Origen del video mapping

El video mapping forma parte de las nuevas tecnologías virtuales en el arte. Es una de las técnicas audiovisuales de última generación, que ha logrado causar más impacto. Por su carácter relativamente reciente y pese a lo avanzado hasta ahora, continúa siendo una técnica en vías de experimentación y desarrollo. Creado por productoras de audiovisuales o grupos de artistas, cuenta con especialistas en diseño multimedia, productores, musicalizadores y editores, entre otras especialidades.

La técnica del mapping con proyección, conocida como vídeo mapping o simplemente mapping es proyectada en ambientes reales. Es una nueva modalidad artística que aprovecha los recursos multimedia y lo virtual, asumidos desde la óptica de la realidad aumentada con carácter espacial (se le conoce en medios académicos como realidad aumentada espacial). No necesitan los receptores emplear ningún aditamento técnico individual para presenciarlo, a diferencia de otra manera de darse la realidad aumentada. Como el mapping no utiliza instrumentos individuales mediadores entre las personas y lo visto, su forma socializada de percibirlo es mediante un equipamiento tecnológico situado con independencia de las personas, sin perder estas la conciencia de estar presenciando imágenes virtuales proyectadas hacia un objeto a distancia en medio de un entorno real circundante que no desaparece visualmente. Se inserta virtualmente en el espacio específico de la proyección al cual se limita, y no desaparece el contexto visual circundante donde se efectúa. No se da una inmersión total del perceptor como ocurre en el mundo virtual. Constantemente se está pasando de manera dialogada de la imagen virtual a la física y viceversa, reclamándose una a la otra, mostrándose en el mapping estrechamente interdependientes.

Esta técnica produce una realidad combinada al sobreponer imágenes virtuales generadas en computadora a la visualidad del objeto seleccionado sobre el cual es proyectado.

Al combinar el entorno físico real con la información visual y sonora añadida por lo virtual, perturba la manera de percibir el objeto o edificación que sirve de pantalla a su despliegue virtual. Modifica aparencialmente el sustrato real de la superficie sobre el cual se proyecta. La sola presencia tan poderosa de lo virtual añadida al espacio real, trastorna el estatus persistente de presentarse lo real.

El mapping amplía el concepto de proyección al no utilizar la bidimensionalidad de la pantalla tradicional utilizada en el cine y el video, siendo sustituida por la superficie física irregular del objeto o edificación utilizada de soporte para la proyección. La combinación de lo sonoro y lo visual forma parte de su experiencia. El grado de impacto de sus imágenes, aun en las propuestas más imaginativas que traspasan lo fantasioso hasta llegar a lo inverosímil, gana una fuerte presencia perceptiva, al punto de pretender imponerse como un hecho virtual que intenta codearse en tanto existente con lo real. Produce una realidad combinada al sobreponer imágenes virtuales generadas en computadora a la visualidad del objeto seleccionado sobre el cual es proyectado. Superpone lo virtual sobre lo físico, ganando terreno lo virtual sobre este. Modificando abiertamente lo físico de una manera perceptiva.

“Como el mapping no utiliza instrumentos individuales mediadores entre las personas y lo visto, su forma socializada de percibirlo es mediante un equipamiento tecnológico situado con independencia de las personas, sin perder estas la conciencia de estar presenciando imágenes virtuales (…)”.

Ya se ha hecho habitual considerar como un antecedente importante del mapping a los festivales de VJs [1]. Posiblemente, esta afiliación sea más por ambos estar animados de un espíritu de giro hacia la tecnología de producción digital y a una recepción de personas que se complacen y entusiasman con creces, ante productos artísticos que aplican la tecnología digital. En esas sesiones, el VJs. (video jockey animador de esos espectáculos) mezclaba sus loops de video al ritmo de la música, y esta a su vez por el DJ [2], con un uso efectista y complementario de juegos de luces y láseres, que comenzaron a realizarse en los años ochenta en clubs de jóvenes movidos por otra dinámica y aspiraciones sociales. 

Dichos festivales de VJs resultaban espectáculos de gran atracción, propiciadores de exaltadas emociones por las sonoridades, la visualidad y las luces utilizadas. Sus peculiares secuencias rítmicas, visuales y sonoras, impulsadas en gran medida por lo aleatorio de la espontaneidad, despertaban un entusiasmo contagioso en la agitada multitud de los jóvenes reunidos en esos clubs, atraídos por lo novedoso del empleo de la música y de la visualidad asociadas a lo tecnológico. Eventos que tuvieron también continuidad en los años siguientes.

