Dos premios y un candil de nieve
11/2/2019
En la tarde del 9 de agosto, en la bóveda J5 de la Cabaña, se dio a conocer el resultado del premio CubaPoesía Eduardo Kovalivker. En el más absoluto secreto de la identidad de los autores de los más de 90 cuadernos, transcurrió el trabajo de deliberación del certamen en los géneros de Décima y Narrativa.
Las ternas que se encargarían de otorgar los galardones, estuvieron integradas por Jesús David Curbelo, Edel Morales y Luis Paz para la estrofa nacional; y Francisco López Sacha, Ahmel Echevarría y Ana Lidia Vega Serova para los libros de cuentos. Esta edición se caracterizó por una diversa participación de autores de varias regiones del país, ampliando el mapa de la convocatoria de ediciones anteriores.
La Feria del Libro, como ha sido habitual, fue el escenario donde se dieron a conocer los resultados de esta edición. El jurado reconoció al cuaderno de poesía In absentia (presentado bajo el seudónimo de Hadasa), que pertenece a la autoría de Liliana Rodríguez, multipremiada creadora de la décima en sus variantes orales y escritas, y vicepresidenta de la Asociación Hermanos Saiz.
Así mismo, en el género de Narrativa se distinguió como ganador a La edad de la insolencia, presentado bajo el seudónimo de Abelardo. Esta obra se construye a partir de momentos del devenir de varios personajes que buscan satisfacer deseos inconfesables de índole diversa para escapar o sobrevivir a situaciones límites, y su autoría corresponde a Daniel Zayas Aguilera, creador pinero que por varios años capitaneó la editorial Áncora de la AHS en la Isla de la Juventud.
Como se ha hecho recurrente, la premiación del certamen se hace acompañar de presentaciones de las obras ganadoras o de otros libros publicados por la Colección Sur Editores.
Para este 2019 la editorial propuso el nacimiento de una nueva serie, Juglaría, en cuyo esquife se encuentra Candil de nieve, del trovador Raúl Torres, gracias a la colaboración del CIERIC. El volumen incluye apenas una docena de textos seleccionados entre los varios centenares de canciones compuestas por el bayamés desde las décadas finales del siglo XX, y al decir del escritor y crítico de arte Frank Padrón, contiene imágenes a veces tremendistas, otras con minimalismo íntimo de simbolista francés, siempre galopantes y que van directo al corazón.
Juglaría se propone entregar relevantes obras de cantautores y compositores, como Juan Formell y Alberto Tosca, entre otros muchos que han enriquecido el panorama sonoro de la Isla y el continente con su acervo particular de sueños, esperanzas, dolores, alegrías, amores y nostalgias. No son simples cancioneros, sino cuadernos poéticos que retratan el espíritu de generaciones enteras que degustaron estos temas y hoy tienen la posibilidad de compartirlos nuevamente con nuevos y viejos amigos, a través de las páginas de la editorial del festival Internacional de Poesía de La Habana.