Letras Cubanas más allá de la Feria

Octavio Fraga Guerra
1/2/2017

Mi entrevistado, Rogelio Riverón [1], es narrador, poeta, periodista, crítico y editor. Ha sido antologado reiteradamente en Cuba y el extranjero. Para muchos, es uno de los mejores hacedores de la promoción literaria. Por varios años sostuvo una columna de crítica literaria en el periódico Granma y es responsable de varias antologías del cuento cubano.

Para esta ocasión no pretendo hurgar en su copiosa obra literaria. Me anima su condición de director de Letras Cubanas y la presencia de esta editorial —que el reciente 1ro. de enero cumplió 40 años de fundada— en la 26 Feria Internacional del Libro de La Habana.

Rogelio Riverón. Foto: Wikipedia

¿Cómo han concebido la presencia de Letras Cubanas en la Feria?

Hemos organizado el programa basándonos en algunas fechas importantes en el campo de la literatura. Entre las actividades, quiero destacar el panel que se dedicará al centenario de Salvador Bueno, el gran ensayista, investigador, antólogo y catedrático, que fue presidente de la Academia Cubana de la Lengua.

Creo que Salvador Bueno es una figura de obligado estudio en Cuba, a pesar del prejuicio de que por no haber sido un creador de ficciones, no alcanzó la estatura singular de otros escritores. Hemos publicado una antología de artículos que tituló Costumbristas cubanos del siglo XIX y que ya había aparecido en la Colección Ayacucho, Caracas, en 1985. Dentro del programa de la Feria, también organizaremos un panel por los 40 años de Letras Cubanas.

¿Qué novedades nos puede anunciar?

Publicaremos una edición comentada de Jardín, de Dulce María Loynaz, un trabajo de la investigadora Zaida Capote. También, libros de autores contemporáneos como Roberto Méndez, con su novela El fuego de RUAN. Llueve sobre La Habana; Insomnio -thefight club-, una selección de cuentos de Ahmel Echevarría, y Prontuario impropio, un poemario de Pedro de Oraá, quién obtuvo recientemente el Premio Nacional de las Artes Plásticas.

Vamos a presentar, además, la poesía completa de Georgina Herrera, una publicación muy merecida por la escritora; así como poemarios de autores más jóvenes, entre ellos, Legna Rodríguez, con su libro titulado CHICLE (ahora es cuando), Katia Gutiérrez y Augusto Alfonso.

¿Qué nos puede comentar de los premios Alejo Carpentier y Nicolás Guillén que concede cada año Letras Cubanas?

Los premios de narrativa y ensayo Alejo Carpentier de esta edición, y de poesía Nicolás Guillén, se darán a conocer en una ceremonia en la 26 Feria del Libro de La Habana. Los libros premiados en la pasada edición ya están impresos. El poemario Bosques fractales, de José Rolando Rivero; la novela Demonios, de Alberto Garrandés y el libro de cuentos titulado La línea en la mitad del vaso, de Emerio Medina, ya están circulando en las librerías.

¿Cuál es la apuesta de vuestra editorial para los jóvenes escritores?

Se impone destacar la presentación de tres títulos de la colección Pinos Nuevos para la promoción de escritores noveles: Pájaros azules (narrativa), de Marta Acosta Álvarez; Peregrinaje de Borges por los laberintos de Dante (ensayo), de Arassay Carralero, y Los hijos de Caín (poesía), de Rubiel G. Labarta.

Una vez que concluya la Feria, ¿qué labores pretende desarrollar la editorial más allá de La Habana?

Letras Cubanas estará de gira con los autores por varias provincias. Los libros de nuestra editorial serán presentados también durante todo el año. No hemos perdido la perspectiva de que somos una editorial nacional. Nuestros autores son de todas las regiones del país, sin que responda a cumplir una cuota. Ellos entran a nuestro catálogo por la calidad de los profesionales que trabajan en nuestra editorial, por su capacidad de gestar libros y de estar al tanto de la literatura que se está escribiendo en Cuba.

Nota:
1. Rogelio Riverón ha obtenido, entre otros reconocimientos, los premios Luis Rogelio Nogueras, 1990, con Los equivocados (Edición Extramuros, 1992); el Premio de cuento de la revista Revolución y Cultura, 1994; el Premio Nacional de Periodismo Cultural, 1997; el Premio UNEAC de cuentos, 1999, con el libro Buenos días Zenón y en 2001 con Otras versiones del miedo, así como una mención en el Premio Casa de las Américas en el año 2000. En 2007 obtuvo el prestigioso Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar con la obra Los gatos de Estambul. Ha publicado también los libros Subir al cielo y otras equivocaciones (Letras Cubanas, 1996), la novela Mujer, mujer (Ediciones Capiro, 1999) y el libro de cuentos Mi mujer manchada de rojo (Editorial Oriente, 2005). Es, además, autor de varias antologías de la narrativa cubana actual, entre ellas, Palabra de sombra difícil (Editora Abril-Letras Cubanas, 2000); Cuentos sin visado (Lectorum, México-UNIÓN, La Habana, 2002); Conversación con el búfalo blanco (Letras Cubanas, 2006); Los premios (Letras Cubanas, 2007) y La línea que cruza el agua (Monte Ávila, Venezuela, 2006). El Consejo de Estado de la República de Cuba le otorgó en 1996 la Orden Abel Santamaría por su destacada labor de promoción cultural en la comunidad cienfueguera del Castillo de Jagua. Posee también la Distinción por la Cultura Nacional.