Doce años antes, el quenista argentino-cubano Rodrigo Sosa tuvo su primer concierto en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes y volvió a ese mágico espacio ahora para regalar una velada en la que la música de sus raíces, de su identidad más profunda, tendría el protagonismo. Fue la manera de reafirmar sus esencias, su naturaleza andina y hacerlo no desde la pureza rígida sino mezclándola con la cubanía que también forma parte de su vida.

Antes del espectáculo, por supuesto, la idea tomó forma en el disco La Quena en la Música Folclórica Latinoamericana, el quinto en la carrera de Rodrigo, grabado por el ingeniero Giraldo García, con mezcla y masterización realizada por el ingeniero Oscar Autie, producción de Adriana Pazos Tacoronte y Kenya Autie, bajo el sello de Producciones Colibrí y El Cerrito Records.

Grabado en el Estudio 2 de Abdala entre los meses de abril y mayo del presente año, el álbum contó con la fotografía de May Reguera y el arte final de Ricardo Monnar y reafirma  su  mirada  al  folclor latinoamericano, recorriendo toda la región desde su raíz e inquietudes como músico, abarcando una gran variedad de géneros como la polka paraguaya, el huayno, la música gaúcha brasilera, el gato instrumental, la zamba argentina, el joropo y la cumbia, entre otros, colocando pinceladas de la música cubana, como las que advertimos en el tema “Cha Chá Andino”.

Le acompañaron excelentes instrumentistas y cantantes de diversas latitudes en calidad de invitados (los cubanos Pancho Amat y María Victoria Rodríguez, los brasileños Renato y Pedro Borghetti, los argentinos Pato y Patito García Jr, Maka Zequeira y Javier Molina y el colombiano Miguel Guerrero) y pudo entonces así lograr otro gran objetivo: conectar a todos desde el alma, porque si algo caracteriza a Rodrigo como artista y como ser humano es su grandeza espiritual.

“Mención especial tiene el pianista Rodrigo García, que figuró como invitado en uno de los temas y del que conocemos, no solo su competencia, sino también su interés por la riqueza musical del continente que habitamos”.

Tomando ese fonograma como punto de partida, Rodrigo se pensó este concierto «para que después de mañana, gracias a la música, todo sea mejor», y rindió honores a su memoria ancestral, a su familia, a sus maestros, a su cultura, a su continente y a sus principios que, de manera coherente, seguirá defendiendo en cada creación.

Con el pianista Ángel Toirac, el contrabajista Jorge Reyes, el guitarrista Adrián Aguiar, el también guitarrista y laudista Eduardo Corcho y los percusionistas Adel González y Eduard Nelson, Rodrigo regaló temas del álbum. Estos fueron “Romance del viento y quena”, “Sétima do portal”, “El cóndor pasa”, “Alfonsina y el mar”, “El Humahuqueño” (la primera canción que tocó con 12 años) y “Chiní”. Además, interpretaron “Taquito de militar”, “Lento y despacio” (de la autoría de Roberto Fonseca), “El diablo suelto” y “Recuerdos de Ypacaraí”.

Quiero destacar que si bien el repertorio escogido es excelente para realizar un viaje sonoro por esta región del mundo, existen géneros que nos son ajenos en nuestra tradición musical a los cubanos, como la polka paraguaya, el huayno, el charango, la música gaucha brasilera, entre otros, y aun así, aun cuando no son frecuentes en nuestras creaciones, los músicos elegidos para esta ocasión demostraron versatilidad, talento y una inmensa sensibilidad para apropiarse de ellos, de la herencia que transmiten, y así el disfrute fue encomiable. No asombra que veteranos como Jorge Reyes y Adel González lo hagan, por supuesto, pero los jóvenes Adrián Aguiar, Eduardo Corcho y Eduard Nelson (con solo 16 años) sí sorprendieron.

Zulema Iglesias supo muy bien colocar su voz en esa popular canción guaraní paraguaya, “Recuerdos de Ypacaraí”, para regalarla lo más cercano posible (si no tal cual) a como la interpretan los oriundos de la zona.

Mención especial tiene el pianista Rodrigo García, que figuró como invitado en uno de los temas y del que conocemos, no solo su competencia, sino también su interés por la riqueza musical del continente que habitamos, en tanto presentó recientemente su proyecto El piano latinoamericano y yo, llevado de un disco a un concierto.

Por si lo presentado en la ocasión no fuera suficiente, Rodrigo Sosa invitó a la cantante santiaguera Zulema Iglesias para interpretar “Recuerdos de Ypacaraí”. Enhorabuena. Zulema representará a Cuba en el Concurso Internacional de Música Intervisión 2025 el venidero septiembre en Moscú, y justo Rodrigo Sosa fue quien asumió la producción musical del tema que allí defenderá. Aunque esa participación suya en el espectáculo no permitió que el público la escuchara en los géneros que habitualmente trabaja, justo por eso fue toda revelación porque la artista supo muy bien colocar su voz en esa popular canción guaraní paraguaya para regalarla lo más cercano posible (si no tal cual) a como la interpretan los oriundos de la zona. Excelente.

Agradezco oportunidades como estas en las que la música permite viajar, entrelazar emociones, enriquecer el acervo cultural y sobre todo, confirmar la magistralía de nuestros artistas. Sigue creciendo, Rodrigo Sosa.