A Rensoli, un hombre que nunca dejó de soñar con los pies en la tierra
Desde que conocí a Rodolfo Rensoli ─y no recuerdo la fecha─ entendí que era un ser de luz. Sin embargo, también pienso que fue un hombre subvalorado en toda su dimensión, alguien que con total modestia ─a mi entender─ hizo mucho desde el anonimato y que no fue entendido cuánto pudo aportar a Cuba, no solo al rap.
El rap y en particular Grizel Hernández fue nuestro vínculo. Hernández, como musicóloga del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana por muchos años, investigó este género relocalizado y estuvo muy vinculada a la Agencia Cubana del Rap. Ella junto a Malcoms Duffay compiló en tomos y un disco visiones sobre el rap en Cuba en Contar el rap. Narraciones y testimonios. Ahí leí lo que Rensoli contó en primera persona de su amor eterno con el rap.
“Mucho le debemos a Rensoli, ese cubanazo, un artista en toda la dimensión de la palabra, eterno soñador, pero con los pies bien puestos en la tierra”.
En el año 2023, al entrar al canal Clave como musicóloga, junto a la directora Sarah Clisens ideamos un espacio televisivo dedicado al rap: Flow. En el mismo yo tenía una sección de entrevistas dedicado al rap cubano. La primera persona que considere debía estar fue Rodolfo Rensoli. Gracias a la vida, enseguida que lo contacte accedió a participar en Cadencias ocultas. Fue un encuentro muy grato, pues a través del rap confluyeron historias de Cuba, mostrando sapiencia, humildad, culto eterno a la cultura hip-hop en el 2024, año en el que se cumplieron 50 años del movimiento hip-hop a nivel internacional. De esos, los últimos 30 en Cuba tienen nombres imprescindibles y uno de ellos sin dudas es Rodolfo Rensoli.
Guardo con mucho cariño el recuerdo de esa conversación, que es parte de los archivos del Canal Clave, testimonio en síntesis de alguien que amó profundamente a su país. Quedó pendiente un viaje a mi tierra natal, Guantánamo, para constatar las raíces de la moña y de tantos puntos en común de la lucha eterna del rap en cualquier punto geográfico de nuestro país. Mucho le debemos a Rensoli, ese cubanazo, un artista en toda la dimensión de la palabra, eterno soñador, pero con los pies bien puestos en la tierra.
