Una muy particular exposición tiene lugar en la Galería del Papelista, sita en la Plaza de Armas, en La Habana Vieja. Tal y como su título lo explicita: Programas de mano, teatro en papel, tiene la particularidad de ser una muestra de noventa y ocho programas de mano relacionadas con obras teatrales que se estrenaron en las salas de teatro de la capital durante décadas pasadas.

De los citados programas, veintidós están “escoltados” por sus respectivos carteles de promoción, de la autoría de reconocidos artistas gráficos como Héctor Villaverde, Rafael Zarza y José Luis Posada, entre otros. Esta particular relación de carácter estético-comunicativo, bien ilustra un criterio curatorial basado en la relación entre forma y contenido que ambos medios de comunicación visual presentan; sin pasar por alto los buenos momentos que nos depararon las obras teatrales que los motivaron durante los períodos correspondientes a sus estrenos en las salas de teatro habaneras.

En consecuencia, tal relación entre ambos medios de comunicación y la obra teatral que promocionan, generan una unidad de sentido tan emotiva como cognitiva, en razón de su capacidad para retrotraernos en el tiempo a través de sus diseños visuales. Sirva de ejemplo, el cartel relacionado con la puesta en escena de la memorable obra Pinocho, en la que tanto el programa de mano como el cartel, ambos de la autoría del “gallego” Posada, tienen como motivo central una enorme ballena tratada en términos de ilustración infantil, en cuyo interior se inscribe en un gran círculo rojo, el nombre del inmortal personajillo.

Una muy particular exposición tiene lugar en la Galería del Papelista, sita en la Plaza de Armas, en La Habana Vieja. Tal y como su título lo explicita: Programas de mano, teatro en papel, tiene la particularidad de ser una muestra de noventa y ocho programas de mano relacionadas con obras teatrales que se estrenaron en las salas de teatro de la capital durante décadas pasadas.

De los citados programas, veintidós están “escoltados” por sus respectivos carteles de promoción, de la autoría de reconocidos artistas gráficos como Héctor Villaverde, Rafael Zarza y José Luis Posada, entre otros. Esta particular relación de carácter estético-comunicativo, bien ilustra un criterio curatorial basado en la relación entre forma y contenido que ambos medios de comunicación visual presentan; sin pasar por alto los buenos momentos que nos depararon las obras teatrales que los motivaron durante los períodos correspondientes a sus estrenos en las salas de teatro habaneras.

En consecuencia, tal relación entre ambos medios de comunicación y la obra teatral que promocionan, generan una unidad de sentido tan emotiva como cognitiva, en razón de su capacidad para retrotraernos en el tiempo a través de sus diseños visuales. Sirva de ejemplo, el cartel relacionado con la puesta en escena de la memorable obra Pinocho, en la que tanto el programa de mano como el cartel, ambos de la autoría del “gallego” Posada, tienen como motivo central una enorme ballena tratada en términos de ilustración infantil, en cuyo interior se inscribe en un gran círculo rojo, el nombre del inmortal personajillo.

“De los citados programas, veintidós están ‘escoltados’ por sus respectivos carteles de promoción, de la autoría de reconocidos artistas gráficos como Héctor Villaverde, Rafael Zarza y José Luis Posada, entre otros”.

En cuanto al montaje de la exposición, este se manifiesta en función del objetivo propuesto por el curador, es decir, crear una dependencia visual entre ambos medios de comunicación que le facilite al espectador la paridad de ideas a reconocer como propia del contenido de la obra teatral en cuestión. Esta relación entre gráfica y teatro, por ser tan eficaz como atractiva, parece recordarnos una antigüedad cuyo lustre perdura en perpetua contemporaneidad. De ahí que, en última instancia, la exposición Programas de mano, teatro en papel, se presente también como un remitido a ese vínculo entre individuo y colectividad que dio origen al teatro en la antigüedad; por demás, gestor de una visión tempana de la democracia que hoy día aún mantiene toda su vigencia y vulnerabilidad.