Canto de Todos en la Casa del Alba. Tradición y resistencia
La Casa del Alba Cultural fue testigo, el pasado 22 de mayo, de una jornada donde la música dejó de ser solo arte para convertirse en abrazo y memoria compartida. Dentro del programa oficial del Cubadisco 2025, la nueva edición de Canto de Todos reunió voces emblemáticas de la canción y celebró los vínculos históricos y afectivos entre Venezuela y Cuba, pueblos que han transitado juntos por el canto de la resistencia, ante los intentos de colonización cultural.
El protagonismo del evento recayó en la agrupación Mere Mere con Pan Caliente, quienes trasladaron al escenario una energía particular, la mezcla precisa entre raíz popular y creación colectiva.
“Este encuentro es de experiencias, cultura y culturas”.
Leonel Ruiz, director del conjunto, quien es además pianista y compositor venezolano, cautivó al público interpretando varias piezas de su más reciente producción discográfica Palabra de Chávez: Un subversivo amoroso, presentada durante el concierto.
Para Ruiz, participar en una nueva edición de Canto de Todos, representa “un punto de encuentro”. Asume las palabras del maestro Vicente Feliú, al acentuar la oportunidad de reunir a los músicos en torno a la canción nuestroamericana, que en esta ocasión agrupa artistas de diferentes ámbitos. “Este encuentro es de experiencias, cultura y culturas”.

“En esta oportunidad tenemos la dicha de presentar en el marco del Festival Cubadisco, un fonograma que tiene mucho que ver con Canto de Todos, porque se refiere a la musicalización de la palabra de Hugo Chávez, quien también creía en los encuentros y aseguraba que las banderas se sitúan alrededor de una misma idea, la de nuestra América y el mundo, la de liberación de los pueblos y la forja de la llamada ‘maravilla’. Es decir, un mundo donde todos podemos vivir mejor, sin la arrogancia de los apetitos imperiales y poder así encontrarnos, incluso, dentro de nosotros mismos”.
La fuente de inspiración de Leonel está impregnada de la poesía de Hugo Chávez. “Sin lugar a dudas, puedo afirmar que dedico mi trabajo a un poeta, al que le he musicalizado sus textos y se llama Hugo Chávez. Esto es fácilmente demostrable desde el punto de vista político, literario, moral, de la estética. Precisamente, esta es una buena oportunidad para mostrar desde nuestro arte, su poesía”.
Al artista lo acompañaron tres músicos excepcionales: Eddy Díaz en el bajo, Rolando Canónico en la percusión y Nelson González al cuatro. La evidente química entre ellos hizo posible una innegable complicidad en la escena.
El escenario combinó la música con abrazos cuando los artistas invitados, realizaron la donación de diez instrumentos (cuatro venezolano) a la Orquesta de Guitarra Vocal Clave de Sol, gesto que se tradujo en hermandad, solidaridad y recordatorio de cuánto se construye cuando el arte se convierte en puente. Por su parte, el grupo infantil regaló una emotiva interpretación. Sus voces dieron un toque intergeneracional, mostrando que el futuro de la música tiene el relevo asegurado.

Nos cuenta el compositor, que los seres humanos constituimos fuente de vibración y dentro de nosotros generamos música. “Si todos consciente o espiritualmente usamos la canción, podemos lograr cambios mucho más insospechados de lo que podemos pensar”.
Desde la antigüedad, la música ha demostrado tener efectos curativos. Para validar esta afirmación, el también pianista relata a La Jiribilla una emotiva experiencia. “Recientemente, en la escuela Solidaridad con Panamá, vimos cómo un niño, por su condición, se quejaba de dolores en el cuerpo. Luego él nos confiesa que apenas nos vio llegar, incluso previamente a que comenzara nuestra presentación, el malestar se le desapareció. Tal fue su emoción por las canciones que escucharía”.

Asimismo, refiere que la música es un antibiótico de alto espectro, pues el mundo está enfermo con una infección llamada Capitalismo. “Nosotros, desde la canción, hacemos lo posible por sanarlo”.
Para Leonel, Cuba ocupa un lugar significativo en su historia musical y personal y así nos lo confirma: “Está en mi corazón, latiendo al mismo ritmo con Venezuela. Dentro de mí habita Guaicaipuro, Hatuey, Bolívar, Martí, Carlos Aponte y Antonio Guiteras, miles de cubanas y cubanos internacionalistas que han ido a Venezuela a darnos soluciones sanitarias, así como todos aquellos venezolanos que se han solidarizado con este país. Por supuesto, también habitan Hugo Chávez Frías y Fidel Castro Ruz”.
“El arte sigue siendo el mapa para no perdernos, esa patria y forma de estar y ser, juntos”.
Si algo dejó en claro esta edición de Canto de Todos, es que el arte sigue siendo el mapa para no perdernos, esa patria y forma de estar y ser, juntos; no se limitó a reunir intérpretes. Tampoco fue espectáculo, sino ritual. Aquí la música se manifestó como un cuerpo vivo, que respiró hermandad y hondura poética.





