Ave… Teatro fénix

Thais Gárciga
15/1/2016

En 2012 las puertas del Gran Teatro de La Habana se juntaron para clausurar el edificio ante el deterioro avanzado en el que se sumía luego de infructuosas intervenciones a lo largo de los años. El magnífico umbral fue privado de la vista de los transeúntes, para colocar vallas que delimitaban la zona de trabajo de albañiles, arquitectos, ingenieros, inversionistas.

Las melodías de sus instrumentos sinfónicos eran reemplazadas por el aullido ensordecedor producido por los equipos que horadaban el concreto.

Un trienio de cierre temporal y cientos de miradas ansiosas soportó el hoy Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Acaba de renacer, no de las cenizas como el Ave Fénix, pero sí de una profunda cirugía restauradora. Los siglos XIX, XX y XXI respectivamente lo vieron —lo ven— rencarnar con visiones y objetivos distintos. Los años 1838, 1915 y 2016 registran en la línea cronológica “los antes y los después” del teatro, primero Tacón, luego García Lorca y hoy Alicia Alonso.

Un magnífico inmueble que a todas luces iluminará aún más la intensa vida escénica de la capital. El adjetivo “gran” se aviene con este edificio dada la grandilocuencia de su dimensión espacial y cultural. Preserva, con la magia de un añejo auténtico, la impoluta belleza ecléctica que ostenta su arquitectura neobarroca.

El día anhelado

La costosa inversión que devolvió al teatro su esplendor y un papel protagónico en la vida cultural cubana estuvo a cargo de las entidades Empresa de Proyectos No. 2 del Ministerio de la Construcción, Empresa Constructora del Ministerio de Cultura (ESEO), la Empresa de Proyectos “Atrios”, también perteneciente al Ministerio de Cultura (Mincult); Tecnoescena, el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), ARTEX, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Servicios Integrales Especiales (SEISA), Consejo de la Administración Provincial de La Habana, la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH), la Organización Básica Eléctrica Soterrado del Ministerio de Energía y Minas; y la Agencia de Protección Contra Incendios (APCI).

A dichas instituciones estuvo dedicada la gala que dio apertura a este nuevo ciclo en el ámbito artístico en general y danzario en particular. La noche del primero de enero de 2016 inició el año dedicada especialmente a los trabajadores, conjuntamente con las demás personas que participaron y apoyaron el proceso de reparación y restauración de esta joya cubana decimonónica. El programa concierto de la gala que se disfrutó este día fue una selección de tres actos de igual número de selectos ballets.

El primero de enero la Gala por el Aniversario 57 del Triunfo de la Revolución rebautizaba el GTH. El acto fue presidido por el General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; y la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC).

La Sala Federico García Lorca acogió el programa Tríptico Clásico, integrado por tres joyas del repertorio coreográfico del BNC: Giselle (I acto), El lago de los cisnes (II acto) y Coppélia (III acto).

La compañía lució toda su destreza técnica, artística y profesional digna de una noche memorable. Tanto los experimentados como los bizoños bailarines brillaron sobre las tablas del remozado teatro.  Incluso los más jóvenes, recién egresados de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, mostraron los frutos de ese centro de enseñanza, donde tienen el privilegio de formarse bajo una tradición balletística legitimada y sustentada por una metodología y un corpus pedagógico propio.

Fue así como la compañía fundada por los Alonso (Alicia, Fernando y Alberto) festejó al más puro estilo clásico un acontecimiento inolvidable no solo por sus presentaciones, en tanto culminación de arduo e ininterrumpido trabajo, sino también por la profesionalidad digna de los hacedores de un arte sublime.

De vuelta a casa

El GTH ha sido el escenario por excelencia del Ballet Nacional de Cuba desde los inicios de la Revolución Cubana. Luego de tres años alejados de su espacio natural, no solo ellos, sino el ballet español y la danza contemporánea retornarán a la mítica sala (actual García Lorca). Para felicidad de los balletómanos, ese público fiel y pasional que daría con gusto lecciones de lealtad, ya las butacas de este templo aguardan por el auditórium, ese que antaño acudía como peregrinos en devota procesión.

Sin embargo, el Gran Teatro no será exclusivo para la danza. La galería Orígenes vuelve con él, y nuevos espacios como el Café de la Ópera, una Cava, un Tablado, el laberinto Zoom y la Sala Lecuona.

“En el piso superior se localiza el salón para grandes eventos, inaugurado en 1915. De este se rescató la visualidad original y se retomó la idea de destinarlo como espacio para alquilar, como en sus inicios. Cuenta con una barra que será administrada por la empresa Artex, cuya oferta responderá a la programación del teatro”, describe Ernesto González, subdirector técnico-artístico.

“Esta área se restauró completamente y se rescataron las puertas originales, algunas lámparas, y otros elementos son réplicas. En esa labor se involucraron artistas vinculados al Fondo Cubano de Bienes Culturales, el grupo Atrios, el proyecto Espacios, con colectivos de creadores que se encargaron de la restauración, y en casos necesarios de la reposición de las piezas.

“Uno de los elementos más curiosos de este inmenso salón es una singular estructura constituida en sí misma en un pequeño piso independiente al que se accede con una escalera interna. Este elemento autónomo se denomina cake y se reservará para la presentación de grupos de pequeño formato como dúos, tríos o cuartetos”.