El proceso creativo de los VJs comenzaba con la selección previa del material de video y la música a utilizar. Ambos elementos le acercan al mapping. No tenían que ser propiamente imágenes figurativas las empleadas. Era frecuente basarse en líneas, colores y formas abstractas, superpuestas e interdependientes en el suceder de su aparición. Las imágenes eran sincrónicas o contrastaban con la música. La visualidad generada por el VJ era de tipo multimedia, experimentando de un modo muy espontáneo con nuevas narrativas y estéticas visuales. Constituían actos efectistas de luces y sonidos, actuados por el VJ, el DJ, y el agitado público reaccionando a todo esto. Todos dejándose llevar por ese despliegue libre de energía.

“El mapping amplía el concepto de proyección al no utilizar la bidimensionalidad de la pantalla tradicional utilizada en el cine y el video, siendo sustituida por la superficie física irregular del objeto o edificación utilizada de soporte para la proyección”.

El ritmo frenético impuesto por la música electrónica y por la visualidad, hacía que el VJ y el DJ operaran de manera coordinada, mezclando sonidos e imágenes en interacción con ese público exaltado. Ni la música ni la visualidad requerían de una atención continuada, pues mientras se escuchaba la música, se podía bailar o hablar, y los cambios visuales se asumían como un atrayente complemento, contribuyente al dinamismo general. El VJ y el DJ retaban al público a seguirlos y se retaban a sí mismos como creadores.

Estas sesiones audiovisuales de los VJs provocaban irrefrenables descargas de adrenalina que intensificaban las sensaciones de los asistentes, quienes lo aceptaban como una experiencia gratificante. La entrega individual en el desbordado disfrute de los mismos creaba una sinergia muy estimulante para todos. Esa atmósfera audiovisual los arrastraba a participar de manera espontánea, no destinada a pensar, sino solo a sentir, a dejarse llevar por las sensaciones visuales y auditivas, actuantes de conjunto. En ese ambiente agitado y entusiasta, el público no se percataba con detalle de los pormenores visuales y musicales. Percibía de manera parcial lo proyectado. Sentía esa atmósfera y participaba directamente de ella moviéndose a ese ritmo estrepitoso. Eran actuaciones escénicas que no quedaban registradas, salvo en fotografías, reseñas, grabaciones de vídeo a tiempo real del evento (muchas veces fragmentarias) o en otros momentos en una difusión online.

Las interacciones entre DJ y VJ generaron una estrecha integración de elementos visuales y sonoros de nuevo tipo.

Rápidamente la actuación de VJ no quedó confinada a los clubs. Se propagó a otros fines y lugares, al animar conciertos y eventos públicos con esa peculiar combinación de música e imágenes imbricadas. No tardaría demasiado para que estos artistas emergentes en esos festivales fuesen identificados entre los artistas de los nuevos medios tecnológicos, al recurrir ya para entonces al uso de un ordenador portátil dotado de un potente software especializado y a cámaras de video digital, para también incluir la captación de imágenes en directo de lo que ocurría en ese momento en el lugar y no solo grabadas con anterioridad. Música e imágenes eran editadas de manera interactiva en la mesa de mezcla. Lo importante es que se había generado una estrecha integración de elementos visuales y sonoros de nuevo tipo en tecnologías digitales con otras cualidades rítmicas en lo visual y lo sonoro, que despertaban una gran atracción en los participantes. El público asistía a la proyección de imágenes adicionadas a la música y las sentía como parte necesaria del espectáculo.

Sin duda no son semejantes los fenómenos culturales del VJ y del video mapping, pero es revelador lo que aportó esta modalidad creativa audiovisual en que sirvió de puente, pues muchos de los artistas del video mapping comenzaron sus actividades incursionando en las prácticas del VJ, e incluso hubo quienes siguieron simultaneando esas dos modalidades creativas que hacían uso de las nuevas tecnologías. Se hizo transfronteriza con el mapping. Empezaron a aplicar en el mapping experiencias asumidas de esos espectáculos altisonantes. No se anquilosaron en transferir recursos expresivos de uno al otro. Siguieron creando y experimentando en esos dos campos, entrecruzando prácticas y vivencias.

Sesión en directo de un DJ. Pueden apreciarse el ordenador portátil utilizado. De fondo vemos la proyección de los videos que se están mezclando.

Afiliada a esta línea performativa del VJ, las primeras versiones de video mapping sirvieron para fortalecer espectáculos culturales públicos, al combinar igualmente música y proyecciones de vídeo en soporte digital que atraían a un público espontáneo. En correlación, se pasaría de la aplicación temprana del video mapping en conciertos, discotecas y eventos audiovisuales a su empleo frecuente, a modo de gran formato visual ante un público numeroso, durante el lanzamiento de productos en ferias comerciales y culturales, ambientar eventos culturales, trasmitir mensajes publicitarios, inaugurar edificaciones, fomentar la visita a lugares patrimoniales e inaugurar espacios sociales y eventos deportivos, aprovechando en todos ellos la gran espectacularidad que propiciaba el emergente mapping con proyección, dada la intención de los organizadores de causar una impresión y estremecimiento duradero entre los asistentes con el apoyo de una amplia cobertura informativa.

