Más que un proyecto aglutinador de la comunidad sorda residente en La Habana, Cultura entre las manos es un proyecto sociocultural desde la comunidad sorda, sus familiares y amigos. Así precisaron, en exclusiva, las licenciadas Yordanys Echevarría y Leydis Luisa Hernández, especialistas en gestión cultural y comunicación, respectivamente, quienes con mucha voluntad y deseos de hacer han hecho de este proyecto, ya con casi quince años de creado, su razón de existir.

“Los orígenes de este proyecto datan de 2008. Fue constituido un 16 de noviembre, justo el día en que fuera fundada la Villa de San Cristóbal de La Habana” —refiere Yordanys Echevarría. Seguidamente, añade que al inicio se realizaba de manera itinerante, “como parte del parte del programa de los recorridos Rutas y Andares, auspiciados por la Oficina del Historiador.

“Al contar con intérpretes de lengua de señas, se fueron sumando a estos recorridos un número cada vez más creciente de personas sordas, interesadas en conocer en alguna medida la historia de su país, particularmente de su ciudad, sus sitios emblemáticos, cultura y las costumbres de aquellos que la habitaron siglos atrás”.

El propio desarrollo del proyecto y el incremento de sus actividades, a la par de sus participantes, condujo a la necesidad de una sede oficial, que le fue otorgada hace un año en la calle Narciso López, muy cercana a la Avenida del Puerto, y de la cual Yordanys asegura: “para nosotros esta hermosa instalación es un regalo de Eusebio Leal”.

Cultura entre las manos es un altruista proyecto de la Oficina del Historiador que no tiene límites de edad. Fotos: Enrique González (Enro)/ Cubadebate

A partir de los intereses, necesidades, gustos y preferencias de la comunidad sorda “hacemos una planificación de las principales actividades a cumplimentar en el transcurso del año. Esta planificación resulta una especie de guía que nos permite prever los recursos, las coordinaciones que debemos hacer para el cumplimiento de esas, más bien solicitudes, de la comunidad sorda. Pero esta planificación está en constante cambio y cada actividad se precisa en nuestros encuentros mensuales. En estos encuentros nos sumamos a las ideas de la comunidad sorda y caminamos juntos en aras de una total inclusión” —acota Leydis Luisa Hernández.

Uno de los propósitos esenciales del proyecto Cultura entre las manos es la enseñanza de la lengua de señas cubana y para ello los especialistas que laboran en la institución tienen previsto la celebración de varios cursos y talleres, actividades que desarrollan de manera sistemática y cuentan con la asistencia de personas sordas y oyentes. “Apostamos —subraya la especialista en comunicación del Centro— por la interculturalidad, por la interacción, de ahí que nuestras actividades estén dirigidas a socializar con todo tipo de público, donde todos tengamos un espacio, aun cuando nuestra prioridad sea la comunidad sorda”.

Destaca asimismo en la programación del Centro la proyección de películas con la intervención de intérpretes de lengua de señas. La celebración de conferencias sobre los más diversos temas a cargo de experimentados especialistas, el estudio y análisis de la obra de prestigiosos creadores cubanos y la inauguración de exposiciones en la pequeña galería con que cuenta la instalación, que dispone además de una biblioteca, un teatro y espacios destinados a las aulas.

Con carácter sistemático, igualmente, tienen lugar las visitas de los especialistas de la institución a centros estudiantiles de enseñanza especial. “Concebimos estas visitas dos veces al mes. En ocasiones, los alumnos vienen a nuestro centro donde reciben clases y orientaciones generales, relacionadas con la lengua de señas. Pero a causa de las dificultades actuales que presenta el transporte, los especialistas vamos a las escuelas” —explica Yordanys Echevarría.

El objetivo fundamental del proyecto es el aprendizaje de la lengua cubana de señas.

Junto al aprendizaje de la lengua cubana de señas, “nuestro propósito esencial”, el proyecto Cultura entre las manos tiene previsto, especialmente, para estos meses de verano, en el horario comprendido de diez de la mañana hasta las doce del mediodía, los miércoles y sábados, cursos que incluyen el aprendizaje “de manifestaciones artísticas como la iniciación a la cerámica, pintura, diseño, dibujo y la creación de personajes a través del dibujo y el diseño. Estas clases son impartidas por reconocidos artistas, colaboradores nuestros.

“Los niños sordos reciben estas clases junto a niños oyentes residentes en nuestra comunidad, los cuales atendemos en el horario vespertino. Pero en determinados momentos coinciden todos y son capaces de sostener conversaciones y de intercambiar saberes. Al finalizar los talleres realizados durante estos cursos se hace una exposición con los mejores trabajos hechos tanto para niños y oyentes como por niños sordos” —dijo la especialista en gestión cultural.

“Cuando se siente amor por lo que se hace, cuando hay voluntad y deseos de hacer, se obtienen importantes y grandes logros que en definitiva redundan en beneficio de toda la sociedad”.

Es cierto, manifiestan ambas especialistas, que desde su surgimiento “el proyecto ha tenido muchísima aceptación y esa aceptación ha crecido desde que contamos con esta instalación, que nos ha permitido desarrollar innumerables actividades y que las personas sordas ven como un lugar que les permite socializar, donde se sienten verdaderamente incluidos”.

Explican, de la misma manera, que en esta etapa estival una de las acciones que, precisamente, ha resultado de gran interés es la programación de juegos de mesas tradicionales, “como un torneo de dominó que efectuamos recientemente y que contó con la presencia mayoritaria de jóvenes. Aunque para esta, como para el resto de las actividades que realizamos en el centro, participan todos los grupos etarios.

“Mucha aceptación ha tenido también las convocatorias de nuestro centro para cursar talleres de fotografía, de pintura y por primera vez, instrumentamos uno de danza, que, aunque lo concebimos de manera experimental, su acogida ha sido maravillosa”.

Entre los planes futuros de este proyecto, dispuesto a dotar a las personas sordas de las herramientas necesarias que les permitan vencer barreras y vivir en nuestra sociedad plenas y felices, se encuentra la preparación “de un curso o un taller para padres de niños sordos”. Éste les dará la posibilidad de conocer más las características de sus hijos, al tiempo que permitirá una comunicación mucho mejor y mayor. Aspiramos que este curso sea lo más completo posible, por ello estamos contactando, entre otros especialistas, con psicólogos”.

Mientras Yordanys Echevarría quedó cautivada por este proyecto cuando asistió a la inauguración de una exposición de su hijo, Xavier González, un joven sordo de veintitrés años de edad graduado de pintura en la Academia de San Alejandro, para Leydis Luisa Hernández Cultura entre las manos es “sobre todo una experiencia de mucho aprendizaje. Antes de incorporarme a este proyecto jamás había interactuado con una persona sorda. Desconocía por completo la lengua de señas. Transcurrido un año mi vida ha cambiado, radicalmente, y se lo debo a este proyecto que, en mi opinión, es una muestra de que cuando se siente amor por lo que se hace, cuando hay voluntad y deseos de hacer, se obtienen importantes y grandes logros que en definitiva redundan en beneficio de toda la sociedad”.

Y he aquí, la suma del esfuerzo de todos y, particularmente, el amor de estos especialistas, que con infinita paciencia preparan a estos niños y jóvenes para que venzan barreras y se incorporen a nuestra sociedad plenos y felices.

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