El pollo bolo
9/1/2018
EL POLLO BOLO
Tiene la señora Paula
un pollo bolo amarrado,
peludo y acostumbrado
a vivir en una jaula.
Ella es vecina de un aula
donde el maestro es un viudo;
y le dijo: —Si me mudo
voy a encargarle, Manolo,
mi peludo pollo bolo,
mi pollo bolo peludo.
Y este le dijo: —Mujer,
puede mudarse, no tema;
que para mí no hay problema
difícil de resolver.
Yo le daré de comer
maíz y plátano crudo,
y aunque sea un animal rudo
ya verá como controlo
su peludo pollo bolo,
su pollo bolo peludo.
Yo haré lo que usted me pida
por atendérselo, Paula;
es más, que dejo hasta el aula
para echarle la comida.
Yo sé como usted lo cuida
y habré de enseñarlo solo
porque si bien lo controlo
pronto lo voy a poner
que ni usted va conocer
su peludo pollo bolo.
Le enseñaré por los planos
(como actualmente se usa)
a sacar la hipotenusa
hasta en números romanos.
Dice ella: —Entre los cubanos,
a cuyos genios acudo,
sé que si de aquí me mudo
no van a dejarme solo
mi peludo pollo bolo,
mi pollo bolo peludo.
Neno Fernández