El día de la Cultura Cubana en Santiago de Cuba sirvió de justificación para celebrar algo más que nuestra condición de cubanos. Mucho había tardado un festejo merecido, un día de fiesta para quien lleva 81 años en esta tierra y más de la mitad de su vida dedicado al teatro.

Luego de ser nominado en distintas ocasiones, el actor y director Dagoberto Gaínza Pérez fue nombrado Premio Nacional de Teatro 2021 en marzo del presente año. La situación epidemiológica del país había impedido celebrar como se debe un galardón tan importante para Dago, y para la ciudad de Santiago. El actor ha incursionado en la radio, el cine y la televisión, interpretando personajes en distintos filmes como Río negro, Baraguá, Cartas del parque, El siglo de las luces y La primera carga al machete, pero el teatro ha sido su casa, formando parte del elenco de espectáculos como Tartufo, El macho y el guanajo, Gepetto y Dos viejos pánicos, aunque, sin dudas, todos lo asociamos de inmediato con Santiago Apóstol, o como el Quijote de aquella puesta en escena del Mirón Cubano. Dagoberto ha desempeñado su labor actoral en colectivos como el Conjunto Dramático de Oriente, el Cabildo Teatral Santiago y Calibán Teatro.

Llegar al barrio Portuondo y ver, en las antiguas calles, gente esperando, tambores en posición de alerta, entrar a la casa del actor y verle, inmenso en su figura, tan Quijote como siempre, sonrisa que rebosa el lugar; aprovecha el ritmo de una música que suena lejos y baila, otras actrices le acompañan, la felicidad se siente, es día para festejar.

A dos manos construyó Dago un grupo teatral, junto a Nancy Campos, su compañera dentro y fuera de las tablas. Fotos: Cortesía de la autora

Distintos artistas se reunieron en la comunidad de Dagoberto, frente a su casa para, al fin, lanzar vítores a un hombre que se siente pleno en su condición de artista. Suena la Conga del Guayabito, la conga del barrio, y nadie puede frenar el deseo de mover el cuerpo luego de tantos meses sin ese sonido tan nuestro.

Silencio, es tiempo del teatro. A dos manos construyó Dago un grupo teatral, junto a Nancy Campos, su compañera dentro y fuera de las tablas. Nancy está, siempre está, lo mira orgullosa, lo acompaña, muchos creen que el premio es de ambos, Santiago está de acuerdo.

A dos manos, esta vez el grupo, rompe con el bullicio de la conga y se abre paso con un texto teatral, y así actores y actrices de casi todos los grupos de la ciudad homenajean al premiado. Alguien dice, es un orgullo para Santiago de Cuba que, desde Matanzas a Guantánamo, los únicos dos premios Nacionales de Teatro, los tenemos aquí”. Nada más cierto, Santiago de Cuba es una ciudad orgullosa de sus artistas. Fátima Patterson, la otra Premio Nacional de Teatro, le acompaña y, de premiada a premiado, le agradece y reconoce en nombre de Macubá, su grupo, y de la ciudad.

Fátima Patterson, la otra Premio Nacional de Teatro, le agradece y reconoce en nombre de Macubá, su grupo, y de la ciudad.

A la celebración se sumó Raulicer Hierrezuelo, director provincial de Cultura, “Hoy me encuentro aquí en doble condición, primero como vecino del barrio Portuondo, y segundo como director provincial de Cultura, para celebrar junto a ustedes el premio de Dagoberto y el Día de la Cultura Cubana”

Raulicer le entregó un reconocimiento en nombre de la cultura santiaguera. Se sumó Yasmany Liens, presidente del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, horcón y refugio de los bailarines y teatristas: “Para nosotros es un orgullo estar aquí hoy, tenemos como costumbre llegar a los barrios donde tenemos los referentes de la cultura de nuestro país. Estar rodeado de nuestros premios nacionales, de la Conga el Guayabito, y de los vecinos que les dan la mano, les acompañan, le toman el café y les dan los buenosdías, es gratificante, por eso, más que entregarle un reconocimiento a Dago, le damos las gracias eternas por existir”.

“…todavía hay un corazón que late y entrega todo por el teatro cubano”

Esta es una edad peligrosa para el infarto, pero nosotros hemos querido defender la cultura teatral en todo el país, y todavía hay un corazón que late y entrega todo por el teatro cubano”. Ante la ovación del barrio, un poco de música, y la compañía de los amigos, esas son las palabras de  Dagoberto, quien solo puede agradecer a su comunidad y a quienes le han acompañado a lo largo de una vida dedicada a las tablas.

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