Se aprovecharía de atractivo complemento igualmente, en acontecimientos públicos significativos de muy diversa índole, con la ventaja de realizarse a escala urbana dada la enorme magnitud de las imágenes proyectadas, que hacía concurrir a un numeroso público observador reunido especialmente para presenciar esos espectáculos o por estar de tránsito en los lugares donde era emplazado. Llegaría a formar parte genuina del sensacionalismo promovido por la sociedad del espectáculo, en los términos que enunciaba Guy Debord.

El mapping con proyección ha venido ganando terreno rápidamente en eventos comerciales, pues se aprecia que su dinámica y empleo de recursos tecnológicos digitales contribuye al éxito y a la divulgación de los productos anunciados, al propiciar la reunión de gentes deseosas de nuevas sensaciones, influidas por los deslumbrantes imaginarios tecnológicos emergentes. Se ha mostrado muy efectivo en generar altos ingresos para los organizadores de esos eventos y para los proveedores de las firmas participantes. Se comprueba cuán persuasivo resulta su empleo en promover el consumo de los productos que divulga. Es decir, nace asociado a un carácter pragmático en cuanto a su carácter utilitario. No es una vía tecnológica de manifestación de lo artístico que se regodee en finalidades solo de hedonismo estético. Está asociado a su valor de uso. Se ha convertido en un símbolo cultural apegado a esa utilidad. Aun cuando se recurra con frecuencia al mapping en la organización de importantes eventos culturales, el numeroso público atraído consumirá los productos culturales concurrentes y creará un ambiente favorable en muchas direcciones, incluidas las múltiples oportunidades económicas asociadas.

Pronto se pasó de la aplicación temprana del video mapping en conciertos, discotecas y eventos audiovisuales, a eventos públicos a una escala urbana.

Se observa cuánto incide socialmente por su capacidad de emocionar y deslumbrar. Es signo de los nuevos tiempos, de los avances tecnológicos puestos al servicio de los eventos del más diverso tipo. Su demanda está creciendo en el número de proyectos y en los ingresos asociados a ellos, dada la necesidad de atracción de un amplio abanico de empresas constituidas y emergentes. Numerosas instituciones culturales y comerciales hacen uso de esta técnica porque saben que sirve de gran fascinación pública. Particularmente, resalta su aplicación a la publicidad en productos de marcas prestigiosas, o de nuevas empresas pujantes que se lanzan a penetrar en mercados más competitivos. Esos empresarios contratan los servicios de artistas y equipos de producción de mapping, partiendo de su comprobada efectividad en despertar una entusiasta participación de públicos muy diversos, ampliando la acción comunicativa.

Las firmas exitosas han logrado incrementar sus ingresos a partir del su uso, empleado como un medio efectivo de propaganda comercial para dar a conocer el lanzamiento de nuevos productos en extraordinarios espectáculos públicos, los cuales adquieren una gran espectacularidad al emplearse el mapping como uno de los recursos importantes de su sistema promocional. Estando respaldados por una amplia cobertura de la prensa, desplegada en poderosos medios informáticos.

Con el tiempo, la presencia del video mapping ha pasado a ser un fenómeno cultural cada vez más frecuente en distintas partes del mundo dado el interés suscitado entre los propios organizadores de esos eventos, sean empresas de publicidad, marcas, artistas famosos o ciudades que se aprovechan de estos megaespectáculos, para posicionar sus productos comerciales y culturales, dirigidos a atraer numerosos visitantes. Se convierten en verdaderos acontecimientos de gran repercusión mediática. A eso se suma la creciente cantidad de personas que participan de los espectáculos de mapping, acostumbradas al consumo de las nuevas tecnologías de la imagen y de la sonoridad, aprovechadas por firmas importantes que invierten en estimular y atraer, sensorial y volitivamente hacia sus productos a un número creciente de consumidores, sea con fines comerciales o culturales.

Siempre son preparados con antelación, sean de carácter comercial o cultural, teniendo mucho cuidado en todo su proceso. Con ese propósito, son solicitados a artistas y expertos en esa tecnología de los nuevos medios, y a agencias productoras especializadas encargadas de su producción. Se trata de ir al seguro, a buscar un trabajo de colaboración interdisciplinaria de alto nivel que garantice el éxito del mapping encargado como producto artístico-comunicativo. Costoso económicamente sí, pero una inversión muy rentable por la repercusión pública tan amplia que suscita, sea en su destino comercial o cultural.

“Se observa cuánto incide socialmente por su capacidad de emocionar y deslumbrar. Es signo de los nuevos tiempos, de los avances tecnológicos puestos al servicio de los eventos del más diverso tipo”.

