal_herma

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