 “En el propio edificio conviven dos estilos arquitectónicos, puesto que cuando se inauguró el Gran Teatro de La Habana –antiguo Centro Gallego- se `tragó al Teatro Tacón´, es decir al original, cuyo estilo era más sencillo y que se puede apreciar en la pared que se ve por la calle San Rafael. El resto de la instalación adoptó entonces la arquitectura barroca que caracteriza a la construcción en su mayor parte”.

Al descender al nivel inferior, en el espacio existente entre las escaleras que conducen al primer piso, se encuentra un panel que resguarda el lugar exacto donde se colocará la estatua de la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, que le tributará el escultor José Villa Soberón.

En descenso

“La mayoría de los espacios del teatro se conservaron aunque algunos asumieron otras características. Entre los cambios figura el Café de la Ópera, ubicado donde anteriormente funcionaba el correo, y en cuyo sótano se construyó una cava. El mismo se pondrá a disposición de artistas, intelectuales y público en general bajo la administración de Artex”.

“Además, en el lugar que ocupaba el Cabaret Nacional se construyó el Tablado, que estará en función de la danza flamenca principalmente, pero también será escenario de descargas musicales u otra actividad afín”.

“Por otra parte, la sala Zoom, una especie de laberinto histórico, ofrece un recorrido por los principales acontecimientos que han marcado la vida del teatro y del Ballet Nacional de Cuba. En el centro, está dispuesta una mesa táctil en la que el visitante podrá consultar información ampliada sobre esos temas, además de un soporte audiovisual con dos televisores.

“El lobby, ahora totalmente climatizado, retomó su estructura original de 1915 cuando fue Teatro Nacional. En el presente es más amplio y cuenta con dos barras: una para la venta de bebidas durante los intermedios, y la otra para la distribución de programas de mano y demás materiales”.

“La Sala García Lorca continuará siendo el escenario habitual del BNC, el Ballet Español de Cuba, el Teatro Lírico, la Compañía Irene Rodríguez y Lizt Alfonso Dance Company. La misma también recibió una reparación capital, se incorporó carpintería que ayuda a resguardar el sonido con puertas acústicas y antipánico. La lámpara, aunque no es la original, tiene grandes semejanzas. Es de origen checo y fue donada por el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal”.

Orígenes

“Junto a los espacios netamente culturales conviven, igual que antes, las oficinas de las sociedades españolas. Ellas cuentan con centro de documentación, salón de eventos y una atractiva barra.

“En ese primer piso se encuentran también la Sala de Conciertos Ernesto Lecuona y la galería Orígenes, una propuesta novedosa a cargo del Fondo Cubano de Bienes Culturales en conjunto con el Centro Nacional de las Artes Plásticas.

La especialista principal de la galería Orígenes, Clarisa Clive, explica “que la galería ya existía con este nombre. Se trata de una instalación comercial, interdisciplinaria que busca tender lazos con artistas visuales ya consagrados que posean una vasta experiencia y reconocimiento. En este momento se muestra la Exposición Plus Premios Nacionales de Artes Plásticas.

“Entendemos que al formar parte del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, y estar conectada con el Ballet Nacional de Cuba, no debe ser una galería para la experimentación”.

Orígenes es “un museo galería que muestra obras de gran formato y con una programación en consonancia con la misión del GTH. Queremos coincidir con artistas que estuvieron vinculados a toda la trayectoria de Alicia Alonso y al ballet, de manera que se asocien las exposiciones a relevantes acontecimientos como el Festival Internacional de Ballet o fechas especiales como el Día Internacional de la Mujer”. Este espacio de enlace entre las artes plásticas y danzarias abre de martes a sábados, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.

Visita obligada

Para quienes anhelan transitar los pasillos y escaleras que hace décadas recorrieron figuras como Fanny Essler, Anna Pávlova, Sara Bernhardt, Eleonora Duse, Enrico Caruso, Titta Rufo, Victoria de los Ángeles, Teresa Berganza, las visitas guiadas son oportunidades imperdibles. Las centenarias columnas han acogido el éxito de estrellas como Azari Plisetski, Vladimir Vasiliev, Cyril Atanassoff, Jorge Esquivel, Rosario Suárez (Charitín), Ofelia González, Amparo Brito, Marta García, Orlando Salgado, Rolando Candia, Loipa Araújo, Mirta Pla, Aurora Bosch, Josefina Méndez, Lázaro, Alihaydée y José Manuel Carreño, Andrés Williams, Lienz Chang. En esa icónica sala que alumbrara “la araña del Tacón” tomaba sitio el Maestro Fernando Alonso para a ver a sus bailarines, a esos que ensayó o les impartió clases.

A partir del 19 de enero comenzarán los recorridos por las instalaciones del teatro abiertas al público. El servicio de visitas guiadas se brindará de martes a sábado en el horario de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.; y los domingos de 9:00 a.m. a 1:00 p.m, de acuerdo a la información ofrecida por el departamento de Relaciones Públicas.

De esa forma, curiosos, amantes del arte, la historia y de Cuba podrán conocer desde dentro el teatro devenido institución, excelso escenario para una leyenda que se escribe en puntas y tacones.