Fiestas Patronales en la provincia de Sancti Spíritus

La fiesta es mucho más que la fiesta, celebración convencional y repetida para unos, curiosidad “folklórica” para otros. Para llegar a comprender su significado, las diferentes culturas han tenido que encontrarse y enfrentarse y revelar así cada una de ellas un sentido original y auténtico.

Historiadores, etnólogos y sicólogos han descubierto en las manifestaciones festivas actos de autoafirmación. En las fiestas se reproducen creencias, mitologías… El sentido y las formas de las fiestas varían según las culturas, las religiones, las modas, pero cada una de ellas conlleva, independientemente de su dimensión, la fuerza participativa o de creación.

Existen las llamadas fiestas urbanas en las que se incluyen los carnavales o las que se organizan con otras denominaciones: San Juan, Santiago, San Valentín. Hay otras más relacionadas con las conmemoraciones como la fiesta del trabajo. No se pueden olvidar las llamadas fiestas privadas que no tienen otro pretexto que el placer de compartir o estar juntos.

Se distinguen las fiestas que recuerdan acontecimientos de la existencia: el nacimiento, el matrimonio. Estas ceremonias se manifiestan diferentes en todo el mundo.

“El sentido y las formas de las fiestas varían según las culturas, las religiones, las modas, pero cada una de ellas conlleva, independientemente de su dimensión, la fuerza participativa o de creación”.

Las fiestas tienen la virtud de conciliar temporalmente a los contrarios, de unir lo que el transcurso de los días tendía a separar, la licencia y la tradición, lo religioso y lo profano, la soledad de cada cual y la cordialidad de todos.

En Sancti Spíritus coexisten diferentes manifestaciones de la cultura popular. Son variadas las celebraciones o fiestas, la mayoría tienen un origen religioso y fueron transformándose en fiestas laicas sin perder sus características distintivas.

En Trinidad se mantienen muchas celebraciones, unas más intensas que otras, pero muy características de este lugar que encanta. Las fiestas campesinas de la Candelaria en Condado y el San Blas en Caracusey, cada 2 y 3 de febrero, son organizadas por los pobladores de estos lugares con el apoyo de la Dirección de Cultura, aunque han perdido muchas acciones que las identificaban queda la intención de no olvidar dichas efemérides.

Otra fiesta muy original es La Cruz de mayo en el poblado de San Pedro, que ofrece la bienvenida al período de lluvias. El mito dictaba que si el santo sale a la calle culminaba la sequía. Mantiene la característica de las fiestas campesinas: expendio de comidas y bebidas, esta última en abundancia.

Trinidad ha logrado mantener en su San Juan, en el mes de junio, los elementos que siempre lo distinguieron, como la Matanza de la culebra, el Baile de la galleta con el danzón como protagonista, el Baile de las flores y el concurso de disfraces La muerte en cuero.

En la ciudad de Trinidad, se sigue recordando, además, a Santa Cecilia, la patrona de los músicos, cada 22 de noviembre; este día se inicia con la retreta de la Banda de conciertos. Y Santa Elena, cada 17 y 18 de agosto en Casilda, con el apoyo del Instituto Nacional de Deportes y Recreación en la organización de las competencias acuáticas de gran atracción para los participantes de la localidad y los visitantes foráneos. Se mantiene la misa dedicada a la patrona de Casilda y la procesión hasta la bahía. Para el desfile acuático se logró vincular al sector no estatal con sus embarcaciones.

En otros municipios también son celebradas fiestas tradicionales: en El Jíbaro, en el mes de enero, cuyo origen era homenajear al Santo Patrón José Antonio de Abad del Jíbaro. El San José de Arroyo Blanco, en Jatibonico, en marzo, se destaca el encuentro de parrandas y tonadistas; la fiesta de La Larga en Taguasco, en mayo. A la vez, cada día pierde más intensidad el Santiago espirituano del mes de julio.

Existen otras manifestaciones de la cultura popular vinculadas a las fiestas, por ejemplo, el baile. Les recuerdo la Danza Canaria de Pozas en Cabaiguán, que refuerza la tradición “isleña”; el ballet folklórico y la Leyenda Folk, ambas de Trinidad.

Junto a las fiestas también se han mantenido la música, el arte culinario, la artesanía utilitaria y artística. Son famosos en el mundo los animalejos realizados en guano, los vestuarios que actualmente recrea el Conjunto Folklórico de Trinidad, las vasijas de barro ideadas por familias de ceramistas, entre ellos, las de los Santander.

En la provincia espirituana existen poblados que celebran las fiestas denominadas Parrandas; Zaza del Medio, Guayos y Yaguajay, organizadas por los barrios, bien definidos por sus características e iniciativas. Cada uno está representado por animales. En Zaza del Medio, los barrios Oriente y Occidente, se identifican con el chivo y el perro. En Guayos, los habitantes del barrio La Loma se distinguen con la figura de un chivo y los de Cantarrana, por la de una rana.

Las parrandas yaguajayenses tienen muchas características similares a las organizadas en Remedios, en Villa Clara, por su cercanía geográfica. Su barrio La Loma se identifica con un estandarte rojo con un gallo, un chivo y un toro; el Sansaricq con su estandarte azul, un gavilán y un sapo.

La carroza es el elemento espectacular más difundido junto a los fuegos artificiales. Estas necesitan mayor participación popular porque exigen equipos de carpinteros, decoradores, vestuaristas, electricistas, artesanos y profesionales con estudios superiores al servicio para lograr la majestuosidad y elegancia. Cada carroza es el orgullo de su barrio y recrea sus espectáculos en los patrones de la historia del arte.

En el desarrollo histórico de las parrandas las distintas manifestaciones del arte popular han desempeñado un papel predominante. Los fuegos que en sus inicios eran a granel fueron evolucionando y son famosas las construcciones de artificios pirotécnicos. En la actualidad, cada barrio cuenta con artistas de la pirotecnia.

Estas parrandas espirituanas, junto a las celebradas en varios poblados de Villa Clara, fueron declaradas por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.