Su empleo ha disparado el desarrollo acelerado de esa tecnología, lo cual ha facilitado el mejoramiento de las capacidades técnicas de esos equipamientos, y mejoras sustantivas en la calidad de las imágenes y el sonido, con un relativo abaratamiento de los costos de esos equipos, aunque los más caros sean los que mayores posibilidades técnicas ofrecen. El resultado ha sido una beneficiosa rentabilidad sobre los costos de inversión en su producción. Tanta atracción pública promueve que trae aparejada una exaltación simbólica de los productos culturales y comerciales. Su sola presencia convierte en acontecimiento relevante a esas celebraciones.

Inicialmente los recursos técnicos utilizados en los mapping eran pocos, pero en la medida que ha ido ganando más y más público, y por haberse ido generalizando su uso en numerosas partes del orbe, su tecnología se ha ido desarrollando paralelamente con el uso de sistemas informáticos, así como las facilidades ofrecidas por el abaratamiento de los ordenadores portátiles, de las cámaras digitales y de los proyectores de video. La tecnología de los nuevos medios se ha hecho cada vez más accesible económicamente. De ahí a considerar el balance entre el costo de su preparación y empleo, en relación a las ventajas culturales y económicas asociadas. La rentabilidad se saca de combinar los precios de la logística requerida, en comparación con los beneficios simbólicos y monetarios asociados a su empleo en determinados eventos, comerciales o culturales. El balance del cálculo monetario y de los esfuerzos requeridos en ese sentido se torna favorable a hacer uso del mapping para todas esas actividades.

“Con el tiempo, la presencia del video mapping ha pasado a ser un fenómeno cultural cada vez más frecuente en distintas partes del mundo dado el interés suscitado entre los propios organizadores de esos eventos (…)”.

En su aplicación a la publicidad, el video mapping es elegido por los organizadores de grandes eventos con el propósito de atraer visitantes en ceremonias de inauguración o de clausura, en espacios destinados al entretenimiento como conciertos, festivales, lanzamientos de productos y campañas de publicidad de perfil alto, o como recurso para la atracción turística a balnearios y determinadas ciudades, especialmente para la estimulación en estas últimas hacia determinadas zonas recientemente recuperadas del anonimato y la ruina urbana, reconstruidas con el propósito de servir de nuevos centros de atracción de la vida social, económica y cultural.

Ha ganado rápidamente en el espíritu de todos. A eso ha contribuido su aplicación al marketing de productos de alta demanda y prestigio competitivo en diversas esferas de la economía y de la vida en la sociedad capitalista contemporánea. Apenas para ilustrar lo útil de su uso con fines comerciales, numerosas marcas prestigiosas a nivel mundial han recurrido al mapping para despertar entre los consumidores el entusiasmo por sus productos. Marcas todopoderosas que dependen económicamente del consumo continuado y creciente por decenas y decenas de miles de consumidores distribuidos en todo el mundo. Sobre todo, es empleado al lanzarse nuevos productos al mercado.

“La artisticidad es un recurso fundamental, en modo alguno un añadido. Deviene imprescindible para alcanzar esos fines de éxito público”.

Entre ellas, para citar algunas de las firmas de mayor presencia internacional que se han valido para promocionar sus productos, se encuentran, la BMW (dedicada a la producción de automóviles de gama alta); Hyundai, Toyota y Nissan (industria automovilística de muy diversa gama); Nokia (teléfonos inteligente: Smartphone); Adidas (calzado, ropa deportiva; patrocinadora de eventos y de figuras deportivas a nivel mundial); Lauren (diseño de ropas exclusivas y fragancias); Red Bull (bebida energizante, organizadora de encuentros deportivos de alto impacto); Samsung (equipos electrónicos, telefonía celular), entre otras muchas empresas de renombre. Lo referido hasta aquí es apenas una muestra del amplio espectro del uso que ha ido obteniendo el mapping en los últimos años.

El contenido de los mapping con destinos comerciales o culturales exige igualmente el conocimiento a fondo de los intereses de las personas a las cuales va dirigido el producto. Para eso sus promotores y creadores estudian preliminarmente cómo serían asumidos por los diferentes sectores sociales de sus consumidores. La artisticidad es un recurso fundamental, en modo alguno un añadido. Deviene imprescindible para alcanzar esos fines de éxito público, de ahí los gastos y desempeños empresariales que destinan esas grandes marcas para seleccionar a sus realizadores, financiar la adecuada producción del mapping y garantizar la compra ulterior de sus productos.


Notas:

[1] Video jockey o VJ se aplica a aquellos creadores que generan sesiones visuales mezclando en directo loops de video con música u otro tipo de acciones.

[2] El Disc-jockey (DJ, pronunciación anglosajona deejay) selecciona y mezcla música grabada, propia o de otros compositores y artistas, para ser escuchada por una audiencia. A mediados de los años 2000 evolucionó al uso de los archivos digitales.

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