Esta tarde del lunes 4 de septiembre me ha llegado un mensaje por correo electrónico desde París enviado por Paul Estrade, historiador francés de extensa y valiosa ejecutoria investigativa en torno a Cuba y las Antillas hispánicas, en el cual me comunicaba el fallecimiento el domingo 3 de septiembre de Félix Ojeda Reyes, uno de los intelectuales boricuas más prolíficos. Paul y Félix combinaron hace años sus esfuerzos para entregar un aporte mayor para la nación puertorriqueña: las Obras Completas de Ramón Emeterio Betances, compiladas por ellos en 11 tomos, tras una intensa labor por un largo período de tiempo.

Si ya se hallan en Internet muchas muestras de dolor y pésame a su familia desde su isla natal, la tristeza por la pérdida de Félix Ojeda Reyes estoy seguro que se extiende además por República Dominicana y nuestra Cuba, donde era un autor leído por sus aportes al conocimiento de las tres naciones antillanas en sus peculiares procesos de formación nacional y luchas libertadoras. 

Para quienes nos interesamos por la historia de nuestras nacionalidades, Ojeda Reyes demostró más de una vez el camino similar seguido por líderes como Eugenio María de Hostos, Betances y José Martí, quienes colaboraron para liberarnos del yugo colonial y previeron las ambiciones estadounidenses sobre nuestras tierras.

Ojeda Reyes (al centro) ejerció la docencia en la Universidad de Puerto Rico y en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Foto: Tomada de Archivo Nacional de Ciencias Sociales y del Caribe

Ojeda Reyes nació en Santurce, Puerto Rico, el 3 de febrero de 1941, de padre dominicano y madre puertorriqueña. Cursó estudios superiores en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, obtuvo su maestría en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, donde ejerció la docencia al igual que en la Universidad de Puerto Rico. Terminó su doctorado en Historia de América en la Universidad de Valladolid, España. Entre otros muchos, publicó los siguientes títulos: La manigua en París, correspondencia diplomática de Betances (1982); Betances entre nosotros (1989); Peregrinos de la libertad (1992); El desterrado de París. Biografía del doctor Ramón Emeterio Betances, 1827-1898 (2001, Premio Instituto de Literatura Puertorriqueña) y Simplemente Betances (2003). Su tesis doctoral fue una biografía sobre Betances premiada por Casa de las Américas en Cuba y luego publicada bajo el título de El desterrado de París. Biografía del doctor Ramón Emeterio Betances, 1827-1898.

La colaboración de Ojeda con Paul Estrade entregó también escudriñadores exámenes sobre Betances en El anciano maravilloso (1995) y Pasión por la libertad (2000). Acerca de la historia de Cuba, Ojeda nos entregó una biografía del general mambí Juan Rius Rivera.

Félix Ojeda no solo estudió a personalidades y procesos básicos de las luchas independentistas en las Antillas, sino que ello fue parte de su labor patriótica para formar jóvenes independentistas en Puerto Rico.

Ojeda Reyes demostró más de una vez el camino similar seguido por líderes como Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances y José Martí, quienes colaboraron para liberarnos del yugo colonial y previeron las ambiciones estadounidenses sobre nuestras tierras.

Mas no fue un hombre de libros, clases, estudios sino también un activo luchador contra el colonialismo estadounidense sobre su isla. Fue, de hecho, un continuador de Hostos y de Betances. Desde muy joven militó en la lucha independentista y socialista, se destacó entre los dirigentes de la Federación de Universitarios Pro Independencia (Fupi), y luego en el Movimiento Pro Independencia (MPI) y el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). Entregó buena parte de su esfuerzo al periódico patriótico Claridad a lo largo de los 64 años de la publicación. Fungió como jefe de redacción y subdirector en las primeras etapas del semanario, y sus editores lo han calificado como “uno de nuestros más brillantes y consecuentes colaboradores editoriales”.

Cuba no dejó de estar en su vida. Aquí buscó en los fondos del Archivo Nacional y de la Biblioteca Nacional, visitó el Centro de Estudios Martianos y la Universidad de La Habana, y estudió nuestra historia en conjunción con la de las otras Antillas. Leyó y admiró a Martí y se sintió continuador de su espíritu antillanista y latinoamericano. Admiró a Máximo Gómez y a Antonio Maceo. Fue un continuador de aquellos cubanos, dominicanos y puertorriqueños, sin olvidar a los haitianos, a todos los que pensaron y trabajaron por nuestra América y por nuestras Antillas libres de España y de Estados Unidos. Y por eso, desde sus tiempos estudiantiles, fue un defensor de la Revolución Cubana, inclaudicable en su patriotismo hasta el fin de sus días.

Félix Ojeda no solo estudió a personalidades y procesos básicos de las luchas independentistas en las Antillas, sino que ello fue parte de su labor patriótica para formar jóvenes independentistas en Puerto Rico. Foto: Tomada de semanario Claridad

Los historiadores, la intelectualidad, los pueblos de las tres Antillas hermanas hemos de rendir homenaje a Félix Ojeda Reyes por su labor como historiador de nuestras patrias desde sus procesos formativos; por hostosiano, betancista y martiano; por contribuir a darnos conciencia e identidad propias: por hacer patria libre en su isla y para las nuestras.