Pete Seeger. He ahí un nombre vinculado de manera indisoluble a La Guantanamera, la guajira internacional de la autoría de nuestro compatriota Joseíto Fernández, un habanero del barrio de Los Sitios nacido en 1908.

Es Pete Seeger quien explica su encuentro con la inmortal guajira: “Fue en 1961. Estaba yo de visita en un campamento de verano, al norte, para niños de una extensa zona. Como es natural, llevé mis canciones, y algunos preguntaron: ‘¿Pete, por qué no se aprende una canción que nos enseñó un instructor cubano que tenemos aquí?’. Era Héctor Angulo, que se ganaba la vida trabajando durante las vacaciones para poder proseguir sus estudios musicales, y fue idea suya, o de su maestro Julián Orbón, introducir versos de Martí en la guajira de Joseíto Fernández, y así fue como la aprendí, y ese mismo día supe quién era José Martí, casi totalmente desconocido en Norteamérica. Creo que fue una bendición ese descubrimiento: llevé La Guantanamera a más de 35 países, ‘con los pobres de la tierra’”.

Joseíto Fernández, autor de La Guantanamera. Foto: Tomada de Cubadebate

Si La Guantanamera permanecía o no olvidada en Cuba, es asunto sobre el cual no tiene sentido discutir. Había sido compuesta por Joseíto Fernández a finales de la década del veinte, o sea, unos cuantos años atrás y permanecía viva en la memoria musical de los radioyentes, pero ello no significa que para los años sesenta fuera aún “popular”. No tenía por qué serlo en una isla de tanta creatividad musical y tan prolífica en compositores. La internacionalización de La Guantanamera, su universalidad, emerge de un hecho del cual se conmemoran ahora 60 años, cuando en la noche del 8 de junio de 1963 el folclorista norteamericano Pete Seeger cerró su concierto en el legendario Carnegie Hall de Nueva York, cantándola con la incorporación de la estrofa de los Versos Sencillos de José Martí que dice Yo soy un hombre sincero / de donde crece la palma / y antes de morirme quiero / echar mis versos del alma, tal como le había sugerido Julián Orbón.

A partir de entonces La Guantanamera ha vivido más de 150 versiones y el número de sus intérpretes es incontable, se la considera la melodía cubana de más amplia difusión mundial. Sin embargo, también se generó una polémica internacional acerca de su paternidad, reclamada con razón por Joseíto y al fin, hasta donde sabemos, así reconocido; aunque aclaremos que en tal litigio nunca se pretendió atribuir su autoría a Seeger, admirador de Cuba y de los cubanos.

Pues bien, como expresión de reconocimiento a Seeger por su decisiva contribución en hacer de La Guantanamera un sinónimo de cubanidad, y en cumplimiento de una invitación cursada por el entonces denominado Consejo Nacional de Cultura, Pete Seeger llegó a Cuba el 24 de enero de 1971, con su hija Mika, el yerno puertorriqueño y su guitarra de 12 cuerdas. En el Aeropuerto Internacional José Martí tocó y cantó para los presentes, quienes corearon junto a él los acordes de La Guantanamera y con sencillez expresó en español: “He venido a aprender”.

A esto último acotó el compositor y trovador Joseíto Fernández que “mi deseo es que se sienta en nuestra patria como en su casa”. A continuación ambos se estrecharon las manos.

Con más de 150 versiones, La Guantanamera es considerada la melodía cubana de más amplia difusión mundial.

Acerca de la célebre tonada, Seeger declaró que “esta canción demuestra que la música del pueblo puede viajar el mundo entero. La Guantanamera ha sido la más universal que he interpretado. No solamente la música es querida por todo el mundo, sino que las palabras son básicamente importantes. Hay canciones que dicen: ‘Quiero a mi patria’.Pero lo importante es que José Martí era un hombre sincero”.

Seeger tuvo un programa amplio de actividades sociales, cantó para los niños de una granja en Artemisa, ofreció recitales a teatro lleno y se movió entre nosotros como un cubano más. La presencia del folclorista norteamericano resultó significativa y bien recibida por cuanto contribuyó al acercamiento de los pueblos de ambas naciones. La visita de Pete Seeger satisfizo la curiosidad por conocer a quien universalizó la guajira de Joseíto.

La despedida, el 4 de febrero, fue emotiva, con canciones, flores y sonrisas para el amigo difusor de las notas musicales un día pergeñadas por nuestro compatriota Joseíto Fernández.

En 1997 el artista recibió un Premio Grammy en la categoría Folk, en 1999 viajó a La Habana para recibir la Orden Félix Varela de Primer Grado conferida por el Estado Cubano y en 2009,  durante la ceremonia de asunción presidencial de Barack Obama, tocó en el Lincoln Memorial de Washington. Murió en enero de 2014 a los 94 años, por causas naturales.  “Además de su música, Pete nos deja su buen ejemplo, su vida útil. Sin duda también por eso sigue entre nosotros”, y son palabras de Silvio Rodríguez.