Cuba se presenta en el Fitccs 2018 con la fuerza enigmática del clown
4/5/2018
El espectáculo Gris del colectivo teatral cubano Teatro Tuyo, que se presenta en la Séptima edición del Festival Internacional de Teatro de Caracas, propone al espectador reflexionar sobre la pérdida del medio ambiente por la acción del hombre y el rescate de la alegría a través de la apreciación de nuestro ecosistema. Se trata de un montaje sin máximas pretensiones, minimalista y artesanal, conformado por intérpretes con gran poder escénico y una sencilla historia de fresco tenor.
La línea estética que lleva este grupo, desde hace 19 años, considera que no hacen falta tantas palabras para definir un solo gesto. Suben a la escena sintetizando, comprimiendo, haciendo un solo disparo a la sensibilidad del espectador.
Erika Farías, alcaldesa del Municipio Bolivariano Libertador de Caracas,
comentó sobre la participación del grupo teatral cubano en el Festival.
Foto: Instagram
La ausencia de texto verbal es reformulado por la versatilidad enérgica y acrobática del texto corporal. De esta manera, surge una dramaturgia que aprovecha el encantamiento, una estrategia para que el discurso escénico llegue al espectador de manera fácil.
La muestra ofrece un entretenimiento que se traduce en conmover, propio del teatro reflexivo.
La gestualidad de los actores y su resolución interpretativa no escapan del sentido dramático en la que espectador y elenco conviven durante la escena.
El clown es reconocido por la dimensión de su código de comunicación, pues desarrolla un código de comunicación en el que se impulsa el entendimiento y se minimizan los prejuicios. Puede transitar desde las tristezas, rabias y frustraciones, hasta llegar a la risa, juega con el error y el fracaso para transformarlo en fuerza interpretativa.
Este colectivo cumple con eficacia la conversión del payaso y a su vez, se conecta con el público, rompiendo la cuarta pared.
En la búsqueda del clown, del propio ridículo, se transforman las debilidades personales en fuerza teatral, tomando riesgos de ligera factura. Para crear una escena, desarrollan el subtexto con su propio cuerpo, utilizando, por ejemplo, la onomatopeya, como sonidos cortos, que apoyan la acción. Gris como puesta en escena y como propósito del grupo, responde a la necesidad de decir, de manera peculiar, algunas problemáticas del medio ambiente.
Por otro lado, Gris es la sucesión de otra obra de gran formato, Narices; esta última, con gran colorido y pomposidad. Se renuncia, en Gris, al cromatismo y se ofrece una transición semántica del pensamiento, para evolucionar al reciclaje, al minimalismo.
Un trabajo que descansa en la dimensión crítica y física del actor es el resultado, con acrobacias, entrenamiento físico y el recurso del recuerdo de la infancia.
Promueven en la escena, sin mayores pretensiones, un trabajo limpio, claro, emotivo, dentro de una historia que pudo quizás economizar escenas innecesarias y potenciar, en otras, esa poética tan sorpresiva, como en el caso de las orugas y la mariposa…
Aún así, es admirable la constancia de un trabajo sólido, comprometido y enérgico, que conquista al público por su encantamiento.