Carlos Varela. No es el fin

Joaquín Borges-Triana
16/8/2017

Tengo un reloj, tengo sed, no tengo dios, pero tengo fe.

Ya conocí New York, ya conocí París

sin embargo siento que no soy feliz.

 

Me voy mi amor, otra vez me voy,

me voy sin saber qué pasa.

Tú sabes bien que soy como soy,

pero sigo regresando a casa.

 

Si ves mi amor que otra vez me fui,

me fui sin entender qué pasa.

En tu corazón se esconde mi país

y el jardín que me conduce a casa,

de vuelta a casa.

 

Tengo una ilusión y un collar sin diamantes,

pero tengo una canción que es mi mejor amante.

Ya conocí La Habana, ya conocí Madrid

sin embargo hermana, siento que no soy feliz.

Por eso hoy mi amor,

otra vez me voy,

me voy sin saber qué pasa.

Tú sabes bien que soy como soy,

pero sigo regresando a casa.

 

Si ves mi amor que otra vez me fui,

me fui sin entender qué pasa.

En tu corazón se esconde mi país

y el jardín que me conduce a casa,

de vuelta a casa,

de vuelta a casa.


Adria Santana. Filme Casa Vieja. Foto: La Jiribilla

He reproducido el texto de la canción titulada “De vuelta a casa”, composición de Carlos Varela recogida en su más reciente fonograma, el álbum No es el fin, y que resulta una de mis favoritas en dicha producción. Sin la menor discusión, Varela es una de las principales voces de la Canción Cubana Contemporánea. Con su arte, él ha devenido genuino portavoz del sentimiento y de la manera de pensar de toda una generación, conformada por aquellos que nacimos en Cuba a inicios de los 60.

Con su más reciente producción discográfica, Carlos se reinventa y ofrece una nueva arista a sus oyentes, pues esta es una propuesta en la que ciertos elementos del lenguaje jazzístico tienen una particular importancia, algo que no había sucedido en anteriores trabajos del artista. Piezas como “Telón de fondo” y “Bendita lluvia” así lo demuestran.

Igualmente, aquí encontramos cortes de un remarcado lirismo, expresión de la continuidad en una línea autoral iniciada por el cantautor habanero desde sus primeras composiciones allá por la década de los 80. Entre otros, son los casos de temas como “Todo será distinto”, “La marea”, “El viejo sueño acabó” y esa pequeña maravilla de canción, cuyo texto reproduje al inicio del presente comentario y que lleva por título “De vuelta a casa”.

Este disco de Carlos Varela ratifica que, como distintos estudiosos del modo de hacer del genuino compositor e intérprete han acotado, él resulta un singular relator urbano, poseedor de la capacidad de encontrar la poesía en la más ruinosa esquina de La Habana. Y es que su cancionística sobresale por el sistemático homenaje a la capital cubana, por lo que cabría definirse como “una actitud ante el contexto habanero”.

Unido a lo anterior, en el álbum No es el fin, Carlos Varela tiene el mérito de que él concibe lo cubano como espacio mediador de apropiación creadora de lo universal, como relación y no como sustancia, con lo cual cubanidad es universalidad propia.

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