¿Aceptarías tener una relación de pareja “abierta”? Nadie se esperaba la pregunta directamente ante el resto del público y prefirieron sonreír y evadir la respuesta. Los más osados —honestos o no— dijeron que sí, “porque es autorizar lo que realmente se hace tras una mentira”, y otros dejaron claro que no.

Antonia y Pío decidieron preguntarles a ellos y a ellas, quienes decidieron acudir a la Sala Adolfo Llauradó a escucharles en medio de sus “catarsis matrimoniales”. El tema es de todos y todas, no es para que solo estén en el escenario los “dolientes”. Una clásica técnica de interacción con el público sin rozar lo vulgar ni convertirlo en el protagonismo. Eso sí, la reflexión era válida de uno y otro lado.

La obra supuso un reto para Alina Molina y Renecito de la Cruz, quienes logran loables interpretaciones.

Alina Molina y Renecito de la Cruz sabían que asumir esta Pareja Abierta era un reto porque es una obra conocida a nivel mundial y su texto ha sido enriquecido, manoseado y versionado en numerosas ocasiones, incluso en Cuba, donde muchos recuerdan las interpretaciones de Eileen López y Edgar Medina así como de Susana Pérez y Roberto Perdomo. Además, el desafío crecía en tanto ambos son amigos hace tiempo y debían trabajar mucho para que realmente fueran los personajes los que tomaran las riendas del asunto y no ellos mismos.

Curiosamente, la obra fue escrita a cuatro manos por el actor y escritor de teatro italiano Darío Fo, Premio Nobel de Literatura de 1997, y su esposa Franca Rame, actriz, escritora y política italiana. Ambos fueron Antonia y Pío en su estreno. Después, muchas veces se ha presentado esta puesta en escena, con alguna que otra variación, según el director, y con plena vigencia, porque siguen siendo las relaciones humanas muy difíciles de atrapar en un molde.

Ella, un poco más incisiva, y él, a ratos más burlesco, se muestran cual pareja real y exhiben las heridas de una relación al cabo del tiempo.

Es una comedia satírica y ese tono lo llevan muy bien los actores que los fines de semana de junio esperan por el público a las 5 de la tarde. Ella, un poco más incisiva, y él, a ratos más burlesco, se muestran cual pareja real, exhibiendo las heridas de una relación al cabo del tiempo.

No es necesario cargar la escenografía porque la “carga” subyace en otro sentido, pero aplaudo el empleo de una mesa y dos sillas como elementos de apoyo, y una mampara que, de manera ocasional, se convierte en el parteaguas de lo pensado y lo realmente ejecutado. Loable incluir el uso de las nuevas tecnologías, el celular y los “imprescindibles” live para legitimar cualquier análisis o decisión.

Al cabo de los años, como sabemos, las ilusiones se marchitan y en el deseo desenfrenado por superar las consecuencias de la rutina se busca en otras personas la solución. Hacerlo de manera oculta es lo más socorrido y Pío quiere liberarse de los inventos que debe crear para poder vivir abiertamente. Antonia no quiere aceptar hasta tanto analiza que también ella puede hacerlo, y entonces él frunce el ceño y no es capaz de comprender que otro hombre halle en ella lo que ya a él no le despierta emociones.

La escenografía es muy sencilla, con una mesa y dos sillas como elementos de apoyo y una mampara que se convierte en el parteaguas de lo pensado y lo realmente ejecutado.

Otra vez el machismo, el arquetipo del macho posesivo que espera que la mujer le aplauda sus conductas, y otra vez la baja autoestima de ella, que se valora a partir de las elecciones que él hace de las más jóvenes muchachas.

Que Fo y Frame hayan visibilizado este asunto en la década del 80 nos hace pensar que era algo ya soportado en muchas relaciones, quizás en secreto, porque en aquella época el matrimonio llevaba el peso de ser inquebrantable. En la actualidad el fenómeno continúa a la par de adeptos y detractores, porque se sigue creyendo que la adrenalina que genera otra persona, la tercera o la cuarta, nos permitirá reavivar la llama que ya tememos apagada.

Esta nueva Pareja Abierta, con versión de Yerandis Fleites, dirección artística y puesta en escena de Amaury González y Yanko Marrero, fue parte del ejercicio de culminación del nivel técnico superior en procesos y realización escénica de la Facultad de Arte Teatral del Instituto Superior de Arte (ISA).

Enhorabuena la obra presentada y el funcionamiento del binomio actoral. Ambos, aun con diferencia de edad y por tanto de experiencia, se revelan con madurez precisa para fluir sin contratiempos pese a cualquier olvido del texto o cualquier alusión imprevista a la realidad circundante. No aburren, no dilatan en exceso, no presionan… en cambio, proponen, seducen, inspiran o catapultan. Abrir o cerrar, esa es la cuestión.