Hace seis años, cuando miles gritaban en la Plaza de la Revolución “Yo soy Fidel”, se demostraba que el pueblo cubano hacía a Fidel eterno, y aunque ese 25 de noviembre abandonaba su cuerpo, en cada porción de Cuba había un poco de él.

A partir de ese año, cada 25 de noviembre los estudiantes y trabajadores habaneros en representación de toda Cuba asisten a esta cita de remembranzas. Desde entonces, la escalinata de la Universidad de La Habana —la que fue mucho tiempo la casa de Fidel y donde se forjó como revolucionario— se llena de luces y se convierte en canción.

Estuvieron presentes en el acto Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; y de manera especial, José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés Menéndez, comandantes del Ejército Rebelde y de la Revolución, respectivamente, ambos compañeros de lucha de Fidel.

En un primer momento de la velada, Janny Gómez Blanco, miembro del Secretariado Nacional de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, resaltó el papel de los jóvenes en la salvaguarda de las conquistas de la Revolución cubana.

“Fue durante toda su vida un joven por el ímpetu”, enfatizó, a la vez que aseguró a todos los presentes que el pensamiento de Fidel trascenderá a varias generaciones.

Las voces del Coro Diminuto y Coro Lucecita, dirigidos por la maestra Carmen Rosa López, regalaron el tema “Soberana”, dedicada a la proeza de los científicos cubanos que crearon cinco vacunas contra la Covid-19. Annie Garcés y la Banda de Concierto de Boyeros interpretaron “Te doy una canción”.

Eduardo Sosa también hizo magia con su voz y guitarra, y seguido, llegó hasta el escenario Oralitura Habana con “Décimas a Fidel”, escritas por los poetas Alex Díaz y Rolando Ávalos.

La compañía danzaria Tiempos Sabás, junto a bailarines de la Escuela Nacional de Danza, se movieron al compás de “Canto Arena” por la Banda de Conciertos de Boyeros. Arnaldo Rodríguez interpretó uno de sus temas más icónicos “Sueña una isla”.

Cerraron la velada “Pequeña serenata diurna” y “La maza”, dos de los temas antológicos del cancionero de Silvio Rodríguez en las voces de Alejandro Padrón, Verónica Vázquez y Kiko Ruíz.