Roberto Fonseca: Trabajo en la música porque la llevo dentro

Ana María Domínguez Cruz
2/9/2019

“Es la primera vez que me quedo totalmente impresionado con el resultado de uno de mis discos, no porque los demás no me satisfagan, sino porque este que saldrá a la luz en octubre ha provocado en mí sensaciones inigualables. No quiero adelantar mucho más que no sea que lo hicimos a trío (Yandy Martínez en el bajo y Ruly Herrera en la batería), que invité a Ibrahim Maluf, Danay Suárez, Gema 4, Adel González y a otros músicos. Son temas de mi autoría y de Yandy y Ruly, que los hicimos a nuestra manera, a partir de todo lo que hemos aprendido.

“Es un disco que me tiene en shock, no tuve que inventarme una excusa para hacerlo. Y sé que gustará, y que a los conocedores de mi trabajo también les parecerá totalmente impresionante”.

Roberto Fonseca junto a la cantante y compositora Angélique Kidjo. Fotos: Cortesía de la autora
 

Con tanta discreción en torno al nuevo álbum, es una fortuna que la suerte del pianista Roberto Fonseca sea grande y que otras vivencias que ocuparon su tiempo en los últimos meses, sí puedan ser contadas.

“De lo más extraordinario que me ha sucedido en mi vida musical, puedo comentarte lo ocurrido con el proyecto sinfónico junto a la Filarmónica de Viena. Hicimos temas cubanos y temas míos con ese formato. Eso me cambió la vida. Tocamos en una de las salas más importantes de Austria, la Sala Dorada Conciertos Mozart de Viena. Fue una experiencia linda, y me comentaron muchos asistentes que les pareció sorprendente que el público aplaudiera tanto, incluso en los solos, que no es usual en conciertos de este tipo de música.

“Con sonoridad clásica hicimos Congo Árabe, temas del disco nuevo, mezclamos sonoridades electrónicas con sintetizadores. Se pasó muy bien y lo repetiremos. El estreno fue allí, luego estuvimos en otra ciudad de Austria, lo llevamos a Alemania y al festival de jazz de Marsiac en Francia.

“También puedo comentarte sobre el proyecto con el DJ Joe Claussell, con quien hice presentaciones mitad acústica, mitad electrónica. A la crítica le pareció algo real, no se trataba de que tocáramos botones, sino que interactuamos en el momento. Queremos traerlo a Cuba para repetir esos conciertos. Lo presentamos en París, lo repetimos en el festival de jazz en Canadá, donde estuve como invitado especial. Un día estuve a piano solo, otro día con mi trío y el tercero fue con Joe. Tocamos en una sala donde no quitaron las sillas para esa presentación, estábamos preocupados porque la música que regalaríamos invita a bailar. Sin embargo, los asistentes bailaron y la pasaron bien”.

La gira con Omara Portuondo, imagino, sigue llenándote de alegrías…

Le prometí a Omara que sería su pianista, cuando todavía yo era un muchachito y la veía en los conciertos, desde lejos. He trabajado con ella en otras oportunidades, pero esta gira ha sido grandiosa. Me llena de emociones hablar sobre eso porque las vivencias son únicas. Aprendo mucho con ella, me encanta verla sonreír y cómo juega con el público. Hasta en Corea del Sur la gente la seguía en los coros…

En sus conciertos se respira alegría y nostalgias por las personas que recordamos cuando tocamos algunos temas. El éxito ha sido total. Es una experiencia única acompañarla, verla cantando con la edad que tiene, manteniendo su espíritu vivaz. Estamos trabajando en un disco para ella, se lo merece. Todos los músicos involucrados así lo creen. Que le sobre salud es lo que deseo.

Roberto Fonseca y Omara Portuondo.
 

Para que no olvide otros momentos felices que he tenido últimamente, te menciono a Angélique Kidjo, de Benín, con quien compartí en un festival en Londres. Está haciéndole un homenaje a la cultura cubana. El Royal Albert Hall estaba lleno, y fue emocionante. Tengo intenciones de que venga a Cuba y lo hagamos ante este público”.

¿Acaso no piensas contarme sobre la condecoración otorgada por el Ministerio de Cultura de Francia?

La Orden de las Artes y las Letras… Me la entregaron, y claro que me llena de orgullo. Ante todo me da a entender que valoran mi trabajo. Me siento muy agradecido por ello porque el aplauso de un público, la sala llena, los premios, las condecoraciones… todo es un reconocimiento que da más fuerzas para seguir trabajando. No se trabaja para eso, se trabaja en la música porque uno la lleva dentro, por eso se disfrutan todas las oportunidades que llegan; pero no cabe duda que cuando se trata de este tipo de noticias, te sientes grande.