La necesidad impostergable de dotar a La Habana de un Museo de Arte Contemporáneo aunó experiencias, talentos, esfuerzos y creatividad de un grupo de arquitectos-artistas, que constituidos en cinco equipos se convirtieron en autores de cinco propuestas; cualquiera de ellas, o tomando elementos de dos o más, puede hacer realidad esta añeja aspiración de los capitalinos.
Para cumplir con tan loable empeño fue inaugurada en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el pasado 23 de julio, la exposición Del museo real al museo imaginado, concebida con las cinco visiones aportadas por Estudio Choy León, Circo de polvo, Apropia Estudio+Dacero, HrG Arquitectura y AD Urbis.
Las palabras inaugurales de la muestra, que estará abierta al público hasta el venidero mes de noviembre, estuvieron a cargo del arquitecto Jorge Fernández Torres, director del MNBA. En el encuentro también estuvieron presentes Fernando Rojas, viceministro de Cultura; ejecutivos del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, directores de galerías de arte; además de una amplia representación de arquitectos, estudiantes de arquitectura y de las escuelas de arte.
Entre los principales propósitos de la exposición, primera dedicada a la arquitectura que se realiza en esta emblemática institución, se encuentra “reconocer la labor del arquitecto como artista y destacar la necesidad de devolverle a la arquitectura su lugar histórico como madre de todas las artes”, dijo en exclusiva Fernández Torres. “Y en realidad —añadió— era ya necesaria. Este es un país habitado por gente talentosa y desde hace mucho tiempo se ha ganado el derecho de una exposición de arquitectura.
Lo ideal hubiera sido inaugurar una exposición desde el punto de vista histórico, que mostrara lo que ha sido la arquitectura cubana en todas sus etapas. Pero habría tanto que exhibir, que se necesitaría un museo completo”.
Una de las propuestas más interesantes sobre un Museo de Arte Contemporáneo para La Habana es la del equipo que dirige el arquitecto Orlando Inclán Castañeda, quien aseguró “que lo primero fue corresponder a la convocatoria que nos hizo esta institución para contribuir a ese gran empeño que ahora nos ocupa. A partir de ahí nos trazamos una serie de ideas sobre las que hemos venido trabajando. Ideas que básicamente son pensar en ese Museo de Arte Contemporáneo a escala caribeña, más que a escala de país. En nuestra visión proponemos un museo enclavado a lo largo de la bahía con su núcleo en Tallapiedra y en el que nuestra capital pueda ser, dentro de la región, ese factor de cultura y de arte que le permita vivir más que del turismo, de ese poder, ese potencial cultural que tiene”.
Del museo real al museo imaginado muestra la pujanza y el vigor que distinguen a la arquitectura y el arte cubanos.
En el contexto de la exposición, junto a las propuestas de consagrados y jóvenes creadores, se dedica una sección a las escuelas de arte. “Pero no se trata solo de mostrar imágenes de las escuelas de arte por el simple hecho de que son, indiscutiblemente, uno de los empeños más hermosos llevados a cabo por la Revolución; sino exhibir igualmente la obra de varios arquitectos contemporáneos que han intervenido en esos centros formadores de varias generaciones de creadores, que han hecho su obra en ellos. Por eso aquí está representado Felipe Dulzaides, que es cubano. Pero del mismo modo Didier Faustino, de origen francés, quien intervino en la Escuela de Ballet. Asimismo, Gabriel Orozco, un artista mexicano muy reconocido internacionalmente, y Héctor Zamora, por citar algunos nombres de una extensa lista”, explicó el director del MNBA.
Del museo real al museo imaginado constituye, sin lugar a dudas, una exposición que incentivará el debate y la reflexión, y al propio tiempo muestra la pujanza y el vigor de la arquitectura y el arte cubanos, evidenciados también en prestigiosos eventos de reconocimiento mundial como las distintas ediciones de la Bienal de La Habana.