ENTREVISTA A RENÉ FERNÁNDEZ SANTANA

El papalote mágico de René

Héctor Alejandro Castañeda Navarro
13/4/2020

Se escuchan los aplausos, niños y padres salen alegres de un lugar encantado. Para René Alberto Fernández Santana, titiritero por casi 60 años, el momento en que baja el telón de la sede del Teatro Papalote, no es más que el inicio de una nueva función.

René Fernández Santana fue merecedor del Premio Nacional de Teatro 2007; sin embargo,
ese galardón no es comparable con su logro mayor: el Teatro Papalote de Matanzas. Foto: Cortesía del autor

 

Natural del barrio matancero Pueblo Nuevo, este artista de 76 primaveras sale cada fin de semana con el mismo ímpetu del primer día ante su público. Aunque la apariencia física no es lo más importante en este arte de hacer que los muñecos cobren vida, su alta estatura, la canosa barba, las marcadas arrugas y su inseparable gorra bolchevique denotan pura elegancia sobre las tablas.

René camina por el teatro, despacio, libre, y con un movimiento que semeja el vaivén de un papalote. Mayor de siete hermanos, revela que el primer escenario que recuerda fue el patio de la casa donde vivía, ahí yacen sus primeros retablos. Su familia: su mayor inspiración, su primer público.

“Fui alumno del Seminario que impartió Osvaldo Dragún en el Teatro Nacional de Cuba en 1961. A él le fascinó la presentación de Choquezuela para botones, una de mis obras para adultos que se estaba presentado en el Teatro Sauto por grupos de aficionados, y decidió llevarme con él a la capital”.

El papalote que llegó a la luna, una de sus creaciones preferidas, dio nombre a la sede actual de la compañía que dirige, antiguo Guiñol de Matanzas. Su vida está ahí, en el retablo, en los aplausos y la admiración del público, dice con la conformidad y sencillez de haberse entregado durante 58 años a este lugar.

De su formación habla con orgullo, reconoce las influencias de Konstantín Stanislavski, Bertolt Brecht y su coterráneo Abelardo Estorino, agradece las enseñanzas de estos grandes de las tablas, “lo alcanzado por el teatro cubano se nutrió de ahí”; además, resalta a la escuela soviética de teatro como su referente y rememora su debut en el espectáculo con Noche de Reyes junto al también dramaturgo José Milián, en el Teatro Sauto. Fiel defensor en cada una de sus obras de la cultura y el folklore afrocubano, este artista agradece la espiritualidad que le ha brindado su trabajo y lleva presente el proverbio africano “cabeza manda cuerpo”.

René Fernández Santana persigue con sus obras el rescate de varios clásicos de la literatura infantil
que han quedado en el olvido. Foto: Tomada de TV Yumurí

 

Se levanta, se asoma a la calle Daoiz donde está enclavado el maravilloso teatro; los transeúntes lo saludan con cariño, en su rostro como respuesta, una sonrisa sincera. Ante la interrogante de qué significa Matanzas para él, la respuesta fue contundente: “Jamás abandonaré esta ciudad, me es imposible vivir sin ella, esta es mi comunidad, aquí han florecido mis logros, aquí están mis puentes, mis parques, mi Teatro Sauto”.

René se siente merecedor de todos los galardones alcanzados, mas confiesa que no trabaja para ellos. “Si tuviera que escoger entre tantos me quedaría con el Premio Nacional de Teatro que obtuve en 2007 y el Premio Dramaturgo Inspirador que recibí en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en 2017, como parte del XIX Congreso Mundial de la ASSITEJ (Centro Cubano de la Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud). Sin embargo, ningún galardón es comparable con mantener en pie a mi Teatro Papalote después de tantos años, el de mis sueños, el de mi corazón; que los domingos los padres traigan a sus hijos, eso supera cualquier reconocimiento”.

El Teatro Papalote, antiguo Guiñol de Matanzas, arribó este 2020 a sus 58 años de existencia,
centro de referencia de la cultura matancera y sus más genuinas tradiciones. Foto: Tomada de Radio 26

 

En el año 2010 le fue otorgado el Premio Anual de la Crítica Literaria por su obra de teatro Igba Layé, publicada por Ediciones Alarcos en 2009, y el Maestro de Juventudes que confiere la Asociación Hermanos Saíz. Miembro Emérito de la Uneac, Fernández Santana ostenta el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, digno reconocimiento a las casi seis décadas de labor ininterrumpida dedicada a niños, jóvenes y adultos. René es el creador e impulsor del boletín titiritero La Mojiganga, el proyecto sociocultural La Calle de los Títeres y del Taller Internacional de Títeres de Matanzas, que se celebra cada dos años.

La familia ha sido uno de los pilares fundamentales para este maestro de teatristas de la Atenas de Cuba. Valora de manera extraordinaria el sacrificio que su esposa Milagros hace cada día para que él pueda mantenerse activo sobre las tablas.

René Fernández Santana defiende la integración del teatro con otras manifestaciones de las artes escénicas.
Foto: Cortesía del autor

 

“He tenido la posibilidad de trabajar en diferentes escenarios del mundo: Polonia, Rusia, Francia, España, Suecia, México, Venezuela, entre otros, pero nada se compara con el público cubano. Siento que aquí son mucho más exigentes con cada actor, y eso obliga a que cada intérprete se prepare con mayor rigor todos los días”, sentenció René, quien desde hace unos años asume con gran responsabilidad la presidencia de la UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta).

René Fernández Santana convirtió a Matanzas en la capital titiritera de Cuba. Foto: Cortesía del autor
 

Visiblemente emocionado, sabe que llegará el día en que no estará más dentro de los teatros, aun así, quisiera que lo recordaran sincero, como alguien que quiso entregar un buen arte, transparente, comprometido, lleno de verdades, de ilusiones. “La tradición titiritera de Matanzas tiene que seguir siendo un baluarte de la cultura cubana. Recuérdenme como el papalote que, a pesar de los obstáculos, pudo alcanzar la luna”.