La mundialmente reconocida orquesta cubana Van Van, hizo temblar el pasado sábado la capital ecuatoriana con un concierto como parte de las jornadas culturales de Pichincha 2018.

Orquesta cubana Van Van. Foto: Prensa Latina
 

La Plaza de la República, ubicada en los exteriores de la sede del Gobierno Provincial de Pichincha, resultó pequeña para acoger a la multitud que por más de dos horas bailó al compás de los músicos cubanos.

Cientos de personas desafiaron el frío y la lluvia, fieles a sus ídolos, que una vez más complacieron a sus seguidores, con un recorrido por todo el abanico musical del llamado Tren de la Música Cubana.

Con banderas de Cuba y camisetas alegóricas al país caribeño, una amplia representación de la comunidad del territorio insular residente en esta nación andina, acudió a la presentación.

Los "vanvaneros", como se identifican los seguidores de la agrupación, disfrutaron de canciones de siempre como: Permiso que llegó Van Van, que abrió el concierto y enardeció a los presentes.

Le siguieron temas conocidos por todos, entre ellos Me basta con Pensar, y un popurrit de los años 70, que sacó aplausos y coros de los bailadores, provenientes de varias provincias ecuatorianas.

También interpretaron canciones de su disco nuevo llamado Legado —Eso que anda, Al paso y Culpable de nada—.

El Tren cerró con Somos diferentes y ante un público que clamó más de su presencia, interpretaron La cabeza mala.

Antes y después del concierto, los músicos accedieron a fotografiarse y enviar mensajes a todos los que se acercaron a ellos y agradecieron por la acogida en esta capital, donde hasta el clima lluvioso cedió un espacio para el disfrute.

"Ha sido un concierto buenísimo, excelente. Vinimos a trabajar, a hacer lo que sabemos y la respuesta fue maravillosa", señaló a Prensa Latina el trombonista Álvaro Collado.

El artista, destacó que la buena química y el ensamble entre quienes llevan más tiempo en el grupo, como él, y las nuevas generaciones, demuestran que habrá "Van Van para rato".

Orquesta Van Van
 

Para el pianista Efraín Chibas Wilson y el tumbador Yoel Cuesta, el encuentro con Quito fue espectacular y pese a la altura y el corto tiempo, quedaron enamorados de la ciudad y la respuesta de la gente.

De su lado, Abdel Rasalps, más conocido como "Lele", una de las voces de Van Van, consideró que Quito es una plaza de obligatoria visita cada vez que la orquesta pase por América del Sur.

"Es un público sabroso, que está bailando desde el inicio. El pueblo ecuatoriano tiene una base africana fuerte y conocemos bien eso porque hemos estado en Esmeraldas y sabemos que el pacífico ecuatoriano, como el colombiano, son tremendamente vanvaneros. Tremendo show, muy caliente, gente sincera, recibiéndonos como en los lugares donde más nos quieren", concluyó.

Van Van dejó su sello en esta ciudad, donde entregó su música y su corazón y les puso a todos "la cabeza mala", como reza el tema de cierre del espectáculo, que calentó e hizo temblar a la Mitad del Mundo.